Por: Jorge Fontevecchia. El mensaje de las urnas en las elecciones de este domingo es polisémico, todos tienen algo que celebrar, los que verdadera y claramente ganaron, Juntos por el Cambio; los que redujeron la diferencia de las PASO, el Frente de Todos; y los que emergieron: Avanza Libertad y el Frente de Izquierda.
El mensaje de las urnas en las elecciones de este domingo es polisémico, todos tienen algo que celebrar, los que verdadera y claramente ganaron, Juntos por el Cambio; los que redujeron la diferencia de las PASO, el Frente de Todos; y los que emergieron: Avanza Libertad y el Frente de Izquierda. La relativa atomización del poder puede no ser un escollo para la gobernabilidad y la relativa debilidad de cada sector, fortalecer a quien le toque conducir.
LA POLITICA ARGENTINA ITALIANIZADA
El poder está fragmentado en múltiples partidos: crece la izquierda que hizo su mejor elección de la historia, renace la derecha de la mano de Milei y también de Espert, dentro de las dos coaliciones en el PRO Rodríguez Larreta tiene a un recuperado Macri compartiéndole parte del liderazgo además del PRO en su conjunto dividir poder con el radicalismo que también renació, y en el Frente de Todos el kirchnerismo dejó de ser el accionista mayoritario mientras el PJ territorial del interior, que recuperó el apetito de poder empoderado precisamente por el capitis deminutio de La Cámpora, en lugar de tener una “Liga de gobernadores”, como la que en 2002 sostuvo a Duhalde, ahora tiene dos: la que lidera Juan Manzur que compite con la rebelde de Juan Schiaretti.
Independientemente del sello partidario en que se integren, hay seis espacios ideológicos 1) la derecha no culposa con Milei y Espert encabezando los libertarios, 2) la izquierda que en Jujuy le empata al peronismo, 3) los halcones de derecha del PRO, 4) los moderados de PRO que comparten valores de centro con los radicales y la Coalición Cívica, 5) el ala izquierda del Frente de Todos: el kirchnerismo/La Cámpora, 6) el peronismo territorial de gobernadores, intendentes del conurbano y los sindicatos. Izquierda, derecha, centro izquierda, centro derecha y el centro de los dos partidos mayoritarios.
Se podría conjeturar que aquella Argentina bipartidista de la segunda mitad del siglo XX entre peronistas y radicales que colapsó en 2001 y trató de reconstruirse en 2015 y 2019 con dos coaliciones, muestra que como sucede en la mayoría de Europa el bipartidismo es un fenómeno que cada vez más se circunscribe al mundo anglosajón con tories y laboralistas en Inglaterra y republicanos y demócratas en Estados Unidos.
ALBERTO FERNÁNDEZ ‘FORTALECIDO’
Sin cambios inmediatos en el gabinete había anunciado ya a la mañana el presidente al salir de votar. Y finalmente, los cambios en el gabinete posteriores a las PASO tampoco terminaron reflejando los cambios estimados: a Wado de Pedro no le aceptó la renuncia como querían los albertistas y sigue siendo el ministro de Interior, pero como dejó de ser confiable para varios gobernadores, precisamente por su renuncia, el jefe de Gabinete Juan Manzur hace de ministro del Interior. Lo mismo sucede con Santiago Cafiero, pasó a la Cancillería, pero, en las sombras, continúa cumpliendo para el Presidente el mismo papel de cuando era jefe de Gabinete. Con Martín Guzmán y Gustavo Béliz (otra especie de jefe de Gabinete en las sombras) ni siquiera fue necesario hacer enroques.
El probable que Alberto Fernández sienta, parafraseando a Macri, que tiene un “Segundo tiempo” dentro de su propio período presidencial. En esa dirección va el anuncio de que enviará la primera semana de diciembre al Congreso un plan económico plurianual preludio de tramo final del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que pedía exactamente eso, y al darle estado parlamentario, obliga a la oposición a tener que expedirle. También podría ser la base de un plan antiinflacionario con acuerdo entre empresarios y sindicatos en el marco del Consejo Económico y Social para acordar paritarias y aumento de precios 2022 en línea con ese plan plurianual.
