Scioli negocia hasta último minuto para que los intendentes puedan ir con dos boletas

Scioli negocia hasta último minuto para que los intendentes puedan ir con dos boletas

El plazo límite es el lunes. También hay rosca por el orden en el reparto de lugares en las listas legislativas seccionales y en concejos deliberantes. Bronca de pago chico.

Por José Maldonado

Hasta el lunes a última hora, fecha límite puesta por la Justicia, Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz empujarán la negociación con Máximo Kirchner para conseguir modificar la letra del reglamento bonaerense para la inevitable interna de Unión por la Patria (UP), para que los intendentes no tengan que tomar partido y puedan competir en las PASO adhiriendo a más de un tramo nacional y provincial.

La pulseada es otra derivación del conflictivo acuerdo sellado el miércoles pasado entre los dos armados que competirán en la interna de UP, un cruce de declaraciones con acusaciones en el medio. Es que más allá de haber accedido a fijar el piso de legisladores nacionales en el 30%, Kirchner conservó una carta de enorme peso para perjudicar a sus rivales: la obligatoriedad de que los intendentes vayan con una sola de las dos boletas y un sistema de reparto de lugares en las listas seccionales y a los concejos deliberantes que perjudica claramente las chances de las listas bonaerenses de Scioli y Tolosa Paz.

"La discusión es hasta el lunes, no está nada cerrado", cuentan cerca de la negociación -que tiene como protagonistas al líder de PJ bonaerense Alberto Pérez en representación de Scioli junto a la propia Tolosa Paz- que siguen de cerca los intendentes peronistas de toda la provincia. "Estamos dando esa lucha", se sincera por estas horas un alcalde del conurbano que no quiere saber nada con la posibilidad de tener que ceder una boleta a algún eventual rival interno en la PASO del 13 de agosto.

 

 

El sciolismo pide un principio de equilibrio con el acuerdo para la conformación de la lista de diputados nacionales, que fue corazón de la disputa que Alberto Fernández amenazó con llevar a la Justicia y que derivó en un duro comunicado del PJ bonaerense de Kirchner contra los sectores que tienen "abundancia de vanidades".

"No tiene lógica si a nivel nacional se cerró algo que en provincia no se respete el mismo criterio", dicen los negociadores del sciolismo. A diferencia de lo que ocurrió en el acuerdo macro, la letra chica del acuerdo bonaerense para lo que tiene que ver con las nóminas de senadores y diputados provinciales perjudica claramente a las minorías. El ejemplo en el conurbano es claro. En la Primera sección electoral, una minoría que llegue al piso de 30% en la PASO recién pondría al candidato del octavo casillero en una lista de 15 diputados. Y en la Tercera, si llegara a ese porcentaje mínimo recién metería al séptimo lugar de una lista de nueve senadores.

Cerca de Daniel Scioli se habla de una "trampa". "Acordamos 30% de piso, cinco puntos más alto de lo habitual en el peronismo. Y una integración de minorías a partir del cuarto candidato. Esto no es reflejado en el reglamento provincial. Solamente lo inscribieron en el orden nacional", resumen.

Sin nada cerrado todavía, desde el armado del embajador y de la ministra intentarán modificar esa letra chica antes del lunes, el plazo máximo para que los frentes y alianzas electorales lleven sus reglamentos acordados a la Junta Electoral bonaerense.

El eje de presión serán los intendentes. Ayer, en los grupos de Whatsapp de intendentes peronistas circuló un mensaje de audio de uno de ellos llamando a sus colegas a reclamar para que se les habilite ir con dos boletas. "Tenemos que patear el tablero y exigir. Nosotros no queríamos la PASO. Que nos habilite la Y", decía uno de ellos. Los jefes comunales ven que asi como está planteado el reglamento, si solo pueden ir con una boleta presidencial se les abrirán internas inesperadas e incómodas en los distritos.

Lo formal no elimina la viveza criolla, los tradicionales movimientos subterráneos, como el de los jefes comunales que "moverían" en su distrito su boleta pegada, aunque sea en forma artesanal, a la de ambos candidatos. Es una estrategia de supervivencia que en los municipios es más que conocida.

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