Santiago Caputo, los espías de Milei y el parteaguas de Stiuso

Santiago Caputo, los espías de Milei y el parteaguas de Stiuso

El asesor estrella, que pensó el diseño de la SIDE y puso a su gente a elaborar la nueva estructura, ensaya una tregua entre sectores enfrentados. El link con Lijo, la AGN y la Bicameral de Inteligencia.    

Por

DIEGO GENOUD

 

Para tener más poder que él, hay que llevar el apellido Milei. Con el solo cargo de asesor, Santiago Caputo cuenta con atribuciones de un primer ministro y su influencia se extiende sin fronteras, en todo el organigrama de gobierno. El consultor que integra el triángulo de poder con Javier y Karina Milei acaba de imprimirle su sello decisivo al regreso de la SIDE. Caputo designó a Santiago Neiffert al frente de la ex AFI y envió a su amiga, la influyente abogada Maria Ibarazabal Murphy, a participar del diseño de la nueva estructura del espionaje que el gobierno de La Libertad Avanza difundió a través de los decretos 614 y 615. Pero hizo mucho más que eso. 

 

El concepto original de la división de la agencia en cuatro áreas es idea suya y está inspirada en el modelo norteamericano donde conviven la CIA y el FBI. El Servicio de Inteligencia Argentino (SIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) pretenden ser sus adaptaciones locales. En el nuevo diseño pesó la opinión de José Luis Vila, el nuevo secretario de Asuntos Estratégicos que se sumó al gobierno de la mano de Guillermo Francos.

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Vila acumula una experiencia única en materia de Defensa e Inteligencia: desde que volvió la democracia, trabajó en esas áreas para seis presidentes de la República: Raúl Alfonsín, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri. Milei, el líder de ultraderecha argentino, es el séptimo. Liceísta, de origen radical y relación histórica con Enrique "Coti" Nosiglia, Vila vivió en Estados Unidos durante 12 años, donde fue agregado de Inteligencia ante Naciones Unidas. Entre los que trabajaron en la elaboración de la nueva estructura, es el único con experiencia en la materia y el que podría haber bajado a tierra la teoría que compró Caputo. 

Quienes participaron del proceso de elaboración de la nueva SIDE dicen que Neiffert envió a funcionarios de su equipo a participar de las reuniones de coordinación. Como muchos de sus antecesores, el nuevo señor 5 no tiene ningún antecedente en el rubro. Es habitual que se mencione que era amigo del padre escribano de Caputo y que trabajó para Jesús Cariglino, pero hay otro dato menos conocido: estuvo muy cerca de Eduardo Duhalde en momentos cruciales de su interregno como presidente. 

Mientras la oposición ya advierte una estructura de espionaje y persecución contra los opositores que se mueve en línea con el ejército de trolls de la extrema derecha, en Casa Rosada, a Caputo le atribuyen un objetivo ambicioso, en línea con las ínfulas refundacionales de los Milei. Dicen que pretende cumplir con lo que nadie pudo, crear un sistema nacional de inteligencia, algo que preveía la ley original 25520 que Fernando De la Rúa aprobó en la agonía de su gobierno, cuando Carlos Becerra era el jefe de la SIDE.

Las disposiciones y la estructura orgánica y funcional que dio a conocer el gobierno son un marco legal y una declaración de principios. En la práctica, alguien se hará cargo de ejecutar según su criterio. Ahí, piensan los especialistas, va a estar la clave que guiará los movimientos de los espías de Milei.  

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Lo particular, casi una marca del Gobierno en todas las líneas, es la convivencia de sectores históricamente enfrentados. Entre las múltiples relaciones con la oposición colaboracionista que reconoce, el asesor estrella del presidente tiene vínculo con el radical Emiliano Yacobitti. De acuerdo a la información que circula en el oficialismo, a través del socio de Martín Lousteau, Caputo consultó para el diseño de la SIDE de extrema derecha a Lucas Nejamkis, ahora secretario privado de Antonio Jaime Stiuso. Nejamkis pasó de la universidad a la Casa Rosada durante los años del kirchnerismo, trabajó 10 años para el ex Frente para la Victoria, fue la mano derecha de Juan Manuel Abal Medina hijo y hoy exhibe su vínculo predilecto con Stiuso. La reaparición de Miguel Ángel Toma, habitual exégeta de Stiuso, es parte de la misma composición.     

