El DT tiene varios puntos para poner en la balanza. Por supuesto este ejercicio se hace en un momento en el que la confirmación del equipo aún no está y no deja de ser un mero juego de especulación.
"Un partido aparte, único". "No importa cómo lleguen los equipos". "Depende de la inteligencia de cada uno y cómo estén los jugadores ese día". Frases que aparecen en la previa de cada clásico y que nunca faltan. No obstante, para definir un equipo, pero sobre todo un estilo de juego, hay un trabajo que los entrenadores suelen realizar y que tiene que ver con varios aspectos. A saber: el nivel de los futbolistas a lo largo del torneo, su temperamento, sus bondades físicas y futbolísticas en momentos clave y, por qué no, sus antecedentes en partidos de estas características. En lo que concierne a Rosario Central, Miguel Angel Russo tiene varios puntos para poner en la balanza. Por supuesto este ejercicio se hace en un momento en el que la confirmación del equipo aún no está y no deja de ser un mero juego de especulación, pero vale llevarlo a cabo.
Lo primero que se debe mencionar es que las principales incógnitas del entrenador canalla (para él posiblemente no sean demasiadas) están en la mitad de la cancha y la delantera. Y es allí donde podría posarse un ojo clínico con todos aquellos elementos anteriormente mencionados. La paridad entre todos aquellos que están anotados y corren la carrera para ganarse la titularidad es llamativa, a excepción de un par de casos, como lo son los de Hernán Encina y Walter Montoya. Es que el Sapo jugó cinco partidos (4 como titular) y el chaqueño apenas uno (el domingo pasado, en la Bombonera). El resto, todos con la misma cantidad de encuentros sobre el lomo, especialmente los delanteros.
Pero como se dijo, los antecedentes cuentan. Y Encina fue no sólo uno de los puntos más altos del equipo en el clásico ganado en Arroyito, sino que fue el autor del gol del triunfo para el conjunto canalla. Puede parecer un dato menor. Tal vez no lo sea. Lo mismo corre para Franco Niell, quien hasta aquí de los ocho partidos que disputó siete los hizo desde el primer minuto y viene de marcar en el Parque.
Pero la mirada retrospectiva arroja algunos otros condimentos. Nery Domínguez y Antonio Medina son los dos únicos futbolistas (siempre analizando a mediocampistas y delanteros) que estuvieron desde el arranque en los dos últimos enfrentamientos ante Newell's. Esta mención se hace porque el chaqueño hoy parece estar rezagado en la consideración del técnico y porque ese plus podría otorgarle posicionarse algunos casilleros más adelante.
Hasta el propio Alejandro Donatti, quien se presume será el reemplazante del suspendido Lucas Acevedo, viene con un nivel futbolístico muy por debajo de su nivel —al menos del que alguna vez supo demostrar con la camiseta de Central—, pero es otro de los futbolistas que sabe de las mieles del triunfo y de los goles (anotó en el Gigante y estuvo muy cerca de repetir en el Coloso).
Por lo demás, tal vez Russo base su decisión en lo que cada jugador le dio a lo largo de las 11 fechas anteriores. Y esa arista encuentra a casi todos en condiciones dentro de todo simétricas, al menos en lo que tiene que ver con la cantidad de partidos jugados. Por eso la posibilidad también de analizar los rendimientos de acuerdo a las sociedades que en su momento hubo en cancha.
La rotación de entrenador ha sido pareja para con todos, ya que además del torneo Central afrontó Copa Sudamericana (dos encuentros) y Copa Argentina (tres), en la que está clasificado a la semifinal. De allí que todos hayan jugado prácticamente la misma cantidad de partidos.
Pero lo que viene tiene un significado especial. Para los jugadores y también para el DT. Por eso la po-sibilidad de desparramar sobre la mesa todo ese abanico de compo- nentes, que puede existir o no, pe- ro que bien podría serle útil a Russo para que a la hora de señalar a los once el margen de error quede reducido a la mínima expresión.
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