En el radicalismo provincial procuran cicatrizar la relación que enfrenta a sus dos aliados con los que comparten gobierno en Santa Fe y en la Nación. Mañana intercederán en una reunión con el presidente Macri. "Fue una tragicomedia", lamentan
Como si emulara a un trapecista talentoso, el radicalismo santafesino hace equilibrio y disimula el fuego cruzado entre el gobierno provincial y nacional, e intenta contener los daños colaterales que provocaron los desaciertos de la búsqueda de los tres prófugos. Con "un pie en cada lado", como lo definió preciso el ex diputado Darío Boscarol, la UCR se esfuerza para apaciguar las aguas y cerrar el capítulo del conflicto. Por lo pronto, los 22 intendentes santafesinos de Cambiemos ingresarán mañana a la Casa Rosada para mirar las caras de los ministros Marcos Peña y Rogelio Frigerio. Hablarán de gestión y agenda, pero los correligionarios santafesinos llevarán la moción de "responsabilidad política" para resguardar los intereses de la coalición reinante con el socialismo.
El gobernador Miguel Lifschitz y el ministro Maximiliano Pullaro se trenzaron fiero con la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, a raíz del anuncio fallido, la "información falsa" sobre la detención de Cristian Lanatta y Víctor Schillaci. Días después volvió el enfrentamiento dialéctico cuando Nación intentó acusar a la Provincia con un video que, supuestamente, daba cuenta de la captura (y posterior liberación) de dichos fugados. Horas después se comprobó que la acusación era insostenible y Pullaro asestó un golpe al revelar que un comandante de Gendarmería fue quién le dio información falsa a la Piba.
Expectantes, las tres líneas radicales observaron la polémica y movieron hilos para evitar consecuencias gravosas. "Fue una tragicomedia de enredos que no ayuda para nada. La mirada de la política que tenemos que tener sobre este tema es superadora, no de un declaracionismo que genere más conflicto", pidió el diputado Julián Galdeano, referente del Movimiento de Acción Radical (MAR). El legislador responsabilizó a ambos estados por la "puja" y castigó, sin dar nombres, "al que quiera aprovecharse de esto en términos políticos para decir que está haciendo las cosas bien". Medido, intentó bajarle el tono a la pulseada y lo circunscribió a funcionarios nacionales "que en el plano de sus declaraciones no ha sido la correcta". No ve "rispidez" ni "malestar".
Para nada medido fue el senador Rodrigo Borla, que integra el sector NEO junto al ministro Pullaro (dato no menor). El legislador por el Departamento San Justo le pegó fuerte a Bullrich. Dijo estar "preocupado" por las palabras de la funcionaria y habló de "error político del gobierno nacional". A la vez, pidió posar la mirada en otra cuestión, mucho más de fondo que la propia captura. "Se está hablando mucho de la fuga y no tanto de una causa mucho más grave como el tráfico de efedrina", tiró Borla.
Boscarol, perteneciente al Grupo Universidad, referenciado por ahora en Mario Barletta y José Corral, habló de "discusión y polémica inútil" y "error de ambas partes". Dijo que "en términos generales todos entienden el razonamiento" y repitió que las responsabilidades están "en ambos lados". "Hay males heredados que hay que corregir, me parece que deberían estar abocadas ambas administraciones a eso, todos sabemos que son fuerzas difíciles de manejar tanto la provincial como la federal, el mayor esfuerzo antes de hacer declaraciones sería corregir las cosas que se advierten que hay que hacer", apuntó uno de los primeros impulsores en Santa Fe del abrazo entre la UCR y el PRO.
Tanto Galdeano como Boscarol admitieron que trabajaron en los últimos días para impedir que la sangría se agrande. El hombre del MAR le planteó al "amigo" Corral, presidente del Comité Nacional, la necesidad de "bajar los decibeles y llevar racionalidad". En ese marco de entendimiento, mencionó las palabras "intervención, mediación y articulación". Por otro lado, el de Universidad reveló que "se está haciendo esa mediación", ya que se tiene "un pie en cada lado". Borla, por su parte, confió que la polémica "no afecta" las relaciones entre el Frente Progresista y Cambiemos. "Aunque nos va a servir en el futuro para cuidar algún tipo de situación, la Nación debe entender que el gobierno de la provincia quiere colaborar", apuntó el senador. Palabras más, palabras menos, eso se intentará dejar en claro en la reunión de mañana en la Rosada, que tendrá en la cabecera de la mesa al Jefe de Gabinete y al ministro del Interior.
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