Quienes no jueguen con Hacemos por Córdoba en las legislativas, serán considerados desertores. Después de las PASO, el Panal abrió un periodo de indultos que dio por finalizado el viernes cuando asumió que los 225 alcaldes que asistieron al acto político, representan la tropa de los leales.
Por: Yanina Soria.
Decidido a correrse del perfil de dirigente moderado, el gobernador Juan Schiaretti va subiéndole cada vez más el voltaje a sus discursos de campaña.
Identificado el rumbo a tomar para este segundo tiempo electoral tras haber leído en las PASO que Córdoba sigue siendo refractaria al kirchnerismo, el mandamás provincial decidió conducirse por esa vía.
Agitar el gen anti K en el electorado y mostrarse en la vereda del frente al peronismo nacional, es parte de la estrategia que desarrolla con intensidad Hacemos por Córdoba. Y en esa carrera para persuadir a los votantes sobre qué opción es la más opositora al Frente de Todos, el oficialismo provincial se roza con Juntos por el Cambio. Por supuesto que es una táctica adrede que, además, le sirve pescar votos de la laguna de los ex Cambiemos en la que, según muestran los registros electorales, hay potenciales votos compatibles con el schiarettismo.
La premisa ahora es trabajar para crecer en noviembre con un doble propósito: el primero y más lógico es que Hacemos por Córdoba quiere ganar la banca al Senado y meter tres diputados. El segundo, mucho más político, tiene que ver con mostrar consolidado en la escena nacional al único gobernador peronista que enfrentó electoralmente a la Casa Rosada. Un buen resultado en noviembre (que para el Panal sería arañar los 30 puntos) le permitiría al titular del Ejecutivo cordobés mejorar su proyección nacional y seguir abonando la idea de “presidenciable” con la que coquetea y que ya instalaron desde el campamento peronista loca.
Por todo eso es que el jefe político del PJ Córdoba dejó en claro que jugará fuerte este último tramo electoral y que, en definitiva, las legislativas son una parada importante para el desafío provincial que se abre en dos años.
Justamente, esa referencia hizo frente al nutrido auditorio de intendentes y jefes comunales del oficialismo que participaron presencialmente de la reunión del viernes pasado en el hotel Quorum de la ciudad Capital. Tal como anticipó Alfil, la convocatoria fue para todos los gobiernos locales de escudería oficialista con intenciones de que los dirigentes del interior escuchen en voz del propio mandamás, el mensaje político.
Por primera vez en lo que va de la campaña, el gobernador se refirió públicamente allí del fututo político: “el 2023 no es ajeno al 2021”. La frase tuvo una doble interpretación para los presentes.
Por un lado, no sólo fue un llamado de atención para los jefes territoriales a redoblar los esfuerzos para noviembre, sino que encerró también una clara bajada de línea: intendente que no juega con Hacemos por Córdoba este turno electoral, será considerado desertor. Ese disciplinamiento supone, entre otras cosas, que el oficialismo provincial está dispuesto a plantar candidatos propios en todas esas localidades para el ´23.
Después de las PASO, el Panal abrió un periodo de indultos que dio por finalizado el viernes cundo asumió que los 225 alcaldes que asistieron al acto, representan la tropa de los leales que ahora debe responder a las pretensiones electorales. Para el Centro Cívico, el resto ya está afuera.
Según el padrón depurado que elaboró post elecciones el ministerio de Gobierno de Córdoba, hay unos 40 municipios que se quedaron del lado del Frente de Todos. En su mayoría, distritos chicos encolumnados detrás de la figura de Martín Gill.
“Con todas las letras digo que, en las PASO, el pueblo de Córdoba expresó su opinión de lo que son otras variantes políticas que se autotitulan peronistas”, señaló Schiaretti al describir de esa forma al Frente de Todos que hoy congrega a peronistas como Gill, el propio senador Carlos Caserio y Olga Riutort, entre otros.
En un discurso encendido, el gobernador les dijo firmemente a los intendentes que conocía al detalle el resultado obtenido en cada localidad y los instó a que acerquen las propuestas y mensajes de Hacemos por Córdoba para noviembre.
“Porque en estas elecciones, los candidatos de Hacemos por Córdoba somos todos. Me voy a poner el hombro esta campaña, como estoy seguro que ustedes lo van a hacer. Nadie va a tener mayoría en el Congreso y por eso se van a tener que negociar las leyes, y ahí hay una oportunidad para Córdoba si somos capaces de mostrar nuestros proyectos que abarcan cada rincón provincial. Nuestros candidatos son los únicos que presentaron propuestas”, agregó
El intendente de La Calera, Facundo Rufeil, y su par de Despeñaderos, Carolina Basualdo, fueron los únicos dos oradores fuera del discurso central. Ambos también hicieron referencias al 2023 y fueron tajantes al arengar cuál es la distancia que separa a Hacemos por Córdoba del Frente de Todos.
“Hay que ser claros: Necesitamos el compromiso de todos los intendentes. Porque en 2023 no van a estar ni Cristina ni Alberto Fernández ni Macri ni Rodríguez Larreta: van a estar Juan Schiaretti, Hacemos por Córdoba y esta gestión”, dijo el calerense.
A su turno, la joven intendenta del departamento Santa María, pidió a sus colegas no especular con si llega a o no una obra de Nación a las localidades, una zanahoria que movilizó a varios municipios en esa puja por la representación territorial abierta por el frentetodismo cordobés.
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