El ex rival de la candidata demócrata buscó bajar el tono a filtraciones de mails, al tiempo que admitió que siempre supo que su partido no lo apoyaba.
El ex rival de interna de Hillary Clinton, el senador Bernie Sanders, buscó este lunes bajar el tono a filtraciones de mails vinculados a la candidata presidencial demócrata y dijo que si investigaran su cuenta también hallarían "expresiones menos que halagadoras" sobre su equipo de campaña, al tiempo que admitió que siempre supo que su partido no lo apoyaba.
"Créame que si revisan nuestros mails -y supongo que podría suceder- estoy seguro que también habría expresiones que serían menos que halagadoras sobre el equipo de Clinton", desdramatizó en declaraciones al diario estadounidense The Washington Post, en referencia a los correos que reveló WikiLeaks sobre tensiones en la campaña demócrata.
Sanders, que decidió respaldar a Clinton luego de presentarle un formidable desafío en las primarias demócratas de este año, tuvo dos reveses en el seno de su propio partido.
Primero, en el mes de agosto, cuando en vísperas de la Convención Demócrata Nacional se filtraron 20.000 de correos electrónicos que dejaron en evidencia la parcialidad de la cúpula del oficialismo a favor de Clinton durante las primarias, que incluso obligó a tres dirigentes a renunciar al Comité Nacional Demócrata.
Segundo, y hace pocos días, la organización WikiLeaks publicó correos provenientes de la campaña de Hillary -con su jefe, John Podesta, a la cabeza- que se refieren a Sanders como "tonto" o "bobo" y a sus seguidores como "un Ejército rojo".
Aun así, Sanders siguió marcando el camino y le pidió a sus votantes más progresistas que apoyen a su partido, e incluso calificó al republicano Donald Trump como el "candidato más peligroso de un partido importante en la historia moderna de Estados Unidos" .
Este lunes, el veterano senador también decidió bajarle el tono a la interna demócrata, que se crispó con los mails.
"Estas cosas pasan en la campaña", dijo, pero también se diferenció del equipo de Clinton.
"La manera en la que trabajan es muy, muy diferente a la nuestra", señaló.
"Nosotros no tuvimos un comité decidiendo qué tipo de bromas debía decir. De hecho, estaba luchando para escribir mi discurso en un papel amarillo y lo terminaba tres minutos antes de subir a dar. Entonces, ellos estaban más preparados, mucho mejor organizados y más cuidadosos acerca de lo que decían o no decían. La forma de hacer política es muy diferente", remarcó.
Y sostuvo que la filtración de mensajes hackeados confirmaron una sospecha de larga data.
"Dijimos que la campaña de Clinton estaba muy influenciada con la postura de la Convención Demócrata sobre los debates y eso es exactamente lo que sucedió", contó sobre sus insistencias para hacer más debates de los permitidos por el partido.
Y concluyó: "Nada de esto me sorprendió. ¿Fue una sorpresa averiguar que la Convención Nacional Demócrata era parcial con Clinton? No exactamente, eso es algo que sabíamos desde el día uno".
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