Mientras la oposición espera por el avance de los acuerdos políticos, desde el oficialismo apuran el armado de las comisiones para que ambas Cámaras comiencen a funcionar a pleno. Borradores y trastienda de las negociaciones.
El arranque del año legislativo tiene algunas particularidades, que lo hacen diferente a ejercicios anteriores y le imprimen cierta incertidumbre sobre cómo será la relación entre el oficialismo y la oposición. Las Cámaras de Senadores y Diputados son la caja de resonancia política de la Provincia y la resolución de las discusiones de estas horas, en cuanto a los acuerdos políticos entre los bloques y el reparto de las comisiones, marcará a fuego la manera en el que convivirán el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
Primero debe destacarse la inédita situación dada por la ausencia de presupuesto de la Provincia, que se traduce en una falta de presupuesto para ambas Cámaras. Si bien puede haber una previsión preliminar de gastos, el oficialismo se ampara en esta situación para patear hacia delante los acuerdos políticos buscados por los opositores. En tanto, en Juntos por el Cambio pretenden priorizar la búsqueda de esos consensos antes de discutir, por ejemplo, el reparto de las comisiones.
El panorama aparece un poco más complejo en Diputados que en el Senado, por la cantidad de actores intervinientes. En el Senado, al haber sólo dos bancadas, las cosas aparecen un poco más sencillas para la vicegobernadora Verónica Magario y el titular del bloque de Juntos por el Cambio, Roberto Costa. Sin embargo, la mayoría de la oposición en la Cámara alta también ejerce presión sobre los posibles consensos o disensos en Diputados.
Más allá de los cruces producidos por la Ley Impositiva, ahora quedará demostrado el grado de compromiso de “dar gobernabilidad sin obstruir” que promete el principal espacio opositor, y si el Frente de Todos tiene o no intenciones de achicar la grieta o de sostenerla para mantener la política en un monocromático blanco o negro. Las sospechas de que se avance sobre esto último gana cada vez más espacio en el pensamiento de dirigentes de Juntos por el Cambio.
En la coalición que gobernó la provincia de Buenos Aires hasta diciembre aseguran que “si hay renegociación de la deuda deberá pasar por la Legislatura, como hizo el presidente Alberto Fernández pidiéndole al Congreso la autorización para la reestructuración nacional”. Se aferran a ello para buscar un buen acuerdo político previo, que incluya tanto las cuestiones administrativas como el reparto de las comisiones.
Sin embargo, eso no parece preocuparle a Axel Kicillof, quien no quiere cederle más espacio del que le corresponde a la oposición, aún si eso implica dificultades legislativas.
El Gobernador se siente cómodo en la confrontación con el macrismo y, si es necesario, los expondrá como los culpables de los males que tiene la Provincia y de la falta de respuestas para resolverlos. “Si no nos votan un endeudamiento serán ellos los que manden a Buenos Aires al default”, le dijo a La Tecla una fuente oficial. Sencillo: ante la dificultad financiera que le limita el campo de acción, Kicillof encontrará la excusa perfecta en “los palos en la rueda” que pueda ponerle Juntos por el Cambio si hace uso y abuso de su número en las Cámaras, sobre todo de la mayoría en el Senado.
También en la oposición hay quienes piensan que el oficialismo podría estirar las negociaciones políticas con el ánimo de jugar con las ansiedades de los legisladores, y provocar rupturas en los bloques. Por eso las constantes reuniones de las últimas semanas para contener. “En Juntos por el Cambio se comprende la importancia de sostener la coalición para hacer una buena elección en el 2021, e internamente se reconoce que las dificultades del gobierno para arrancar nos ayuda a eso”, confesó un dirigente del espacio.
Por las comisiones
Mientras en el entorno del presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín, aseguran que se avanza en acuerdos por el reparto de las comisiones legislativas, en Juntos por el Cambio manifiestan que “la discusión por las comisiones está frenada porque falta el acuerdo político, y si eso no se cierra primero tampoco se discutirán otras cosas”. En resumen, primero quieren tener certeza de cómo será el reparto de becas, subsidios, módulos de personal, etcétera.
En el oficialismo, en cambio, creen que esa discusión no debe estar atada a cómo se distribuyen las presidencias, vicepresidencias y mayorías de las mencionadas comisiones. Quieren estirar el debate de los recursos hasta tanto no haya una precisión presupuestaria. En su defensa vale menciona que es probable que el Ejecutivo, como lo hizo María Eugenia Vidal en los últimos dos años de su gestión, prevea un ajuste en el porcentaje del presupuesto provincial que determina el dinero que va a la Legislatura, establecido en la ley de leyes de 2019 en el 0,9 por ciento.
El Frente de Todos pretende cerrar las comisiones este mes y en Diputados designó para esa negociación a los legisladores Rubén Eslaiman, Gabriel Godoy y Juan Pablo De Jesús. De hecho, ya avanzaron en un borrador de la distribución pretendida, con el compromiso de crear tres nuevas estructuras para facilitar los acuerdos con los demás bloques (ver recuadros). Sin embargo, en el radio pasillo de la coalición macrista-radical se quejan porque “dicen que quieren dialogar pero primero acomodan todo lo de ellos y después vienen con las sobras para la oposición”.
