Ni sus partidarios más cercanos lograron advertir que el pinedense en realidad es el titiritero de una entente que busca acotar el margen de maniobra de sus adversarios internos. Su fin: fortalecer a Convergencia Social.
Muchos radicales se enojaron al enterarse de que una delegación de correligionarios había iniciado negociaciones con Sergio Massa. Los más principistas propusieron participar de las elecciones nacionales sin llevar candidato presidencial, pero el silencio de Angel Rozas demuestra que la discreción de los enviados a Tigre fue sólo parte de una estrategia articulada por el exgobernador para cerrar trato con un sector del peronismo chaqueño.
Rozas no sólo habría consentido el acercamiento con Massa, sino que alentó esa jugada en el marco de una movida provincial en dos tiempos: madrugar a Aída Ayala en la política de alianzas y, luego, anudar un acuerdo con las vertientes del PJ que, en discordancia con el kirchnerismo, hallan cobijo en el espacio conducido por el intendente de Villa Berthet, Atlanto Honcheruk.
Una facción del radicalismo fortalecida por la presencia massista adquiere mayor peso en la negociación interna con la intendenta de Resistencia, al tiempo que extiende su radio de acción hasta los bolsones de peronismo díscolo, con votos que no son para desdeñar en una circunstancia coyuntural ventajosa para la oposición: el PJ no logra instalar un candidato fuerte y depende del regreso de Jorge Capitanich, cuya presencia profundizará la grieta social con una polarización entre los extremos anti-K y pro-K, sin espacio para posiciones intermedias.
El silencio de Rozas es en realidad sigilo. Ni sus partidarios más cercanos (como el caso de Hugo Maldonado) lograron advertir que el pinedense en realidad es el titiritero de una entente con derivaciones inesperadas que podrían acotar el margen de maniobra de sus adversarios internos para buscar sociedades con el PRO, en particular porque el Frente Renovador de Sergio Massa tiene a diferencia del macrismo una representación territorial consolidada por Honcheruk.
Por el momento las conversaciones son preliminares pero tienen un objetivo preciso predeterminado por Rozas, quien busca fortalecer a Convergencia para dos instancias fundamentales: las PASO y las generales, con la sinergia que representaría concatenar la estructura partidaria del radicalismo con el efecto arrastre de la figura de Sergio Massa, hoy por hoy el presidenciable mejor posicionado para las elecciones generales.
Tras bambalinas
El legendario caudillo ucerreísta opera a destajo para cerrar con los peronistas que lidera el intendente Atlanto Honcheruk. Puertas adentro del radicalismo hay mar de fondo. Se lo interpreta como un golpe bajo a las posibilidades de Aída, que es la que más capitaliza el actual momento político, más allá de que algunos consideran que el tironeo del rocismo la fortalece como opción con un perfil propio y un estilo definido que le valió el mote de la Dama de Hierro, que apunta al voto independiente.
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