Rosca y secretismo de los gobernadores en la pelea por la caja millonaria del CFI

Rosca y secretismo de los gobernadores en la pelea por la caja millonaria del CFI

El organismo que reúne a las provincias elegirá a su titular. Continuidad o cambio: cinco candidatos. El PRO avanza, el peronismo resiste y Javier Milei la ve de afuera.

 

Por Gabriela Pepe

La casa de las provincias está en plena rosca y, el martes, entrará en sesión. Desde la media mañana, los gobernadores se darán cita en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para definir quién ocupará la silla codiciada del organismo que maneja una caja suculenta de recursos y, hasta ahora, siempre estuvo a manos del peronismo.

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El encuentro fue convocado por el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, a cargo por un año de la presidencia de la Asamblea, el órgano superior del Consejo. La invitación a los gobernadores cayó el lunes a última hora y sorprendió a varios: el actual titular del CFI, Ignacio Lamothe, tiene mandato hasta mediados de octubre, cuando se cumplen cuatro años desde su elección.

Pero Insfrán se adelantó un poco en los tiempos. Quienes siguen de cerca el proceso creen que pudo haber sido para evitar cambios bruscos en el escenario de elección que avizora. La invitación para la Asamblea Extraordinaria incluyó dos temas en el orden del día: la designación del secretario general y la solicitud de reincorporación de San Luis al CFI.

 

 

Cinco candidatos y una silla

La previa muestra un escenario de negociaciones complejas y una puja inédita entre el peronismo, Juntos por el Cambio y algunos independientes por imponer a su candidato. La administración de Javier Milei la ve de afuera.

Los nombres que circulan desde hace días son cinco, aunque algunos parecen haber quedado en el camino en la recta final. Ante las posibilidades de reelección de Lamothe aparecieron otros cuatro postulantes: Sebastián García de Luca, impulsado por Rogelio Frigerio y otros gobernadores de JxC; el exdiputado riojano Felipe Álvarez, que tendría el aval de gobernadores patagónicos, encabezados por el neuquino Rolando Figueroa; el consultor Gastón Douek, promovido por el radical Gustavo Valdés; y el exministro porteño Bruno Screnci, muy cercano al cordobés Martín Llaryora.

El panorama es complejo. El artículo 9 de la Carta Constitutiva del CFI establece que el secretario general será designado por “dos tercios de los miembros presentes en la Asamblea”, el órgano que integran todas las provincias. Si en la primera votación ningún candidato obtuviere esa mayoría, se procederá a una segunda votación. Si tampoco fuere exitosa, el secretario será electo por simple mayoría.

La carta constitutiva del CFI.

En octubre de 2020, Lamothe fue electo por unanimidad. El secretario general contó entonces con el apoyo de todo el peronismo y el empujón del entonces ministro del Interior, Wado de Pedro. La cara visible del CFI ya era un hombre conocido para las provincias. En 2008 había empezado a trabajar en la Casa Rosada junto al Chueco Mazzón, el histórico operador y armador del PJ en todo el país.

Tres años después, en diciembre de 2011, Cristina Fernández de Kirchner lo nombró secretario de Asuntos Municipales, debajo del ala del exministro del Interior, Florencio Randazzo. Desde allí también tejió vínculo con De Pedro, oriundo de su misma ciudad, Mercedes. Por eso, a Lamothe le quedó la etiqueta de camporista, aunque nunca perteneció a la agrupación K.

En 2020, a De Pedro no le resultó difícil convencer a los gobernadores de que lo votaran como secretario del CFI. La votación fue pocos días después de la muerte de Juan José Ciácera, un técnico ligado al peronismo que había llegado al cargo por un acuerdo de Raúl Alfonsín y el Partido Justicialista. Durante sus 33 años de mandato, acumuló poder durante el gobierno de Carlos Menem, recibió acusaciones por el supuesto uso discrecional de fondos y resistió después algunos embates e intentos de desestabilización. En la política se lo conocía como “el Julio Grondona de las provincias”.

