Desterrado de la vida política, apartado de la vida social, complicado civil y penalmente, el ex gobernador bonaerense y candidato a presidente de la Nación, Daniel Osvaldo Scioli, supo acumular varias frustraciones desde que en octubre de 2015, debió ceder a sus ambiciones cuando fue derrotado por CAMBIEMOS.
Entregó una provincia en llamas, enquistada de mafias y sufre un acoso judicial del que intentará zafar haciendo la “La gran De Vido”, teniendo fueros de diputados, pero cómo viene la onda muy posiblemente, deba enfrentar el rigor de la aplicación de justicia, junto a sus máximos colaboradores, entre ellos su jefe de Gabinete, Alberto Pérez.
Hace un año que un filme sobre su vida, fue exhibido a sala vacía en el complejo de cines del shopping de su socio marplatense Florencio Aldrey Iglesias. Recuerdan que durante su ejercicio como gobernador, ingenieros especialistas en sonido, debían concurrir a esas salas a hacer pruebas de funcionamiento, y para ello eran citados un domingo por la tarde. Así de caprichoso carácter e ínfulas.
Si nadie quiso acompañarlo a ver su propia película, ahora nadie quiere sacarse una foto con él. Es así que el multimedios La Capital lo ha retirado literalmente de sus páginas, luego de haberle dedicado suplementos que sólo lo llevaron al amargo sabor de la derrota en 2015. El voto de ciudadanos marplatenses, se pronunció masivamente contra la sociedad que forma junto al empresario Florencio Aldrey Iglesias, un prebendario serial de bienes y recursos del Estado, que explota a través de concesiones espurias, que han recibido protección política y judicial.
Ni bien se conoció el resultado de las últimas elecciones presidenciales, quien desapareció de su lado en primer lugar fue la bellísima Karina Rabolini. Ella manejó los fondos de la Fundación Banco Provincia, cuyos recursos se utilizaron para sostener económicamente la campaña presidencial, recursos que no fueron rendidos ni auditados, en su debida manera.
Rápidamente en febrero de 2016, en el programa Intrusos que se emite por América TV, a Scioli se le adjudicó un affaire amoroso con María Belén Ludueña, en ese verano Scioli intentaba salir de su crisis matrimonial y política. Ella en el 2006 había sido elegida Reina Nacional del Mar, un trono similar al conquistado por Gisela Berger, consagrada como Reina Nacional de la Cerveza. Scioli es 32 años mayor, tanto de María Belén como de Gisela Berger, con ésta última se haya dirimiendo una relación que ha provocado profundo rechazo social.
Siempre sometido por CFK, el ex gobernador quien tiene abiertas varias causas judiciales, volvió a la arena política, como en campaña, pero ya nada fue lo mismo, fue categórico el rechazo que recibió y hoy no se anima a presentarse en actos públicos, como los que le armaba el diputado provincial Rodolfo Manino Iriart, con nutrido grupos de porristas ordenadas militarmente y ataviadas con trajes color naranja. Le formaban una especie de guardia para cruzar el Boulevard Marítimo Patricio Peral Ramos, que separa el Hotel Hermitage del Hotel Provincial, concesionado de manera sumarísima ni bien se hizo cargo de la gobernación en el 2007.
Hay otro triángulo que no es amoroso, sino que comprometido con bienes del Estado. Lo forman Néstor Otero (procesado junto a Ricardo Jaime), Florencio Aldrey Iglesias socio de Otero en varios emprendimientos, entre ellos la terminal de ómnibus de Mar del Plata, denominado Centro Cultural Estación Terminal Sur, donde fue levantando un shopping de gran nivel, pero que nunca ha pagado canon por la explotación de ese espacio público. Todo conseguido por la mano y obra de Daniel Scioli, el tercero en discordia.
Jorge Elías Gómez
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