La obra exige plantas de tratamiento para resolver la turbiedad del Bermejo.
El acueducto Wichí, El Pintado, El Sauzal, Misión Nueva Pompeya y Fuerte Esperanza, que visitará mañana el presidente Mauricio Macri, presenta un avance del 58% y se construye con un presupuesto de 664 millones de pesos financiados por el Banco Mundial (BIRF). La obra fue iniciada en enero de 2015, durante la gestión en la provincia de Jorge Capitanich, y se estima que concluirá en octubre de 2017. “Es una obra emblemática para el Chaco, una reivindicación”, aseguró ayer Ricardo Requena, gerente general de Sameep.
”El gobernador (Domingo Peppo) nos pidió un informe sobre la obra porque está prevista la visita del presidente esta semana”, reveló el funcionario en declaraciones a radio Universidad. Así, contó que técnicos de Sameep visitaron la obra la semana pasada junto con autoridades nacionales, para verificar cuestiones de seguridad. “Confío en que el presidente, cuando vea nuestra realidad, tomará decisiones sobre los fondos para las obras que hemos presentado y para otras obras que están en marcha”, indicó.
Requena recordó que el denominado acueducto del Impenetrable está financiado por el Banco Mundial, y esos recursos internacionales “llegan a través de los gobiernos nacionales de turno”. “A fines del año pasado, con la incertidumbre que se generó, todas las empresas bajaron el ritmo. Los fondos dejaron de llegar y esta obra se interrumpió porque el nuevo gobierno quiso revisar contratos y desembolsos, por eso se reinició en marzo de este año”, repasó.
El organismo de crédito mundial “hizo un gran trabajo con organizaciones ambientalistas locales”, ponderó y agregó: “Hay mucha población aborigen, y también criollos en la zona. Por eso se hizo un trabajo de campo antes de licitar la obra, que fue en 2014”.
Características y avances
“Tenemos hoy un avance importante. De hecho, los acueductos desde El Pintado hasta Wichí y desde aquí hasta El Sauzal y luego hasta Nueva Pompeya están prácticamente terminados, en un 100%. Hoy se trabaja en las plantas potabilizadoras y en la obra de toma”, resumió el gerente de Sameep.
La toma del agua es sobre el río Bermejo, a la altura de El Pintado. “Es el pueblo que se llevó el río”, indicó Requena. Contó así que, en ese lugar, hay un presedimentador, porque las aguas son turbias. “No se pueden tratar con un método tradicional, como se hace en Barranqueras que llegan como máximo a 800 unidades de turbiedad, mientras que en Corrientes rondan los 100”, contrastó. El Bermejo genera entre 2000 y 3000 unidades, y más también. ”Los presedimentadores son estructuras de hormigón gigantes, que en este momento presentan importantes avances en El Pintado”, puntualizó. Reveló que esa agua, con menor turbiedad, se trasladará hasta Wichí, donde parte se potabilizará para abastecer a esa localidad y a El Sauzal; y luego esa agua presedimentada continua hasta Nueva Pompeya, donde se ejecuta otra planta potabilizadora que abastecerá a esa localidad y a Fuerte Esperanza.
“El avance en las plantas y presedimentadores es en promedio de un 25%. Y de la obra en general, cerca del 60%. Su finalización está prevista para fines de 2017”, señaló el funcionario.
Las empresas a cargo de la obra conforman una unión transitoria: Supercemento, Martínez de la Fuente y UCSA, todas de origen nacional. “En todas nuestras obras hubo siempre muchos oferentes”, ponderó, al valoras los procesos licitatorios realizados.
Conexiones a 60 parajes
El detalle sobresaliente de la obra es que se prevé el abastecimiento, a través de “redes finas que terminan en una conexión o en grifo público”, a unos 60 parajes rurales dispersos en la zona de Nueva Pompeya.
“Es algo inédito”, afirmó Requena, y graficó diciendo que “parece una araña la trama alrededor de esa localidad”. Además, se construirán 300 aljibes, para los cuales el Banco Mundial pone los materiales y la provincia la mano de obra. Recordó a la vez que son unos 60.000 usuarios finales los beneficiados con la obra, aunque en este caso se encuentran “muy dispersos”, entonces “la logística para la distribución del agua, donde el agua es escasa, nos cuesta mucho”. Precisó además que hoy el río Bermejo está en una época de importante bajante, y por eso se estudia la obra de toma, porque “en Formosa se puede cruzar caminando hacia donde va el cauce del río”, contó. “Es preocupante”, admitió finalmente.
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