SALTA MIRO BARRAZA, ARTISTA SALTEÑO: “No tengo inspiración, sino que trabajo y duro”

SALTA MIRO BARRAZA, ARTISTA SALTEÑO: “No tengo inspiración, sino que trabajo y duro”
“Es difícil vivir siendo o no artista. Me gané todo solo, nadie me regaló nada. No me quejo, porque lo que hice lo hice a pulmón”.
“El arte salteño siempre estuvo aislado de las tendencias del mundo. Nos aislamos de las modas y logramos grandes cosas con el arte local”.

Tranquilo y sereno, esconde en sus ojos una larga vida unida con el arte. A Miro Barraza no le importa ser famoso ni los reconocimientos, pero sí le interesa dejar su legado artístico dentro del movimiento cultural salteño.

En pocos días cumplirá 73 años y lleva presente en su memoria la dura infancia que le tocó vivir, donde la pobreza y las privaciones sobresalían. Chileno de nacimiento, arribó a Salta muy joven junto con sus padres y hermanos. Recuerda que su madre lo impulsó a la pintura con simples gestos que le quedaron grabados y lo marcaron por el resto de su vida. “Mi madre me compraba acuarelas cuando podía y así empecé”.

Paisajes, momentos y los pies bien plantados es lo que lo impulsan a pintar un cuadro. No cree en la inspiración, sino en la fuerza del trabajo y en la necesidad de salir adelante.

Es uno de los pocos que quedan de la generación del "60, movimiento artístico que posicionó el arte y la cultura salteña en el mundo.

Miro recibió a El Tribuno en su taller, que parece de película. Música clásica de fondo, pinturas por todos lados y un cuadro por terminar describen parte de la pasión de Barraza por el arte. Su mirada sobre la sociedad actual, el arte provincial y la relación entre la política y la cultura, son algunos de los temas que habló con este diario.

¿Qué recuerda de aquel día de enero en el que pintó su primer cuadro? ¿En qué pensaba?

Que recuerdo... que éramos muy pobres. Mi infancia estuvo marcada por la pobreza y las privaciones. Era difícil, no había nada de lo que hoy existe. Pinté ese cuadro, con apoyo de mi madre. Cuando podía me compraba acuarelas...Y el paisaje de ese cuadro no existe, lo inventé yo.

¿Ya había algún artista en la familia?

No, no. Mi madre era ama de casa y mi padre, obrero minero. Trabajaba en Chuquicamata, en Chile, país donde yo nací, aunque nos vinimos a Salta cuando era pequeño. Amo a Salta.

¿Por qué ama Salta? ¿Qué le dio esta provincia?

Y porque lo poco y mucho que tengo me lo dio esta hermosa ciudad. Los mejores recuerdos están aquí. Mi comienzo con el arte está en Salta.

Tal vez esta pregunta la habrá escuchado infinidad de veces, pero me parece que cada artista tiene su propia definición. ¿Qué es el arte para usted?

El arte es lo que elegí hacer en mi vida y lo que más amo hacer. Me dio todo, me permitió conocer gente importante, viajar y vivir. Yo lo defino como una mezcla de conocimiento, cultura y trabajo.

La inspiración, ¿qué rol juega en sus obras?

Le puedo decir que no siempre uno está inspirado. Yo soy de los que cree que el 90% de un cuadro lo hace el trabajo más que cualquier otra cosa. No tengo inspiración, sino que trabajo, y duro. Es una profesión como cualquier otra, mientras más prácticas mejor te va.

Buen punto... Entonces, con el trabajo le surge la creatividad. ¿Tiene un estilo definido?

Claro, con el trabajo uno va siendo creativo. Pase por varios períodos, hice simbolismo, metafísica, pinté mucho la cordillera. Pinté con todo, con yeso, minerales, óleo... Así me formaron en la escuela, donde entré ya sabiendo dibujar y pintar. Tuve grandes profesores. Pensar que antes era mucho más sacrificado dedicarse al arte! No existía la Casa de la Cultura, ni tampoco había subsidios ni nada por el estilo.

Dentro del movimiento cultural salteño, usted se ubica en el grupo de artistas de la generación del "60.

Sí claro estoy dentro de ese grupo. Somos los iniciadores de un montón de cosas dentro del arte. Los años "65 y "70 fueron los momentos de mayor creatividad. Salieron muchos artistas de ahí. Compartí la época con grandes de la cultura salteña como Ricardo Dávalos, Cuchi Leguizamón, entre otros.

¿Cuán difícil le fue vivir siendo artista?

Es difícil vivir siendo o no siendo artista. Me gané todo solo, nadie me regaló nada. No me quejo porque lo que hice fue a pulmón. Me costó, y mucho.

¿A que le teme? ¿A la muerte?

No, sabe que no. Le temo a quedarme postrado, no valerme de mi mismo y molestar a mi señora y amigos.

¿Qué hecho o elemento inspiraba a la generación del "60?

Muchos. El principal era la necesidad de impulsar la cultura. Era un movimiento cultural chico, pero grandioso por el impacto que tuvo. Eramos todos amigos, de eso no me olvido. Salta necesitaba impulsar la cultura y el arte y en esa misión nos embarcamos.

