El gobierno de Axel Kicillof se propuso pensar desde una mirada integral y territorial a la salud. Cómo influyó la pandemia y qué políticas públicas se implementaron.
Por Fabiana Solano
Cuando Axel Kicillof llegó a la provincia de Buenos Aires en diciembre de 2019, se encontró con un sistema de salud público completamente abandonado y desarticulado. María Eugenia Vidal había dejado a la provincia más poblada de la Argentina con un presupuesto deteriorado, la infraestructura hospitalaria deficiente, sin provisión de medicamentos, vacunas e insumos, y pobrísimas condiciones laborales para todo el personal sanitario. Desde ese punto de partida, el ministro de salud Nicolás Kreplak tomó la decisión política de poner en marcha múltiples acciones con el objetivo de lograr la integración profunda del sistema para garantizar el derecho y el acceso a la salud de todos y todas.
Una de las primeras decisiones fue la creación de la Dirección Provincial de Salud Comunitaria, a cargo de la licenciada Noelia López, cuya principal función es acercar la salud al territorio y a las personas, y poner en valor el primer nivel de atención. A diferencia de los modelo de salud tradicionales, centrados en la enfermedad, en los tratamientos eventuales y la atención individual, el modelo de salud comunitaria se aleja de la imagen del hospital como único lugar posible de atención y rompe con la lógica de que son las personas las que deben acudir al sistema cuando tienen algún problema.
“La concepción de salud comunitaria amplía esta mirada, afirmando que solo focalizando en lo individual es insuficiente para atender las causas por las cuales la gente enferma o se cura. No quiere decir negar las causas biológicas sino una mirada suplementaria , ampliada, preventiva", explica la Directora. Y agrega: "Por el contrario, el modelo de salud comunitaria va de la mano con la construcción colectiva de la salud, generando procesos participativos desde la socialización y democratización de la información, las acciones de autocuidado y la articulación intersectorial”.
Las barreras de acceso a la salud de la población son multicausales: intervienen condiciones geográficas, por falta de recorridos de medios de transporte y accesibilidad, o vivir en zonas anegadas; razones de logística y horarios laborales; barreras socioculturales ligadas a la falta de información, el desconocimiento de las prácticas de cuidado o el capital cultural necesario; condiciones económicas desfavorables que limitan las posibilidades de movilidad y acceso; y por último una barrera simbólica muchas veces fogoneada por discursos del “mérito” o la valoración a servicios privados en detrimento de lo público y gratuito.
Quebrar esas brechas existentes entre las personas y la oferta de servicios implica trasladar el sistema de salud al territorio, a los barrios, a las casas, revalorizar los saberes de la comunidad, entablar un vínculo humano, y consolidar hábitos en el tiempo que determinan y favorezcan las formas en que viven, se cuidan, enferman y se atienden. Citando a Ramón Carrillo: “La medicina no solo debe curar enfermos sino enseñar al pueblo a vivir, a vivir en salud y tratar que la vida se prolongue y sea digna de ser vivida”. Para eso resulta fundamental la articulación de acciones desde el Ministerio con diversos actores sociales fundamentales como sindicatos, escuelas, clubes, mercados, y otras instituciones que hacen posible acercar la salud a la gente.
La pandemia y el trabajo territorial
La prueba de fuego para este nuevo paradigma llegó a principios de 2020 con la pandemia del COVID durante la cual las personas debían permanecer aisladas y no podían acercarse a los hospitales ni centros de atención primaria. En dicho contexto fue fundamental una estrategia de salud comunitaria que funcionara a la par del fortalecimiento de los hospitales que implicó el aumento de camas, respiradores, tecnología de cuidados intensivos, y organización en la atención en las guardias, entre otras cosas.
El período de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) significaba quedarse en los hogares para aplanar la curva de contagios. El primer dispositivo fue el Operativo Detectar a partir del trabajo integrado entre distintos actores (nacionales, provinciales, municipales y territoriales). Se realizaron testeos casa por casa y eso permitió tener un relevamiento de la situación de salud de los y las bonaerenses, y la detección y atención de los casos positivos de manera temprana y oportuna. Según cifras de la Dirección, en 2020 se recorrieron unas 415.243 casas, se llegó a más de 4 millones de persona, y se testeó a un total de 1.407.358.