El radical Vila, en cambio, se enfrentó con el ex jefe de Contrainteligencia en el final del segundo mandato de Cristina, cuando Stiuso se sublevó contra el gobierno del Frente para la Victoria, tras el memorándum con Irán. Por ese comportamiento, Vila llegó a declarar que Stiuso actuó contra la ex presidenta a la manera de Aldo Rico. “Se levanta, desafía y le quiere imponer su agenda a Cristina en una segunda Semana Santa que a mí me tocó vivir”, afirmó. 

Otro hombre de trayectoria densa que regresa es el de Juan Bautista “Tata” Yofre, considerado número puesto para dirigir la Escuela Nacional de Inteligencia. El ex jefe de la SIDE menemista y autor de bestsellers de historia reciente comparte la militancia de Victoria Villarruel en torno a la última dictadura militar. El video que grabó el 24 de marzo pasado fue su primer aporte público a la ultraderecha de gobierno. Sin embargo, Yofre no tiene buenos recuerdos de la era Stiuso. En 2012, antes de la ruptura de Stiuso con Cristina, fue procesado bajo la acusación de liderar una “compleja organización clandestina de espionaje” que pinchaba mails de funcionarios kirchneristasEl procesamiento lo firmó la jueza Sandra Arroyo Salgado, la ex esposa del fiscal de la Unidad AMIA Alberto Nisman, un apéndice de Stiuso hasta el día de su muerte.

Apenas un mes después del inicio del gobierno de Macri, en enero de 2016, la viuda de Nisman se desdijo completo: sobreseyó a Yofre y al resto de los periodistas que estaban en la causa, Carlos Pagni, Roberto García y Edgar Mainhard. La pregunta es si el poder del asesor Caputo es tan absoluto como para lograr que sectores enfrentados trabajen al unísono detrás de los objetivos que se fija la extrema derecha argentina en esta nueva etapa. O si en la práctica, al margen de la elaboración de la nueva estructura y la pedagogía de Yofre para los nuevos agentes, Stiuso y sus satélites se van a volver a imponer. 

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Los cambios en la SIDE no pueden leerse aislados de otros dos movimientos: la candidatura de Ariel Lijo para juez de la Corte Suprema y el funcionamiento de la Comisión Bicameral de Inteligencia. Desde hace más de tres décadas, cuando Menem creó los tribunales federales, la SIDE y Comodoro Py tuvieron nexos aceitados y funcionaron casi sin interrupciones como parte de una misma instalación que conectaba además con los medios de comunicación.

Lijo es un emblema de ese tipo de funcionamiento y durante el macrismo fue el abanderado de la doctrina Irurzun, que utilizó la prisión preventiva para enviar a la cárcel a funcionarios y empresarios identificados con el kirchnerismo. Uno de los engranajes de ese sistema era Javier Fernández, el operador judicial de histórico vínculo con Stiuso que todavía es miembro de la Auditoría General de la Nación en representación del peronismo. El que suena ahora para la AGN que preside Juan Manuel Olmos es Guillermo Michel. Se trata de un universo en el que Stiuso y Nejamkis tienen una influencia sintomática. 

La Bicameral sigue presidida por Leopoldo Moreau y el debate en el oficialismo generó un primer cortocircuito de Patricia Bullrich con la tropa de Karina Milei. Cada día más enfrentada con Macri y Cristian Ritondo, la ministra de Seguridad le reprochó a Martin Menem su inocencia y lo forzó a romper el acuerdo que había sellado con el bloque de Miguel Ángel Pichetto. Bullrich teme que en el Congreso prosperen las investigaciones en su contra por la cacería del 12 de junio pasado contra manifestantes que rechazaban la aprobación de la Ley Bases. Por eso, no quiere a Emilio Monzó y busca un talibán que le cuide las espaldas. Los oficialistas César Treffinger y Gabriel Bornoroni son los candidatos. 

Durante el gobierno de Cambiemos, una banda de policías y espías que tenía entre sus múltiples terminales a Bullrich hizo detonar un explosivo en la casa del radical Vila, que era funcionario del Ministerio de Defensa. Ahora, Bullrich está al margen de la estructura de Inteligencia, aunque según dicen en Balcarce 50 tuvo una conversación con el equipo que trabajaba a las órdenes de Caputo. ¿El objetivo? Evitar los históricos problemas de competencia entre la nueva agencia que incluye una dirección nacional de inteligencia criminal y el ministerio, que tiene la potestad de hacer investigación criminal, algo que la SIDE en teoría tendrá prohibido.

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