El australiano Colin Russell era el único de los 30 tripulantes de Arctic Sunrise al que no le habáin cocedido el beneficio
"No tengo nada que decir. Soy un buen hombre. Les pido que me concedan la libertad bajo fianza", dijo Russell, de 59 años, durante la vista celebrada en el Tribunal Municipal de San Petersburgo.
Russell, el técnico de comunicaciones del buque apresado por los guardacostas rusos el 19 de septiembre en el mar de Bárents, era el único al que el tribunal de San Petersburgo había prolongado la prisión preventiva por otros tres meses.
No obstante, hoy el tribunal aceptó el recurso interpuesto por Greenpeace y ordenó la liberación de Russell previo pago de 2 millones de rublos (unos 60.000 dólares).
Greenpeace aseguró que pagará hoy mismo la fianza, de forma que el activista sea puesto en libertad el viernes, tras lo que podrá reunirse con sus familiares que se han desplazado desde Australia.
Russell, al igual que los otros activistas de la organización ecologista, entre ellos, los argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, se hospedará en un hotel de la antigua capital imperial rusa hasta que concluya la investigación.
Se desconoce cuándo se les permitirá a los acusados no rusos del grupo -que incluye a ciudadanos de 18 nacionalidades- abandonar Rusia.
"Por fin, los 28 miembros de la tripulación y dos periodistas independientes han sido liberados, pero esto no es el final ", aseguró Ben Ayliffe, directivo de Greenpeace Internacional, y agregó que la ONG "no celebrará la victoria hasta que cese la persecución judicial de los activistas y estos puedan regresar a sus casas con sus familias".
Los tripulantes del "Arctic Sunrise" habían sido trasladados el pasado 12 de noviembre a San Petersburgo desde el puerto de Múrmansk, donde permanecieron durante mes y medio después de ser detenidos el 19 de septiembre.
Los activistas son acusados de vandalismo por intentar subirse el pasado 18 de septiembre a la plataforma petrolera flotante Prirazlómnaya de Gazprom.
El presidente ruso, Vladimir Putin, criticó los métodos utilizados por los tripulantes del Arctic Sunrise, a los que acusó de poner en peligro al personal de la plataforma petrolera, pero calificó de "nobles" sus objetivos.
Al mismo tiempo, el mandatario ruso subrayó que el Estado no debe ser "cruel", debe vigilar que todos se atengan a las normas, pero también debe ser "indulgente".
Los tripulantes del Arctic Sunrise proceden de Rusia, Estados Unidos, Argentina, Reino Unido, Canadá, Italia, Ucrania, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca, Australia, Brasil, República Checa, Polonia, Turquía, Finlandia, Suecia y Francia..
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