Otra medida clave fue la incorporación de las Unidades Sanitarias Móviles, una especie de camiones sanitarios, que permitieron llevar la atención a territorios donde, por diferentes razones, el acceso era limitado. Allí se destacó el rol que cumplieron los y las promotoras de salud que brindaron una respuesta inmediata en medio de la emergencia, a pesar de que en su mayoría no eran trabajadores o trabajadoras del sector. “Fueron fundamentales para el despliegue de acciones territoriales, se organizó la estrategia detectar, se conformaron y se participó activamente en comités barriales en los que se tomaron decisiones sobre diferentes barrios, se garantizó el relevamiento de las necesidades en determinados territorios en los cuales ‘no circular y quedarse en casa’ no eran posibles”.
Entre 2020 y 2021 se realizaron 7581 abordajes territoriales, entre los cuales estuvieron los operativos Detectar; y ya superada la emergencia sanitaria, en 2022 se realizaron 7470 y, en lo que va de 2023, ya se han realizado 846 abordajes territoriales en toda la provincia, con un promedio de 282 por semana. En dichas instancias se desarrollar tareas como la vacunación, atenciones odontológicas, talleres de prevención y promoción de la salud, y se realizan cuidados de la salud en niñez, entre otras.
“Si solo centramos la mirada en los hospitales, la tecnología y la oferta de servicios, nos perderíamos un plano de la realidad que tiene que ver con los saberes previos de la comunidad sobre todo en relación a la organización social de los cuidados que se ven muchas veces invisibilizados. En los abordajes territoriales, los equipos interdisciplinarios tienen una fuerte línea de base que se traduce en una posición ético/política de búsqueda activa, y empatía”, analiza López.
En reconocimiento a su labor trascendental el gobernador Axel Kicillof tomó la decisión de sostener los puestos de trabajo de 3127 promotores y promotoras, y aumentar la frecuencia y el alcance de los dispositivos, en una clara apuesta al fortalecimiento de un modelo comunitario enraizado en los territorios. Lo mismo ocurrió con las Unidades Sanitarias Móviles: al día de hoy la provincia cuenta con 16 Unidades activas en territorio, de las cuáles algunas cuentan con las herramientas necesarias para brindar atención odontológica, oftalmológica y hemoterapia.
“Cuando asumimos la gestión en el 2019 no existía en el ministerio un área que abordara la salud desde esta perspectiva, las unidades móviles estaban abandonadas en un lugar, sin uso ni mantenimiento. Hoy estamos ampliando nuestra capacidad adquiriendo nuevas porque entendemos que es fundamental acompañar el trabajo de los equipos de salud locales, municipales, sus salitas para fortalecer la atención en el territorio”, destaca la Directora provincial.
Quienes realizan la tarea de promoción son en su mayoría mujeres. Además se han ampliado los espacios de formación y deben realizar un curso anual de “Promotores comunitarios” aprobado por el Ministerio de Cultura y Educación: “la formación aborda conceptualmente el enfoque de derechos, las perspectivas de géneros, diversidades e interculturalidad de modo tal que les permita a les profesionales aportar a la construcción de ciudadanía, comprender problemas sanitarios complejos como también las distintos modos de ver la realidad compartida en los ámbitos de desempeño, como parte del equipo interdisciplinario conformados por enfermerxs, mediques, promotorxs, entre otros”.
El tren sanitario y el ramal Salud
Para acercar las acciones sanitarias a las comunidades y a los territorios más alejados de la provincia, se creó el Tren Sanitario, en un trabajo mancomunado entre el gobierno bonaerense y el Ministerio de Transporte de la Nación. La formación, que había sido abandonada por el macrismo, fue restaurada, provista de equipamiento, tecnología e insumos, y se le asignó diferentes equipos interdisciplinarios.
En plena pandemia se utilizó mayormente para realizar hisopados y vacunación, pero con el paso del tiempo y la consolidación del modelo se fueron incorporado diferentes consultorios: salud sexual integral, espacios lúdico-recreativos destinados a las niñeces y adolescencias, Salud Bucodental, Cuidados Integrales en verano, Derechos Humanos, Arte, Juego y Salud, Salud Feminista no cisexista, Salud Mental y consumos, Nutrición comunitaria, Salud Ambiental, Envejecimiento saludable, Prevención de Enfermedades No Trasmitibles, Tabaquismo, Prevención de Chagas.