Lamothe consiguió un apoyo contundente, en un mapa político completamente diferente al actual. En 2020, el entonces Frente de Todos (y aliados) gobernaba 16 provincias, mientras que Juntos por el Cambio controlaba cuatro distritos. Las otras cuatro estaban en manos de otras fuerzas políticas. Hoy el mapa es bien distinto. Unión por la Patria (UP) se quedó con apenas siete distritos, mientras que JxC tiene diez, aunque solo ocho podrán votar en la Asamblea del CFI, ya que San Luis se reincorporará el martes, pero deberá cumplimentar algunos pasos burocráticos después de la votación hasta volver a ser un miembro pleno y la Ciudad no tiene voto.

Lamothe y la granja del peronismo

“¿Para qué vamos a tocar lo que funciona bien? Con todos los problemas que tenemos, no generemos otro donde no lo hay”, le dijo un gobernador de UP a Letra P sobre las posibilidades de reemplazo de Lamothe. La mirada es compartida por todos los mandatarios del peronismo que se reunieron el miércoles en la Casa de La Pampa, donde conversaron, entre otras cosas, de la elección del CFI.

Los mandatarios dieron por tierra las versiones que indicaban que había una rebelión en marcha contra Lamothe, por considerarlo un nombre De Pedro y de La Cámpora. “Eso no es verdad. A Lamothe lo elegimos todos los gobernadores hace cuatro años, ya lo conocíamos de mucho antes y el CFI funciona muy bien”, apuntó otro de los asistentes a la misma reunión, en un claro respaldo al actual secretario.

Además, tres de los asistentes a la misma reunión, remarcaron que la gestión “es muy equitativa” y que Lamothe no tuvo preferencias partidarias a la hora de repartir fondos y proyectos. Esa característica es admitida por gobernadores de todos los signos políticos.

Sobre el filo de la elección, Lamothe aprovechó para mostrar un enorme trabajo técnico que el CFI hizo en conjunto con las provincias durante dos años y medio. El viernes pasado, encabezó una Cumbre Federal de Logística, de la que participaron mandatarios de todas las regiones y todos los signos políticos. Cosechó decenas de elogios para su gestión. Por la mañana, estuvieron Axel Kicillof y el puntano Claudio Poggi. A la tarde, compartieron panel Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), de JxC, y el santiagueño Gerardo Zamora (UP).

Ya entonces se hablaba de la próxima elección del secretario y uno de los asistentes se fue del CFI con la idea de que Lamothe sería reelecto con amplio consenso. Pero esta semana volvieron a surgir rumores que indicaban que en JxC había un fuerte empujón para imponer a García de Luca, de parte de Frigerio y también de Mauricio Macri. Por su parte, los patagónicos hablaban de impulsar a Álvarez, mientras que la candidatura de Screnci parece haberse desinflado y la de Douek tiene pocos apoyos, al margen del correntino Valdés. A diferencia de lo que pasó hace cuatro años, esta vez la Casa Rosada no se metió en la disputa.

En ese escenario, a la recta final parecen haber llegado Lamothe y García de Luca, que fue secretario de Interior durante la gestión de Macri y también conoce a todos los gobernadores. Las conversaciones transcurren con máxima discreción. Nadie quiere aparecer ante el futuro secretario como un operador en su contra. El martes, no faltará ninguno al edificio ubicado en el barrio de Retiro. Se reunirán, como siempre, en el salón de los escudos, ubicado en el séptimo piso.

Una caja codiciada

El CFI es un organismo autárquico compuesto por las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, que se financia con fondos que se deducen de la masa coparticipable. De acuerdo con su Carta de Constitución, los recursos son retenidos mensualmente por el Gobierno y depositados, de inmediato, a la orden del organismo en una cuenta en el Banco Nación. El monto se determina por "una tasa máxima del 0,75% a aplicarse sobre el monto que en concepto de coparticipación le corresponda" a cada provincia. El acta constitutiva dice en su artículo 11 que es la Asamblea del organismo -compuesta por los representantes designados por cada provincia- la encargada de aprobar "el presupuesto anual y la cuenta de inversión que deberá presentar el secretario general".

El organismo fue creado a fines de los años '50, durante el gobierno del desarrollista Arturo Frondizi, a instancias del entonces secretario de Relaciones Socio-Económicas, Rogelio Frigerio, abuelo del gobernador de Entre Ríos. Frigerio había intentado conseguir la silla del secretario del CFI para un hombre de su confianza ya durante la gestión de Macri, pero el peronismo sostuvo entonces a Ciácera.

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