Fue Aroldo Tonini (Salta Federal) quien consideró que “con esa opinión se desacredita la función legislativa del Concejo Deliberante”. Dijo que “reglamentar la ordenanza sobre pipí y popó tiene mucho que ver con el ahorro de agua” y afirmó que es preocupante que el Gabinete municipal tenga 60 ordenanza sin reglamentar; debería mirar hacia adentro, a sus secretarios y que reglamente”.

Martín Pérez Estrada (PPS) dijo compartir los conceptos de Tonini, porque “lo que salió hoy en Nuevo Diario (por ayer) eso del tono socarrón, es una falta de respeto por parte del intendente que fue concejal y ni qué hablar de las ordenanzas que no se aplican; siento un fastidio muy grande y espero que no se repita”. Amanda María Frida Fonseca Lardies (PJ) dijo que no estaba extrañada, ni sorprendida, pero tenía un “profundo dolor político que hace rato vienen desacreditando al cuerpo, diciendo que acá no se trabaja”. Explicó que “la reglamentación es facultad del poder del Estado y que el Concejo Deliberante no puede cercenar ese derecho y las ordenanzas tienen plena vigencia, aunque no se hayan reglamentado, pero es una vergüenza que se pretenda desacreditar al intendente; me parece un show mediático y político vergonzoso”. Angela Di Bez leyó textualmente parte de la nota periodística y recordó que el día que se trató la ordenanza sobre los sistemas de descarga en sanitarios, estaba el arquitecto Jorge Jáuregui, (urbanista contratado por la Municipalidad) con quien hablamos antes del tema del agua. No hay que tomar las cosas a la ligera, soy una dama, siempre tuve modales y exijo el mismo trato”.

Lucrecia Lambrisca (Frente Salteño) dijo que “somos respetuosos del tercer mandato del intendente, pero hay muchos funcionarios no electos que hacen agua y se puede inundar la Secretaría de Medio Ambienté”.

Tonini volvió a hablar y dijo a la concejal Fonseca la ciega la obsecuencia; hubiéramos acordado reglamentar las ordenanzas; el intendente está obligado en casos puntuales a hacerlo, sino estamos ante un veto fáctico”. Zulma Pedraza (FPMM) opinó que “el intendente nunca se refirió al Concejo Deliberante” y César Alvarez (PV) hizo una explicación del “pipí y popó” como la denominación vulgar del acto fisiológico”, advirtió que la ordenanza no está en discusión y que para todo lo demás vendrá el tiempo político”. Martín Poma (Popular para la Victoria) explicó que “cuando no se promulga, a partir de los 10 días de sanción una ordenanza es válida”. Mencionó respecto de situaciones internas que “cuando acordamos conversar algunos temas internamente, a los 5 minutos se lee todo en internet o en el diario chiquito, palabra por palabra”. Martín Avila (FPMM) dijo que no se sintió agraviado por el intendente, sino que le causó gracia la ironía con la que demostró la necesidad de reglamentar la ordenanza”. Tomás Rodríguez (PJ) dijo que “acá hay un concejal que largó agravios y ahora salió a hacer notas”. Según Rodríguez, el intendente le explicó que “descontextualizaron sus declaraciones, que habló ante 10 ó 15 periodistas, y lo que quiso decir es que es una norma avanzada para cuidar el agua; no es su práctica descalificar y me pidió que les diga que estaba descontextualizado”.

Dijo que “cuando uno se lleva por los medios hay que cerciorarse bien, porque parecen todos ofendidos de manera exagerada, ustedes saben que se descontextualiza, se miente y la nota tiene mala intención” (en alusión a la publicación de ayer de Nuevo Diario).