Es un denominador común que complica y en algunos casos impide la llegada a pueblos y ciudades cercanas a Junín. Asfalto roto, pozos inmensos, falta de iluminación y ausencia de banquinas, algunas de las graves falencias que atentan contra la vida de los vecinos de la zona.
El deterioro y la casi nula en inversión en infraestructura vial provocó que las rutas y accesos a los pueblos y ciudades de la Región están prácticamente intransitables, poniendo en riesgo la vida de quienes por allí transitan.
Uno de los ejemplos más fehacientes es el trayecto que conecta la localidad de Ascensión con Ferré.
De hecho, para ir de un lugar a otro hay que tomar sí o sí por un acceso que fue construido en la década del ochenta por una comisión de fomento vecinal. A juzgar por su apariencia actual no es ni ruta ni camino de tierra y no se sabe a quién pertenece.
Vialidad no se hace cargo y el Municipio dice no tener los recursos para arreglarlo, lo único que hace es realizar bacheos. “Es una ruta que se hizo mal de entrada y ahora no pueden arreglarla”, resume Ricardo Tapia, vecino histórico de Ascensión que fue testigo de la obra.
Lo cierto es que esa arteria es muy utilizada por ser el único canal terrestre que une a esos dos poblados pertenecientes el partido de General Arenales. “Pasan camiones, camionetas, tractores, maquinarias, en fin… vehículos de todo tipo y el suelo queda hecho un desastre. Le ponen material en frío, pero eso a los pocos días se va. Más si llueve”, describe Tapia.
En cuanto al acceso principal a Ascensión (Ruta 45), los vecinos del lugar afirman que “está medianamente aceptable, transitable”. “Nunca fue repavimentado. De ahí salís por un camino que va hacia el paraje “La Angelita” y sigue la traza, pero por camino de tierra, hacia Rojas, porque esa ruta se presupuestó, se licitó y hasta se empezó a construir y cuando estaba a punto de iniciarse la pavimentación se interrumpió la obra. Pero eso pasó dos o tres veces”, comenta Oscar.
Trampas mortales
Saliendo por la Ruta Provincial 65 –cuna de numerosos siniestros con víctimas fatales en lo que se lleva consumido del corriente calendario-, el paso por General Arenales permite observar falencias de señalización y de iluminación en el ingreso a la ciudad, al igual que varias grietas. Son las mismas irregularidades que se revelan en las entradas a Fortín Tiburcio y Agustina.
El enlace con la Ruta Nacional 188 conduce a los viajeros que doblan a la derecha a Lincoln, un partido donde se sufren las consecuencias de la falta de infrestructura vial.
En la ciudad cabecera, el acceso Hipólito Yrigoyen se deterioró bastante en el último año. Pasan muchos camiones y hay una balanza comercial situada justo en el medio del recorrido. “Cuando llegás al ferrocarril, son terribles los pozos y baches que hay. Es un desastre y un foco de peligro”, cuenta alarmado Jorge Cifaldi, periodista linqueño.
Pero si eso ya es demasiado como para no quedarse tranquilo, Cifaldi asegura que, yendo para la localidad de Roberts, en la Ruta 68 “hay unos pozos grandísimos, lo mismo que en la 50, camino al pubelo El Triunfo, estado que ha producido la muerte de gente.”
Dicho así de sencillo, igual alcanza para que ese enunciado ponga la piel de gallina. “Es que hay rodados con los que no podés pasar, como por ejemplo las motos, y si hay gente que no conoce el terreno o que sin tener otra cosa en la que movilizarse ha tenido que encarar igual en un día de lluvia, el destino le puede jugar una muy mala pasada”, continúa advirtiendo Cifaldi.
Volviendo a suelo linqueño, en el acceso García Tuñón, que es para los que llegan desde General Pinto, General Villegas y alrededores, fue ejecutada una remodelación parcial este año. “Esa parte está en buen estado, y si vas a Pinto te vas a encontrar con las mejores condiciones viales de la zona”, agrega.
Muy diferente es el panorama para aquellos que pretenden ingresar o egresar de pueblos como Bayauca y Bermúdez y Coronel Granada, donde el territorio es agreste y la ruta más cercana queda a leguas de distancia.
