La gestión de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires denunció que solamente se realizaron 26 kilómetros de obras en un total de 212km. Advierten que existe una situación de conflicto por la ausencia de obras. La palabra del Subsecretario de Infraestructura Hidráulica bonaerense, Guillermo Jelinsky.
“Va a llegar un día en el que ocho millones de personas dejen de inundarse. Esta vez sí va en serio”, dijo la hoy ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal al anunciar, en pleno inicio de la campaña electoral de 2017, las obras de la etapa 4 de la Cuenca del Salado. A casi tres años de la aseveración de la líder bonaerense de Cambiemos, la realidad difiere al discurso y así lo denunció la gestión de Axel Kicillof.
Es que, en 2017, Vidal había anunciado el inicio del tramo IV de las obras correspondientes al Río Salado después de lo que fueron las tres etapas iniciales que se desarrollaron desde el año 2004 hasta el 2015. Las obras IV fueron subdivididas en la etapa 1A y 1B; 2; 3; y 4. De ellas, la mayoría son financiadas con fondos nacionales y solamente el tramo 1B corresponde a financiamiento provincial a través de un crédito del Banco Mundial.
En total, son 212 los kilómetros que abarca el tramo IV de las obras, que inician desde la Laguna Las Flores Chica y termina en la Laguna municipal de Bragado. Al día de la fecha, solamente se avanzó en un 15 por ciento de las obras. “Se hizo un pequeño tramo aguas abajo, que representa menos del orden del 15 por ciento del total de lo que se dijo que tenía que estar hecho”, señaló a LaTecla.info el subsecretario de Infraestructura Hidráulica, Guillermo Jelinsky.
En definitiva, conforme los datos oficiales producto del relevamiento realizado sobre la Cuenca, las obras prácticamente no comenzaron. Solamente la etapa 1A, financiada con fondos nacionales, se encuentra con un avance del orden del 94 por ciento. Mientras que la etapa 1B, que depende de la Provincia con fondos del Banco Mundial, se encuentra en apenas un 9 por ciento de avance. En tanto, el tramo 2 está en 0 por ciento; el 3 llega a 9 por ciento y el 4 quedó en 4 por ciento.
Al igual que ocurrió en diferentes áreas de la gestión, desde agosto último se abandonaron los pagos a los proveedores. Vale recordar que la denuncia inicial fue realizada por el ministro de Salud, Daniel Gollan, sobre una deuda con la única fabricante de gasas de la Provincia. En ese sentido, la situación de falta de pagos se extendió en varias aristas de la administración pública y la Cuenca del Salado no es la excepción a la regla.
“Desde agosto se les debe dinero a las empresas, si bien podrían haber parado la obra, se pusieron a trabajar a un ritmo más lento, ahora les exigimos que trabajen con normalidad y están comprometidas con el proyecto”, detalló Jelinsky.
Con el antecedente de obras sin avanzar, desde Infraestructura apuestan a poner en marcha la maquinaria y que en julio se sienta el avance de las dragas en la Cuenca. La etapa 1B es el próximo paso a seguir y a la cual se le destina “la máxima energía”. Así, el subsecretario de Infraestructura Hidráulica explicó que “las empresas están abocadas a poner en funcionamiento (las dragas), cada draga que hay que traer lleva tres meses ponerla en régimen. Ya hay dos trabajando, dos más están llegando y vamos a llegar a tener entre ocho y diez dragas, antes había cuatro”.
En tanto, la falta de avance en los tramos 2, 3 y 4, de financiamiento nacional, obliga a la Provincia a proyectar una nueva pauta para las obras de manera conjunta con el gobierno de la Nación.
En definitiva, a tres años de la promesa de María Eugenia Vidal en la que aseguró que ocho millones de personas van a dejar de inundarse, la Cuenca del Salado se encuentra igual hace más de cinco años. Las obras no avanzaron y una situación de crecida acabaría de la manera ya conocida. La Provincia trabaja para reducir el riesgo.
“Sería una falacia y muy peligroso decir que vamos a terminar con las inundaciones”
Guillermo Jelinsky, subsecretario de Infraestructura Hidráulica de la provincia de Buenos Aires, conversó con LaTecla.info sobre el avance de las obras de la Cuenca del Salado y el negativo hallazgo al asumir la gestión. Cuales son los pasos a seguir, el impacto que las obras pueden tener ante las lluvias y crecidas, más la irresponsabilidad electoral.
-¿Cuál es la situación del Salado hoy?