“Cada estación, se propone como una instancia de encuentro entre la comunidad y el equipo del tren sanitario caracterizada por la escucha atenta, el diálogo, el intercambio de saberes, construyendo así salud comunitaria. El “Ramal Salud”, como lo bautizamos, cuenta con vagones acondicionados para brindar atención en las distintas estaciones”, detalla la responsable del área. El ramal ya pasó por Cañuelas, San Miguel del Monte, Las Flores, Cachari, Azul, Hinojo, Olavarría, General Lamadrid, Coronel Suárez, Pigüe, Saavedra, Torquinst, Bahía Blanca. Y para la temporada de verano se encuentra en funcionamiento en la Estación Ferroautomotora de Mar del Plata.
La salud bucal y el derecho a la sonrisa
Con el mismo criterio la provincia creó la Dirección de Salud Bucal, que previamente funcionaba como el Programa Provincial de Salud Bucal pero con poca presencia en el territorio y escasas acciones. “Con la creación de esta Dirección se buscó intencionalmente la jerarquización de esta línea de cuidado que muchas veces queda asociada a una perspectiva estética y poco accesible, desconociendo todas las implicaciones que tiene la salud bucal en la vida de las personas, desde la facilidad para deglutir alimentos hasta la posibilidad de sonreír”, señala Noelia López.
Este abordaje en el territorio busca organizar, jerarquizar y promover un cambio en los modelos de atención priorizando la prevención por sobre la ejecución de prácticas costosas y especializadas, o la pérdida de una pieza dental que requiere una sinergia de acciones de gestión e integración. En este sentido se trabajó en la creación de la Red Provincial de Salud Bucal, para poder dar respuestas articuladas para la derivación de situaciones y la generación de acciones coordinadas.
“Por ejemplo una de las acciones más efectivas de cuidado de la salud bucal tiene que ver con el cepillado, esta acción personal de higiene, muchas veces se ve imposibilitada por diversos factores que van desde el acceso material al cepillo dental , como al agua", explica la funcionaria. Y agrega: "Está comprobado que la realización por ejemplo de rondas de cepillado, la entrega de cepillos, y la topicación con flúor, son acciones preventivas importantísimas que evitan por ejemplo la pérdida temprana de piezas”.
Ver para aprender en las infancias
El programa “Ver para aprender” consiste en la evaluación oftalmológica de niños y niñas de primer año de escuelas primarias públicas de la provincia y la posterior elección y entrega de anteojos en los casos que se requiera. Nació de la estrategia transversal de Salud Escolar y se desarrolla en esos contextos que son el lugar por excelencia de niñeces y sus familias. Para eso propone un acercamiento continuo de la comunidad educativa a las acciones de salud y facilitar el acceso a los anteojos.
Consiste en tres pasos articulados con docentes y familias: en primer lugar, la realización de un examen de agudeza visual a niños y niñas de primer año de escuelas primarias públicas de la provincia. Posteriormente se realiza, a los que lo necesiten, una evaluación oftalmológica focalizada, y como paso final se procede a la elección y entrega de anteojos en los casos que se requiera. Haste el momento según cifras oficiales se examinaron 13.741 niñes, de los cuales 5.825 necesitaron una evaluación oftalmológica más focalizada y 3.014 obtuvieron sus anteojos.
“En general las personas nos agradecen mucho por el trabajo que hacemos y muchas veces ayudamos a destrabar algunas cuestiones locales de acceso y nos llevamos situaciones que requieren alguna intervención más compleja", relata la Directora provincial. Y agrega: "Con el ´Ver para aprender´ suceden cosas muy lindas. Desde niñes que dicen ver mejor los colores, las letras, hasta una niña que llegó a decirle a su maestra que ahora le veía el brillo en los ojos. Seguramente son acciones, y esperamos que así sea, que le cambien la vida a estes niñes, que mejoren las oportunidades que tienen para aprender”.
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