Y si de sendas traumáticas se trata, la que lleva a Arenaza también tiene lo suyo. “Pasar por ahí es una aventura. “Tuvieron la suerte de que hace unos años se instaló una cerealera en cercanías del pueblo y realizó una inversión para mejorar el camino y que hace pudieran ingresar y salir los camiones”, señala Carlos Cernadas, productor agropecuario que se traslada a diario en camioneta al pueblo.
En el partido de Junín
A los detalles apuntados de Fortín Tiburcio y Agustina se les deben agregar algunos otros en las tres otras localidades que componen el partido de Junín. Tomando el caso de Agustín Roca, al ser un acceso corto (de mil metros de extensión) y estar iluminado, no parece haber mucho lugar para las quejas. El delegado roquense, Diego Ferrari, expresa que no obstante haría falta mejorar el estado del otro acceso al pueblo.
En Saforcada, en cambio, no son pocos los reclamos de lomos de burro para atenuar la velocidad que, sobre todo, despliegan las motos.
Con respecto a Morse, al ser un acceso relativamente nuevo (la iluminación fue inaugurada en junio de 2012), también son escasas las observaciones vecinales.
O´Higgins, cuna de grandes pozos
El paradigma de lo peor en materia de infraestructura vial es O´Higgins, donde los pozos coparon el acceso hace al menos cinco años. El hecho de que primero se haya ignorado el problema y que después, al ser tomado en cuenta por las autoridades municipales y provinciales, la solución haya empezado a tropezar con reveses burocráticos llevó a que en la actualidad, al menos cuatro de los diez kilómetros que comprenden el trayecto desde la Ruta Nacional 7 hacia el interior de la localidad estén repletos de baches grandes y profundos.
A raíz de esa situación, hay docentes de Junín y Chacabuco que renunciaron a sus cargos en las escuelas del pueblo porque no quieren seguir estropeando sus coches y el colectivo que viajaba todos los días a esta ciudad, con decenas de pasajeros que encontraban en ese medio de transporte una utilidad esencial para sus quehaceres comerciales, laborales y personales, dejó de andar hace un mes y lo más factible es que el servicio no se recobre. Las últimas novedades respecto de ese tramo indican que el senador provincial Gustavo de Pietro (UCR) realizó una presentación ante la Administración General de Vialidad bonaerense para reclamar la concreción de la obra.
La repavimentación, mejora de iluminación y señalización del acceso a la localidad de O´Higgins fue presupuestada y sumada a la Base de Datos de Repartición, lugar donde se destinan las obras a realizarse.
Según trascendió, y debido a una gestión del legislador radical ante la Administradora General de Vialidad de la Provincia, Patricia Tombesi, la obra fue presupuestada en agosto de este año, por un total de $39.097.810. Si bien no se fijaron los plazos para la realización de obras que aguardan ejecución, según informó Alicia Plastino, subgerente de Planificación Vial la misma, se informó que fue sumada a una base de datos.
La posibilidad de que por fin se iniciara la repavimentación del acceso quedó desterrada –al menos por el momento-, al fracasar la licitación que se llevó adelante en mayo pasado.
Al concurso de precios se presentaron tres empresas interesadas en llevar adelante ese trabajo en el deteriorado camino, cuya extensión es de unos diez kilómetros. El presupuesto fijado por la Provincia era de 33.000.000 de pesos, pero las oferentes pidieron más de 50.000.000 y, por lo tanto, el proceso licitatorio fue declarado desierto.
De ese modo, el estado de la calzada continúa agravándose sin que haya certezas sobre el momento en que llegará la solución para un problema que desvela a cientos de familias. El asfalto que conduce a O’Higgins tiene muchos años de deterioro y se fueron haciendo arreglos parciales, pero resulta necesaria la reparación total.
Más al sur del partido de Chacabuco, los habitantes de Castilla no ganan para sustos con las novedades que les da el mal estado de la ruta que sirve de ingreso a ese poblado de setecientos habitantes.
Paquete de proyectos
La Legislatura bonaerense aprobó un paquete de proyectos vinculados al pésimo estado de las rutas en la provincia de Buenos Aires, en especial, los tramos correspondientes a las localidades de Baradero, San Antonio de Areco, Ramallo, Salto, Arrecifes y San Pedro.