Desde el año 2004 al 2007, casi hasta el 2015, se realizó la totalidad del tramo 1,2 y 3 de la obra. La obra troncal del Salado estaba ejecutada en un 50 por ciento cuando comienza la gestión anterior (de María Eugenia Vidal), a partir del 2017 se licita el tramo 4, ese tramo la subdivieron en etapas y lo único que prácticamente está terminado hasta la fecha es la etapa 1A que la ejecuta la Nación y está en un 94 por ciento. Del resto de las etapas no hay nada, la 2 está en 0, la 3 en un 9 por ciento y la 4 en un 4 por ciento. Del Salado lo único que está hecho son 26 kilómetros del orden de los 212 que había que tener ejecutado desde 2017. Claramente se tira por tierra cualquier especulación de que esta obra se ejecutó, está avanzada. No se han realizado obras en la cuenca del Salado, nos ha puesto en una situación de conflicto.
-¿Los fondos para las obras están?
Los recursos del Banco Mundial están, no se han ejecutado la mayoría de los fondos que teníamos con organismos de crédito internacional. Hay una deuda muy muy grande, deuda de fondos provinciales. Estas obras las está ejecutando Nación y tenemos que ver como vamos a seguir la etapa 3 y 4; la 1 B la tenemos que poner a trabajar, estamos en un 9 por ciento en una obra que tenía que arrancar en 2017, estamos trabajando fuertemente para adelantar esta etapa, necesitamos tenerla en ejecución. Con las otras estamos trabajando para ver como seguimos adelante en su estado inicial, eso nos permite rever como está el avance ambiental, como están los fondos, como está el proyecto. Nos da cierta libertad porque no se avanzó nada, es la triste realidad.
-¿Si hay una lluvia o crecida importante se va a volver a inundar?
Está igual que hace cinco años atrás, la única mejora de escurrimiento es la etapa 1 A. El resto, si viene una crecida importante del río va a pasar lo mismo que venía sucediendo, una inundación. La función de este cauce es manejar determinadas crecidas y no hay obras hechas, recién esta desembarcando las empresas con sus dragas y equipos.
-¿La gestión Cambiemos informó la situación?
Con la gestión anterior tuvimos un approach, nos mostraron que estaban encaminadas, que estábamos en otra realidad. Pensamos que tenían mayor desarrollo, Jiménez (anterior subsecretario) nos alertó el estado de las obras, nosotros terminamos de conocer la realidad cuando nos sentamos y pudimos tomar vista de la situación. No obstante sabíamos que no estaban avanzadas al nivel que se decía en algunos ámbitos.
-¿Cuándo se termine la obra se van a contener inundaciones o se va a necesitar un nuevo proyecto?
No se van a contener inundaciones, lo que se va a hacer es mejorar el río para determinado tipos de crecidas, la cuenca se va a seguir inundando para situaciones fuera de diseño. Lo que si se va a proteger es a las ciudades, los campos se van a seguir inundando porque no hay obra que pueda contener eso y no es necesario. Cuando uno interviene un río puede alterar el funcionamiento del ambiente, entonces hay que tener cuidado hasta que punto uno puede afectar el funcionamiento natural de la cuenca y termina secando un humedal que no quería, genera drenaje donde no quería. Estamos desarrollando el plan del monitoreo de la Cuenca que no se hizo y hay recursos del Banco Mundial destinado para ese monitoreo y va a haber un estudio natural de la Cuenca, este es el troncal principal, pero hay que ver los cauces, ver que los pequeños arroyos no sufran por haber dragado el cauce principal, va a ser un trabajo integrado para todo el río y para toda la cuenca midiendo como se comporta el río una vez dragado para poder proyectar.
-¿Se van a terminar las inundaciones?
Hay que tener mucho cuidado cuando se habla de obras hidráulicas, las obras hidráulicas están previstas para una lluvia determinada y un comportamiento determinado, las modificaciones del clima o lluvia dentro del patrón normal pero para crecidas extraordinarias, las obras van a ser superadas. Las obras hidráulicas no hacen que no se inunde, lo que hacen es mejorar la capacidad de escurrimiento y hacen que las localidades y las áreas tengan menos riesgos, mitigan el impacto, pero hay que seguir trabajando desde los programas blandos. Es decir los planes de gestión de riesgo, las medidas de alerta, que hacer con la gestión de la cuenca desde el punto de vista que no es estructural, y sobre todo los planes de contingencia que los conozca la población, la población tiene que saber que hacer cuando se dan medidas más allá de lo normal, para eso tenemos una dirección que fue desactivada y que la vamos a volver a activar donde vamos a trabajar en la reducción del riesgo, sería una falacia y muy peligroso decir que vamos a terminar con las inundaciones, vamos a reducir el riesgo de las inundaciones. Para eso vamos a crear planes específicos, se va a mejorar el escurrimiento para determinadas crecidas y vamos a trabajar el riesgo sobre bienes y la población.
Comentá la nota