¿Sigue existiendo el compañerismo y camaradería en el ambiente artístico del que tanto disfrutó?

Creo que no. No sé... no conozco a la gente de ahora, solo a algunos. Muchos de mi generación ya viajaron, hecho doloroso, y más todavía cuando los que se van son amigos tuyos.

En Salta, ¿podemos decir que el arte pasó por distintos estadíos?

No tanto... y es porque el arte salteño siempre estuvo aislado de las tendencias del mundo. Nos aislamos de las modas y logramos grandes cosas. Hay más de 300 libros de autores salteños. Por este motivo sencillo, el movimiento cultural fue mayor en Salta que en el resto de las provincias vecinas.

¿Qué puede ver un artista, pintor, un escultor que el común de la gente no puede?

La verdad que no encuentro nada diferente. Creo que básicamente son distintos trabajos.

¿Qué recuerda sobre el arte en la década del "70?

Uf... ni juntarnos podíamos.

Teníamos que trabajar cada uno en su casa. Ni siquiera podías andar en la calle. Esto nos obligó a encuevarnos y a producir trabajos.

¿Y qué reflejó de eso en sus pinturas?

Fue una época que siempre me produjo rechazo. Aunque, hice algunos dibujos que reflejaban lo que se estaba viviendo. Pero cuando uno es joven hace pintura social, pinturas que no le interesan a nadie.

Muchos dicen que la historia se conoce por los artistas...

Sí, es cierto. Nada sabríamos de Napoleón si no fuera por los cuadros de los artistas de esa época.

¿El salteño se interesa por el arte? Para mí, sí. El salteño aprendió a relacionarse con el arte y le presta atención. En las exposiciones veo cada vez más gente. En cuanto al movimiento artístico, lo observo normal. Hubo épocas mejores. Hoy, tenemos alrededor de 100 pintores en la provincia.

¿Su generación estaba comprometido con la política?

Sí, muchos amigos. Y son los primeros que “los han ido”.

¿Qué es la política para un artista como usted?

Me interesa pero solo como le interesa a cualquier ciudadano. Me dedico al arte, soy artista... no político y mi mirada parte desde allí.

Sí, está claro eso, pero en la vida diaria, ¿le interesa?

Sí. Lo que observo es que hoy se subsidia a todo el mundo cuando creo que al ciudadano hay que ayudarlo, pero no regalarle todo. Que laburen, como lo hacemos todos. Desde los doce años que comencé a trabajar sin parar. Lo que no te cuesta no se valora, eso es importante de considerar.

¿Hoy la cultura recibe apoyo de la política?

Medianamente, diría. Apoya pero no todo lo que debería apoyar. Hay mucho por hacer. A nivel nacional por lo que veo, es medio tendencioso, porque siempre son los de determinado sector quienes resultan premiados.

¿Cómo considera que la política puede contribuir con el arte?

¿Cómo?...Como hicieron con la Casa de la Cultura, con el Ballet de la Provincia y con la Sinfónica de Salta.

O sea que considera que pueden haber mejores políticas

Tendría que haber políticas... Las hay, pero a medias. Conozco gente que trabaja en el ambiente y dicen que nos les da el presupuesto para realizar más cosas.

¿Por qué no reflejaba los acontecimientos políticos en sus pinturas?

Y porque siempre apunté a lo estético. Tengo cuadros de ese tipo, pero se corre el riesgo de caer en el panfleto, y eso no me gustaría. No es lo mío.

Si estuviera en el área de Cultura del Gobierno provincial, ¿que haría o que cambios impulsaría?

Sería equilibrado con los gastos. Veo que se hace mucha tilingada, muchas relaciones públicas.

¿Qué mirada tiene de la sociedad? ¿Cómo la observa?

(Nota de la Redacción: Se queda callado y piensa...reflexiona mirando por la ventana del taller desde donde se puede ver un pequeño jardín que conduce a la cocina de su casa en el macrocentro salteño) Apurada la veo a la gente de este tiempo. Observo que se busca el triunfo fácil y el aplauso inmediato cuando lo importante es la obra y la esencia que esta contiene. Hoy alguien pinta un cuadro en dos minutos y quieren convertirse en los mejores pintores en dos días nomás, y no es así, creo yo.

¿Entonces considera que todo apunta a la búsqueda del éxito en la sociedad?

Todo es éxito, todo. No quiero hablar como un viejo, sino que vengo de una generación donde nada fue fácil y donde todo costaba mucho esfuerzo. No existía el facilismo en absoluto. Por eso insisto en que a las obras hay que hacerlas con pasión y mucho trabajo. Delicadeza y sutileza son los elementos que hay que tener presente cuando se pinta.

El arte esta cargado de subjetividad y una obra es más que nada una expresión personalísima. Ante eso, ¿es difícil evaluar si un cuadro es lindo o feo?

Siempre pienso que esto es como la comida y el buen vino. Cuando tenés un entendido hablás para entendidos. ¿Me explico a qué quiero llegar? O te gusta o no te gusta algo. Bueno, acá pasa lo mismo. Yo puedo hacer dos manchones y decir que soy el mejor pintor.

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