Las iniciativas parlamentarias pertenecen al diputado provincial Daniel Monfasani (Frente Renovador), quien solicitó al gobierno de Daniel Scioli la repavimentación de la Ruta Provincial N°41, en el tramo que une Baradero, Areco, Giles y Mercedes, que presenta un notable deterioro producto de la falta de mantenimiento por parte de la Dirección de Vialidad.
Respecto a las rutas N° 191 y N° 1001, se solicita al Ejecutivo que brinde información sobre el estado y reparación de las cintas asfálticas que unen los distritos de Salto, Arrecifes y San Pedro, como así también, sobre el tramo (de la ruta 1001) comprendido entre la localidad de Río Tala, partido de San Pedro y la localidad de San Pedro.
Por la circulación
En referencia a los proyectos aprobados en la sesión de Diputados, el legislador por la segunda sección electoral explicó: “En los últimos diez años, las rutas del interior se han deteriorado producto del aumento en la circulación de vehículos y camiones, y no se ha trabajado en el mantenimiento de las mismas, lo que genera mayor riesgo para los conductores”.
En ambas rutas, el mal estado avanzó hasta su deterioro lo que produjo que las banquinas sean intransitables, sin señalización y con baches y pozos que pueden ocasionar accidentes de tránsito que importen un potencial riesgo físico para quienes frecuentemente conducen por la ruta.
Más partidas para la ruta N° 51
Por último, el diputado Monfasani solicitó la inclusión en la partida presupuestaria del próximo año para la realización de obras de reconstrucción y pavimentación en la ruta provincial Nº 51, en el tramo que une las ciudades de Ramallo (km. 0), Arrecifes (Km. 74) y Carmen de Areco (Km. 121), cuyas condiciones de intransitabilidad ponen en serio riesgo la circulación vehicular por el lugar.
“La ruta 51 es muy utilizada por automotores y camiones cargados con cereal, ya que tanto Bahía Blanca como Ramallo poseen importantes centros portuarios, y en el caso de Ramallo, el puerto de Ternium Siderar trabaja en la carga y descarga de insumos y productos siderúrgicos, luego el puerto de la empresa Bunge es uno de los más nuevos y grandes del país, y ello sin duda refleja la trascendencia que reviste la ruta provincial 51 como corredor económico de la provincia de Buenos Aires”, explicó el diputado.
El ejemplo de Alem
El caso de Leandro N. Alem es uno de los pocos ejemplos a imitar en esta región si de accesos y rutas se habla.
El ingreso a esa localidad, llamado “Dr. Lorenzo Firpo”, en conmemoración, justamente, de un doctor muy reconocido en ese lugar, se inauguró en el año 1969 y se repavimentó en el 2007. En ese año, además, se agregó un boulevard desde la altura de la cancha del club Martín de Yrigoyen hasta 300 metros antes de la plaza del pueblo. “Actualmente, el mismo se encuentra en buenas condiciones. Constantemente se hacen trabajos de mantenimiento, tales como el corte de pasto y poda de árboles en los bordes, así como de las plantas que adornan el boulevard, iluminación, bacheo, señalización y demás. A decir verdad, en relación con los otros accesos del distrito, es el que en mejores condiciones se encuentra. Es parejo y seguro a la hora de circular por el mismo. De hecho, muchas personas de la localidad elijen ese recorrido para realizar caminatas en diferentes momentos del día, incluso por la noche”, describe Valeria Paget, que además de residir en Alem es periodista y siguió de cerca toda la obra ejerciendo esa profesión.
Un detalle que no tiene que ver con el acceso en sí, pero que le da un toque pintoresco es la ermita de la Virgen ubicada en la intersección con la Ruta 7, todo un aliciente para los caminantes creyentes.
Escenario adverso
Así, en medio de un escenario gigante que propone un sinfín de obstáculos temibles, los miles de automovilistas que transitan el anillo principal del noroeste bonaerense se debaten día a día entre la inseguridad y el miedo de que un infortunio los deje a mitad de camino, ya en entre el lugar de salida y el destino sino entre la vida y la muerte.
En lo que va del año, Democracia contabilizó cerca de cuarenta fallecidos como consecuencia de los siniestros viales ocurridos en cien kilómetros a la redonda de Junín.
Pero sería imposible llegar a una cifra certera de los humanos que encontraron un fin fatal de la misma manera en carreteras como la 7, la 188, la 65 y la 50, la 68 y la 191 , entre otras.
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