Atracción por la feria que reúne grandes vehículos del pasado, el presente y el futuro
"¡Mirá papá, mirá ese auto! ¿Cuál es?" Con los ojos bien grandes y la boca abierta, un chico arrastraba de la mano a su padre hacia uno de los espectaculares modelos que se exhiben en el Salón del Automóvil de Buenos Aires. El aparato que despertaba el asombro de nuestro pequeño amigo es el Toyota Mirai, el primer auto fabricado en serie que utiliza hidrógeno en lugar de nafta y que ya se vende en Japón y en Estados Unidos.
Todavía es una tecnología costosa, a lo que se suma la falta de una red de estaciones de servicio capaces de abastecer con hidrógeno a los autos, pero nos muestra hoy cómo serán los autos del futuro. La gran ventaja es que como resultado de la combustión por el caño de escape en lugar de gases contaminantes sólo arroja vapor de agua. Sí, un auto totalmente amigable con nuestro maltrecho planeta.
La escena se repite a cada paso en los stands de las distintas marcas. Es que este salón, que se realiza cada dos años en Buenos Aires (los años pares es en San Pablo), es una invitación para soñar con los ojos abiertos. Aquí podemos imaginarnos al volante de un superdeportivo, viajar en el tiempo para revivir las emociones que Fangio despertaba cada vez que pasaba al volante de sus veloces máquinas y también conocer de cerca el auto que podemos comprar en los próximos meses.
Infaltables en las exposiciones, deseados y admirados, los autos más exclusivos siempre son uno de los platos fuertes para los más fierreros. Acá podrán disfrutar, entre otros, de un Mercedes AG GT, una joya mecánica 4.0 V8 biturbo de 510 caballos que acelera de 0 a 100 en menos de 4 segundos.
Unos metros más allá, los italianos tienen lo suyo; con un rojo inconfundible, la Ferrari 430 Scuderia y un Maserati Quattroporte le ponen alma latina a la muestra. Y siempre soñando con la velocidad, los franceses de Renault también tienen lo suyo con el esbelto Mégane RS01, un auto de competición que aquí presentó el piloto Rubens Barrichello.
También rápidos y con mucho de leyenda, los autos americanos nos hacen soñar con viajes por rutas infinitas, con el aire en la cara como corresponde en un buen convertible y música de rock como compañía. Tanto el Ford Mustang como el Chevrolet Camaro, ambos descapotables, tienen cientos de admiradores.
Pero la deportividad no es exclusiva de los convertibles, y para demostrarlo Audi se luce con el flamante Q7, un impresionante SUV con un motor V6 de 333CV que acelera de 0 a 100 km/h en solo 6,3 segundos.
Además de andar rápido, el salón nos permite viajar en el tiempo. Si decidimos ir al futuro, podemos hacerlo viendo el Fiat FCC4, un concept car con líneas aeronáuticas de una pickup doble cabina, o con el pequeño i-Road, un vehículo eléctrico de tres ruedas ideal para las ciudades.
Pero si en nuestra imaginaria máquina del tiempo preferimos ir hacia atrás, podemos escuchar otra vez el rugido de la Maserati 250 F del Quíntuple, y verlo al Chueco con sus antiparras a toda velocidad en cada curva.
Y en el stand del Club de Automóviles Clásicos podemos imaginarnos al volante de un Renault AK 90 Grand Prix de 1907 disputando una carrera en las rutas francesas; sentirnos un dandy del siglo pasado en un Bentley 3L de 1924 o un playboy hollywoodense en un Mercedes-Benz alas de gaviota de 1956.
Después de disfrutar de los deportivos y viajar en el tiempo, los visitantes podrán disfrutar de algunos de los nuevos modelos que pronto estarán en los concesionarios locales. El Salón del Automóvil estará abierto hasta el próximo domingo en el predio de La Rural, todos los días ,de 12 a 22. La entrada cuesta 100 pesos y los menores no pagan..
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