Un legislador de Juntos por el Cambio le dijo a este medio que “si no se aceleran los acuerdos, el problema va a estallar ante el primer envío del Ejecutivo a la Legislatura. Si llegasen hoy el Presupuesto o un pedido de endeudamiento el Frente de Todos no podría conseguir los dos tercios, tampoco para tratar temas sobre tablas, lo que deja prácticamente sin posibilidades de sesiones a las Cámaras”.
En el Senado, en tanto, ya habría un preacuerdo sobre la cantidad de comisiones que le correspondería a cada uno de los bloques (ver aparte), con mayor cantidad para la oposición pero con una preponderancia oficialista sobre las principales. Aunque se vislumbra alguna discusión por Legislación General, en la propia bancada de Juntos por el Cambio reconocen que “deben dejarse libres vías de escape para que el Gobierno tenga posibilidades de gobernar”.
Ante la incertidumbre, y con la intención de poner en crisis todo, empezaron a aparecer por el edificio de calle 7 los que conocen la dinámica de la Legislatura y hoy están afuera. Tampoco faltan los que anticipan que si los acuerdos no se dan adentro se van a dar extramuros del Parlamento provincial. ¿Estará en la intención de Kicillof cerrar directamente con María Eugenia Vidal?. Hombres con incidencia legislativa cercanos al Gobernador aseguran que no, pero en política todo es posible.
Por otro lado, la dinámica legislativa exige de muchas conversaciones, incluso hacia el interior de los propios espacios. Es que la falta de presupuesto ha demorado también el nombramiento de directores en diferentes áreas, situación que se ha empezado a normalizar en las últimas semanas pero provocó nerviosismo en algunos dirigentes, ansiosos por ser nombrados ante el cambio de administración.
Con todo, la rosca legislativa está a full por estos días en el Palacio, los anexos y sus alrededores. La resolución de la misma dará pautas concretas de cómo convivirán oficialismo y oposición, no sólo en el ámbito parlamentario, sino en la relación política y de gobernabilidad que establezcan los dos principales espacios de poder.
El FdT puntea el reparto y planea crear más espacios
En la Cámara de Diputados, el bloque del Frente de Todos puntea el reparto de las comisiones que pretende, y se habla de la creación de 3 comisiones más, para elevar el número de 38 a 41 y, de esta manera, tener para repartir 82 cargos entre presidentes y vicepresidentes. Es decir que prácticamente todos los legisladores que no componen el esquema de autoridades de Cámara tendrían la titularidad o la vicepresidencia de una comisión. Para ello se planea la creación de las comisiones de Mujer y Género, de Comunicación y de Adultos Mayores.
La Tecla accedió al primer borrador elaborado por los conductores del Frente de Todos en la Cámara baja. Allí aparece que el bloque oficialista aspira a quedarse con 24 presidencias y 22 vice; mientras que le ofrecería a Juntos por el Cambio 14 titularidades y 17 vicepresidencias.
Para Cambio Federal, tercera bancada en número, la oferta sería de una presidencia y una vice. En Cambio, la bancada 17 de Noviembre, que tiene 2 diputados pero juega aliada con el oficialismo y es la que le garantiza el quórum, obtendría 2 presidencias.
La intención inicial del oficialismo es que la legisladora del FE, Natalia Sánchez Jáuregui, obtenga una vicepresidencia, mientras que no se prevé ningún cargo en las comisiones para la representante del FIT, María Trimarchi.
El oficialismo quiere monopolizar y JxC va por una grande
Las discusiones con la oposición pasarán por el control del trípode Presupuesto e Impuestos, Asuntos Constitucionales y Justicia, y Legislación General. En menor medida, también se debatirá el control de aquellas que tienen relación directa con los ministerios, como Salud Pública, Educación, Obras Públicas y Seguridad y Asuntos Penitenciarios.
Por uso y costumbres, Presupuesto y Asuntos Constitucionales quedarían para el Frente de Todos, mientras se vislumbra una pelea por Legislación General. Mientras algunos anticipan que el cierre de esta comisión será para ponerle la cereza al postre del acuerdo, otros dicen que habrá una disputa muy dura. Es que en el punteo inicial del peronismo, se anotó para la presidencia de Legislación a Mario Giacobbe, de la bancada aliada 17 de Noviembre. Desde Juntos por el Cambio aseguran que no habrá consenso si ellos no se quedan con, al menos, una de las presidencias más importantes. La defensa del FdT es que cuando gobernaba Cambiemos, Legislación la ocupó una aliada como Rocío Giaccone, y que ahora correspondería repetir el esquema.
Además, en ambos bloques cada tribu interna pelea por lo suyo. En el oficialismo, por caso, hay una discusión por quién se queda con la presidencia de Presupuesto e Impuestos. El grupo referenciado en los intendentes propone a Juan Pablo De Jesús, otro sector apoya a Walter Abarca y el massismo cuela el nombre de Valeria Arata.
