Fundido en una toma de sumo con su homólogo francés, con quien difiere respecto del conflicto armado en Siria, el presidente ruso, Vladimir Putin, extendió su bronca ayer y se quejó de los intentos de Occidente de culpar a Moscú de todos los males del mundo.
Horas después de que el mandatario ruso declinara su visita a París para conversar de la situación en la República Arabe, François Hollande habló por teléfono con su par ruso, y con la canciller alemana, Angel Merkel, para preparar una cumbre sobre la crisis de Ucrania.
Durante un foro empresarial celebrado en la capital rusa, Putin dijo que Washington sabe quién destruyó el convoy de Naciones Unidas, que en septiembre se dirigía a Alepo para entregar ayuda humanitaria. “El convoy fue atacado por una de las organizaciones terroristas y nosotros sabemos que los estadounidenses también lo saben, pero prefieren tomar otra posición y lanzar acusaciones infundadas contra Rusia”, aseguró el jefe del Kremlin.
“Esto no ayuda a la causa. Esos comportamientos, en la arena internacional, se llaman presión y chantaje”, sostuvo Putin en respuesta a las acusaciones de crímenes de guerra vertidas por Occidente tras los bombardeos rusos en Alepo. Hace tres semanas, Alepo es blanco de una ofensiva rusa para desalojar a los rebeldes que controlan la ciudad desde 2012. Estados Unidos y Rusia habían sellado un alto el fuego pero el ataque al convoy quebró la frágil tregua.
Desde la semana pasada, Francia encabeza los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego ante el Consejo de Seguridad; pero Moscú asegura que lo único que busca París es provocar intencionadamente el veto ruso para agravar la situación y atizar la histeria antirrusa. Ayer, Putin recordó que el canciller ruso, Serguei Lavrov, advirtió la semana pasada a su par francés, Jean-Marc Ayrault, que Rusia no vetaría la propuesta de resolución francesa sobre Siria si tenía en cuenta la postura del Kremlin.
Por ello, consideró Putin, Francia no tiene motivos para enojarse por el veto ruso a una propuesta de resolución que, según el Kremlin, carga toda la culpa a las autoridades sirias; y aseguró que no fue él sino la parte francesa quien decidió aplazar su visita a París, para reunirse con su par galo, François Hollande. Por otro lado, el líder del Kremlin subrayó que es muy difícil negociar con las actuales autoridades de Estados Unidos, con las que prácticamente no hay diálogo, debido a que intentan dictar sus condiciones a otros países.
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