Ya sin pandemia y con una Cristina Kirchner debilitada por su propia sobre reacción tras la derrota de las PASO, la relación de fuerzas entre el Presidente y la vicepresidenta, aunque ambos hayan perdido, pudo haber favorecido a Alberto Fernández. Con dos años y un mes por delante de vida en la Quinta de Olivos y un hijo naciendo allí en abril, habiendo perdido en la primera mitad de su mandato las expectativas que había generado al asumir e, incluso, habiendo dejado de ser candidato natural a la reelección, ya sin nada más que perder puede que le quede algo para ganar.
COMO LAS ENCUENTAS, FALLAN LAS PASO
Por tercera vez consecutiva el resultado de las PASO no es confirmado plenamente dos meses después en las elecciones. En 2017 Cristina Kirchner con Unión Ciudadana había ganado en la provincia de Buenos Aires y meses después en las generales fue Esteban Bullrich el triunfador. En 2019 y en 2021 la reducción de la supremacía en las elecciones generales del ganador en la PASO fue de tal magnitud que se pudo hablar de remontada de Macri en 2019 y de Tolosa Paz en 2021. ¿Habría sido el mismo el resultado de las elecciones generales de no haber existido las PASO como disparador de cambios y anticipador de climas?
LOS CAMBIOS SON IRREVERSIBLES, PERO MÁS LENTOS
El peronismo no se extinguió ni el kirchnerismo dejó de ser el partido del conurbano. La relación entre clase social y voto continúa teniendo preponderancia. Juntos por el cambio obtiene diferencias abrumadoras por sobre el Frente de Todo en el cinturón centro: la ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Paralelamente el kirchnerismo consigue con los votos del conurbano dar vuelta una elección negativa para el oficialismo en todo el interior de la provincia de Buenos Aires que vota a Juntos igual que el resto de la zona centro. El voto por la oposición en los sectores más ricos del país y los del oficialismo en los más pobres, continúa siendo una tendencia.
LA NACIONALIZACIÓN DE JUNTOS POR EL CAMBIO
Lo sostenía ayer el propio Jaime Duran Barba en la transmisión especial de RePerfilAr por NET TV: hace una década Cambiemos era poco más que un partido porteño, ahora hay legisladores de todas las provincias cuando hace diez años no se tenían candidatos salvo en aquellos lugares donde históricamente hacía base el radicalismo. En 6 años duplicó su cantidad de senadores: de 15 a los 31 actuales. En 2023 si le toca gobernar, Juntos no tendrá la excusa de carencia de apoyo en el Congreso: de ganar las próximas elecciones pasaría a tener mayoría en ambas cámaras.
LOS JÓVENES Y LOS EXTREMOS
El extraordinario crecimiento de los libertarios y la izquierda tiene un elemento en común: la juventud que en mayor proporción compone el voto de ambos extremos. En el caso de Milei/Espert el aspiracional de éxito cosmopolita que irradia la masificación e internacionalización de las comunicaciones especialmente por Internet. En el caso de la izquierda, el surgimiento de un tema de agenda crucial donde la izquierda tiene una ventaja competitiva: el cambio climático y la ecología. Los partidos verdes crecieron en todo el mundo de la mano de los más jóvenes.
EL KIRCHNERISMO TERCERO EN SANTA CRUZ
El mejor síntoma del fin del ciclo político de una kirchnerista dominante es el resultado en la provincia que lo vio nacer donde no solo lo superó Juntos por el Cambio sino también el partido provincial del ex gobernador Sergio Acevedo quien en tiempos de Néstor Kirchner había renunciado por sobre precios en obra pública al igual que el hoy presidente de la Corte Suprema Horacio Rosatti. Cristina Kirchner que llegó por primera vez al Senado en 2001 representando a Santa Cruz hoy no podría aspirar a repetir lo mismo como sí siguió pudiendo hacer hasta su muerte Carlos Menem por su La Rioja natal. A ella y su hijo Máximo les queda el territorio del conurbano bonaerense y por extensión la provincia de Buenos Aires pero la mejora en el resultado sobre las PASO es mérito de intendentes que no son kirchneristas ni de La Cámpora. Fin de una era.
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