El planteo que trajo ayer la Cámara de Comercio de General Pico, a partir de un pedido de unos 70 comerciantes de la ciudad, de elevar de 40 a 100 los metros de superficie comercial contemplado en la ley de cierre dominical, fue duramente resistido por las cámaras empresarias y gremiales.
El pedido de ampliación sólo fue respaldado por la Cámara de Comercio piquense, ya que su par de Santa Rosa se opuso rotundamente al cambio, como también lo hizo la parte gremial de ambas ciudades y los representantes de las grandes cadenas de supermercados, que si bien dejaron en evidencia que no están de acuerdo con la ley de cierre, la aceptan tal cual está redactada y lo seguirán haciendo, según remarcaron.
Tampoco los diputados de los distintos partidos se mostraron de acuerdo con modificar la ley, pero básicamente porque consideran que es demasiado pronto como para hacer un análisis de los efectos que acarrea, ya que está en vigencia desde hace 15 días. Solo la tiernista Sandra Fonseca planteó que la legislación se hizo ‘de apuro’ y sin ampliar la ronda de consulta al momento de definir redacción, pero su postura fue rechazada y duramente criticada desde todos los sectores.
Efecto negativo
Silvia Ramos, presidenta de la Cámara de Comercio de General Pico, expuso ante los diputados una nota firmada por 68 comerciantes de esa ciudad que poseen locales de más de 40 metros cuadrados y que se ven afectados económicamente por no poder abrir los domingos, siendo que de esa cantidad de comercios apenas un par tienen empleados, que de todas formas no trabajan ese día.
La dirigente planteó que los pequeños comercios desde hace 8 años se binen beneficiando por el acuerdo primero y por la ordenanza después, que determinó el cierre de las grandes superficies los domingos, pero que ahora esos comercios se ven perjudicados por la flamante ley.
Remarcó que no están contra la ley de cierre dominical, pero consideró que ‘lo más atinado’ hubiera sido dejar como superficie de base los 100 metros que estipulaba el proyecto original.
El gremialista piquense Luís Carosio, en tanto, dijo que el planteo lo están haciendo algunos comerciantes aislados, y remarcó que llevar la superficie a 100 metros sería ‘una locura’, porque ‘ya no estamos hablando de las despensas del barrio’. Además, planteó que si ahora se cambia el metraje de 40 a 100, ‘mañana van a venir los de 101 metros cuadrados a pedir lo mismo’.
Su par santarroseño, Carlos Nemesio, rescató que la ley de cierre dominical es un ‘ejemplo’ y un ‘orgullo’ para todo el país y que fue una legislación que surgió del consenso de las partes. “Pedimos que se ratifique la ley que fue aprobada por mayoría; pedimos que no se le haga ningún tipo de reforma”, deslizó.
El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Rosa, Ortíz Echagüe, en tanto, afirmó que durante el primer fin de semana de aplicación de la ley las pequeñas superficies comerciales llegaron a triplicar sus ventas y que en los grandes comercios las ventas se concentraron durante el día sábado.
Dijo que en la ciudad solo hubo dos notas presentadas en la institución por parte de comerciantes que pidieron por la posibilidad de abrir, uno atendido por una persona con discapacidad y otro que es atendido por su familia.
Fue concreto al remarcar que “no se puede medir el desempeño de una ley durante dos fines de semana”, de allí que planteó que para comenzar a pensar en una posible modificación deberían transcurrir como mínimo dos meses.
Ante estos planteos, Silvia Ramos defendió la postura de los comerciantes piquenses al remarcar que las realidades no son iguales en todas las ciudades, e indicó que la venta de los días domingos representa para estos comercios el doble de la caja de los lunes.
El titular de la CAME local, Roberto Torres, dijo que “no podemos a dos semanas plantear que tenemos que cambiar la ley y tampoco podemos hacer una ley a la medida de cada uno”. Expresó, en consonancia con el dirigente de la Cámara de Comercio local, que para un análisis de posibles modificaciones se debería “dejarla andar por lo menos tres meses. No es aconsejable hacer modificaciones ahora”, indicó.
También los grandes supermercadistas dejaron en claro que están en contra de una modificación de la legislación. Estuvieron presentes en la Legislatura representantes de La Anónima, De León y ChangoMás. El empresario de la firma patagónica afirmó que “si empezamos a mover los metros ponemos en riesgo el espíritu de la ley”.
El más confrontativo fue el dirigente mercantil Rodrigo Genoni, quien indicó que en Santa Rosa ‘no tuvimos quejas ni de empleados ni de comerciantes’, y bregó porque la ley ‘quede como está’. Dijo que los comerciantes santarroseños demostraron solidaridad a partir del acatamiento a la legislación y no solo con los pequeños comercio sino también con los pueblos vecinos, ‘cosa que no se ve en General Pico’, deslizó.
El radical Carlos Bruno desmintió los dichos de Fonseca respecto a que la ley ‘salió de apuro’, ya que ‘una ley de estas características es un anhelo de muchos años’. Remarcó que se trata de una legislación ‘de avanzada’ y que contó con la amplia participación de los sectores involucrados. “No se puede salir a protestar el primer domingo por el tema de los metros, creo que eso no fue afortunado”, dijo en referencia al grupo de comerciantes de General Pico.
También el Pro y Pueblo Nuevo, se mostraron de acuerdo con no avanzar con modificaciones al texto de la ley. Darío Casado dijo que para eso ‘falta tiempo de maduración’ y Daniel Robledo, si bien consideró que el planteo es ‘real y genuino’ y que la situación del comercio en General Pico es difícil, ‘a esta ley la tenemos que dejar andar’ antes de pensar en cambios.
Atento a que el pedido de los comerciantes piquenses vehiculizado por su Cámara de Comercio cosechó el amplio rechazo, la presidenta de la comisión, Mariana Baudino, dio por cerrado el debate, por lo que la ley quedará tal como fue aprobada en Diputados y promulgada por el Poder Ejecutivo.
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