Por Luis Autalan

Un estudio de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires ( UBA) advirtió que el Salario Mínimo cayó un 33% en dólares durante los últimos meses, dato duro sobre una merma más para el poder adquisitivo de los trabajadores. “Este fenómeno, conocido como atraso cambiario, ocurre cuando la moneda local no se deprecia al mismo ritmo que la inflación interna o la depreciación de otras monedas”, explica el reporte. Las consecuencias abarcan el encarecimiento de bienes esenciales y reducción de ingresos reales, según coinciden en los gremios al repasar el paper, ante la consulta de BAE Negocios.

Vale recordar que el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) es el sueldo mínimo legal para los trabajadores y trabajadoras en la Argentina. Un piso de ingresos que, debería, garantizar que las personas puedan cubrir sus necesidades básicas y ejercer sus derechos humanos, como lo establece la normativa.

Para el estudio del Centro RA (Estudios para la Recuperación Argentina) de la UBA, tras la devaluación del 54% que llevó adelante Javier Milei en el inicio de su gestión, el tipo de cambio real mejoró la competitividad económica en los primeros meses. Sin embargo, por la inflación y la desregulación de precios, hubo una caída del 29% entre enero de 2024 y enero de 2025. “El tipo de cambio real se ubicó por debajo del nivel previo a las elecciones presidenciales”, consigna el relevamiento.

Los investigadores de la UBA consideran que la depreciación del  SMVM redujo la capacidad de compra de productos básicos. “Con un Salario Mínimo en enero de 2025 se pueden adquirir 22 kilos menos de pollo, 126 litros menos de leche y 26 kilos menos de pan respecto al inicio de la gestión», señalan.  Incluso en comparación con otros países subrayan que la pérdida de poder adquisitivo es notoria: por ejemplo, en España un Salario Mínimo permite comprar 1.170 litros de leche, en la Argentina la eventual compra no supera los 200 litros.

El informe también analiza el impacto en otros sectores, como la vestimenta, donde Argentina se ubica entre los países con los costos más altos del mundo. “Si comparamos la cantidad de jeans Levi’s que se pueden comprar con un Salario Mínimo, en Europa se adquieren alrededor de 19, en América Latina el promedio es 8, y en Argentina no llega a 2”, detalla el reporte. Los analistas sostienen que esto responde a la combinación del SMVM bajo y precios internos elevados.

Para los economistas y expertos que asesoran a sindicatos lo expuesto en el informe de la UBA certifica deterioro del nivel de vida en la Argentina. La interacción entre la inflación, el atraso cambiario y caída del SMVM en dólares minimiza la capacidad de compra de los trabajadores y trabajadoras, generando un escenario de crisis económica profunda.

Cifra y Aceiteros

Por un lado el Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la CTA de los Trabajadores con su análisis didáctico y el Sindicato de Aceiteros liderado por Daniel Yofra, consagran en teoría y la práctica paritaria, en el caso del gremio citado, la real dimensión del SMVM, como factor de garantía de salud salarial.  Los Aceiteros negocian en base a lo que consideran que debería ser el “SMVM real” sus aumentos de sueldo, desde 2003 a la fecha, para todas las categorías de convenio y labor.  

Sin perjuicio de tal premisa, el Cifra -como publicó BAE Negocios- ha definido que el SMVM “tuvo una pérdida brutal de poder adquisitivo apenas asumido el gobierno actual, producto del efecto de la devaluación de la moneda y su impacto en los precios”. Con el debate del Consejo del Salario reducido a acuerdos entre la Casa Rosada y foros empresarios, remarcan que no hubo recuperación del SMVM y recuerdan que en octubre pasado con $ 271.571 el valor real del haber mínimo fue un 28,4% menor que en noviembre de 2023.

Esa pérdida se acumula con retrocesos de años anteriores, con lo cual según la investigadora del Cifra Mariana González, ese registro “ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial”.

Al analizar el SMVM con las líneas de pobreza y de indigencia, según la investigadora, se revela una situación peor que la de 2001.