De no variar mucho los números en las primarias, el Frente para la Victoria tendrá quórum en el Senado bonaerense y quedará a un par de bancas en Diputados. Pero confían en contar con guiños del radicalismo y lo poco que le quede a De Narváez. La estrategia del tigrense para hacerse notar.
Si se repiten los números de las primarias el Frente para la Victoria mantendría mayoría propia en el Senado y quedaría a un par de votos de alcanzarla en Diputados.
Pero a diferencia del Congreso, en La Plata eso no es problema, porque para asegurarse las leyes claves siempre confían en ayudas de la UCR y sus parientes del Frente Cívico y Social. Este grupo siempre se mostró más interesado en sacar provecho de negociaciones con el Gobierno provincial que en sumarse a una oposición peronista.
Es, realidad, una conducta histórica de los radicales para sumar poder en sus distritos, donde por eso nadie los acusará de hacer oficialismo.
Fue la queja que tuvieron siempre los legisladores de la Coalición Cívica, como el diputado Walter Martello. Pero la fuerza de Elisa Carrió se quedará sin representantes en diciembre.
La presencia permanente de legisladores del radicalismo se debe a que las sesiones electorales del interior, aun con menos votos, reparten una cantidad de legisladores sólo un poco menor a las del conurbano.
Es por eso que Massa busca crecer mucho en esa región, pese a que sólo concentra el 30% del electorado. Si sólo sube en el conurbano ampliará su diferencia final sobre Insaurralde pero no variará tanto el reparto de legisladores.
Scioli espera además también un aporte primero del aporte que Francisco De Narváez con los pocos legisladores que conserve, que esta vez serán de su riñón.
Los bloques del Frente para la Victoria serán una mezcla de kirchneristas duros y peronistas ortodoxos más identificados con Scioli.
Entre los últimos ya pueden agregarse a los legisladores que responden a Florencio Randazzo, a quien en la gobernación miran como un posible candidato a gobernador de Daniel Scioli.
Tal vez el ministro marque distancia de La Cámpora cuando la tensión interna vuelva a resurgir, como tantas veces en estos años.
El Senado ajustado
En la Cámara alta el oficialismo la tiene más tranquila, pero no segura. Del bloque del Frente Renovador que improvisó Massa este año y llegó a 14 miembros, quedarán sólo 5.
Con los resultados de las primarias se agregarían 12 o 13, lo necesario para ser la segunda minoría del recinto.
El kirchnerismo sólo puso en juego 4 de sus 20 bancas y tendrá que hacer muchos esfuerzos para sumar a las ocho necesarias para tener mayoría propia.
Si no lo logra, como se supone, el gobernador tendrá algunas variantes. La principal será Nidia Moirano, bahiense, leal a Francisco De Narváez y con mandato hasta 2015.
El radicalismo y el FAP tienen bloques divididos en la Legislatura, pero si realmente pretenden armar una propuesta presidencial se estima que aunarán fuerzas.
En el Senado se quedarían con tres o cuatro bancas (en la séptima ya se resignan a que Massa robe las tres), con dos ex intendentes: Omar Foglia, actual senador y ex alcalde de Carlos Casares; y el bolivariense Juan Carlos Simón.
Será este grupo el que ante el mano a mano entre massistas y oficialistas deberá optar a quien favorecer. Y nadie en la Cámara alta cree que los radicales que quieren seguir siendo tales se plegarán al tigrense.
Algo de eso se vio en la sesión que le extendió la licencia a Sergio Berni: los massistas se fueron y los radicales los criticaron a rabiar por esa actitud.
En Diputados, hace falta más acuerdo
En la Cámara baja el Frente para la Victoria difícilmente consiga una mayoría propia en octubre, por lo que deberá apelar en mayor medida a acuerdos con otras fuerzas y algunos diputados sueltos que pueden jugar una carta importante.
Con los números de las primarias, que se supone que algo bajarán en octubre, a los 23 que siguen hasta 2015 se agregarán otros 17, a 7 del quórum propio.
Tendrán la ayuda segura de los dos diputados de Nuevo Encuentro (Marcelo Saín y Adrián Grana) y desde ahí tiene que sumar.
Antes de llegar a una negociación con radicales, el gobernador tendrá la opción de apelar a los diputados que aporte Francisco De Narváez, algunos de su riñón, como su aliado Fernando Rozas o el ex subcomisario Guillermo Britos.
El empresario hizo una buena elección en la sexta sección electoral y con sólo repetir algo de esa cosecha llevará a Diputados a Héctor Gay, conductor radial de Bahía Blanca. Santiago Nardelli, otro con chances, responde a Graciela Ocaña.
Si mantiene algo de los votos que tuvo en la segunda sección De Narváez podría regalarle una banca a Franco La Porta, ex diputado oficialista y presidente de la Comisión de Presupuesto, donde supo cosechar una buena relación con Scioli.
Rozas, Britos, Gay y La Porta ya serían suficientes para el quórum, sin esperar la suerte que tengan en La Plata Gonzalo Atanasof y Agustina Ayllon, esposa de De Narváez.
Con los números de agosto, Massa contará con al menos una veintena de dipuados, sólo algunos menos que la suma de radicales, socialistas y margaritos.
En estos últimos está la esperanza de la gobernación para no sumar apuros. Entre los de la UCR seguirá Ricardo Jano, cercano a Leopoldo Moreau y algunos ex intendentes como Liliana Denot (Chascomús).
Stolbizer mantendrá varios diputados coordinados por el lomense Marcelo “El Oso” Díaz, quien reeligiría por la tercera sección.
Durante el tratamiento del impuestazo rural del año pasado Díaz ya dio muestras de estar dispuesto a ayudar a la gobernación antes de plegarse a cualquier fracción del peronismo opositor.
Entre los jugadores sueltos podría quedar el matancero Ariel Verdini, si De Narváez conserva algo de votos en la tercera sección. Con un monobloque, podría convertirse en una figura clave.
Hugo Moyano conservará a Héctor Martínez hasta 2015 y la tendrá difícil para retener a Jorge Mancini.
Una curiosidad: Claudio Lozano contará hasta 2015 con la diputada Rita Liempe, quien el año pasado quedó en el recuerdo por haber argumentado en contra del impuestazo agropecuario para luego votar a favor junto a su bloque.
Estrategia massista
En el Frente Renovador no están pendientes de neutralizar la mayoría del Frente para la Victoria. Según confiaron a LPO, la estrategia pasará por marcar la cancha con proyecto que intimiden a los intendentes.
Algo de eso intentaron con la policía comunal, movida que obligó a Scioli a impulsar un proyecto similar.
Pero desde diciembre buscarán proyectos dedicados a engrosar las alicaídas arcas municipales. Uno que ya tienen en carpeta es la municipalización del impuesto automotor.
“¿Acaso los intendentes se van a negar a aceptar a una propuesta así?”, se preguntó ante LPO uno de los operadores massistas que ya trabaja en ese proyecto.
Como con la policía comunal, ante cada propuesta de ese calibre, Scioli deberá contrarrestar con otra similar. O esperar que la Nación aporte generosidad con obras públicas, difícil en un año que no será electoral.
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