Más presidencias para la oposición, disputa por Legislación y otros cargos en danza
Juntos por el Cambio está en posición dominante en cuanto a número (26 a 20) como para forzar una pelea por las tres comisiones principales de la Cámara de Senadores. Igualmente, el oficialismo pretende quedarse con las presidencias de Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Legislación General. De modo tal que podría presagiarse una guerra sin cuartel, pero la sangre no llegará al río.
En Juntos por el Cambio entienden que Presupuesto y Asuntos Constitucionales deben quedar para el oficialismo, porque de lo contrario se trabaría demasiado la gobernabilidad. Y hasta ahora sostienen como bandera la de “hacer una oposición firme pero responsable y no obstructiva”, como les ha pedido María Eugenia Vidal en las últimas semanas. En ese sentido, la pelea fuerte se reduciría a Legislación General y algunas comisiones vinculadas a los ministerios.
De acuerdo a las conversaciones preliminares, de las 26 comisiones que hay en la Cámara alta, el compromiso sería entregarle al bloque mayoritario 15 presidencias, mientras que 11 senadores del Frente de Todos quedarían a cargo de las 11 restantes.
Por ceder las dos más pesadas Juntos por el Cambio reclamará algo a cambio, y en ese sentido ya se plantea nuevamente la discusión por la Defensoría del Pueblo de la Provincia y/o lugares que faltarían para la oposición en el Tribunal de Cuentas.
Cinco firmas que llevan a la Cámara baja a un “estado asambleario permanente”
Para cerrar los acuerdos políticos internos y con la oposición, en diciembre el esquema de conducción de la Cámara de Diputados atomizó el manejo, y eso ahora aparece como una complicación. Cada acto administrativo necesita la firma del presidente Federcio Otermín; del vicepresidente Carlos Moreno; del vicepresidente primero Adrián Urrelli; del secretario administrativo Miguel De Isi y del pro secretario administrativo Roberto Fernández.
“El tema de las cinco firmas pone a la Cámara en un estado asambleario para su funcionamiento”, sentenció en charla con La Tecla uno de los legisladores con más experiencia. Y no será fácil acordar todas las resoluciones de la que participan varios sectores internos y hasta un miembro de la oposición. Otermín tiene su terminal en Martín Insaurralde y por supuesto en Kicillof, el “Cuto” Moreno reporta directo a Kicillof, Urrelli es de Juntos por el Cambio, De Isi responde a Juan Pablo De Jesús y Fernández llegó de la mano de Moreno.
Incluso, la oposición tiene un poder de fuego fuerte a pesar de contar con una sola de las cinco rúbricas. Es que, como explicó a este medio un diputado del interior, “Juntos por el Cambio se ve fortalecido al final del camino, ya que sin las todas las firmas el Tribunal de Cuentas no podría aprobar los expedientes”. Es decir que si el legislador que responde al intendente Néstor Grindetti no pone su nombre los expedientes quedarían estandos. Y así con cada uno del quinteto que tiene ese poder.
En el Senado, la firma única manejada por la vicegobernadora facilita las cosas. Los acuerdos los deben cerrar ella y el titular del bloque de Juntos por el Cambio, Roberto Costa, evitando un sinnúmero de interlocutores y, fundamentalmente un sistema menos complejo y más directo de los actos administrativos. De todos modos, tampoco es un camino allanado para ambos, que deben contener hacia dentro demandas de diferentes sectores. Por caso, a Costa el radicalismo ya le pidió las comisiones en las que quiere colocar a sus senadores; y en algunos casos son sillas que también apetece el Pro.
Un amigo al que el Gobernador empodera con gestos permanentes
Desde Juntos por el Cambio culpan a la presunta interna del oficialismo la demora en los acuerdos políticos, y ponen el ojo sobre el vicepresidente primero, Carlos ”Cuto” Moreno. Lo acusan de “dinamitar” los acuerdos a los que arribarían Otermín y el titular del bloque del FdT, Facundo Tiganelli. En el entorno de ambos dirigentes niegan que haya problemas con el diputado que fue muy amigo de Néstor Kicrhner, y perjuran que “trabajamos muy bien juntos”.
Lo cierto es que el legislador de Tres Arroyos suele colocarse casi de manera natural en el centro de la escena pese a su bajo perfil para el afuera. Enrevesado, Moreno tiene un estilo particular e histriónico; y se para en ese lugar porque tiene espaldas para hacerlo.
Cuando era diputado nacional, su oficina en el Congreso era paradero frecuente de Axel Kicillof, Teresa García y Augusto Costa, entre otros. Desde allí se forjó una amistad con el ahora gobernador que se alimentó durante la campaña electoral. Kicillof ya había dicho, antes de asumir, que sus terminales en la Legislatura serían Moreno y García, a la que luego convocó al gabinete como ministra de Gobierno.
El mandatario legitima todo el tiempo ese anticipo y cada vez que puede demuestra que el Cuto es hombre de su extrema confianza.
El último gesto concreto se dio en la Asamblea Legislativa para la apertura de sesiones ordinarias. El tresarroyense no estaba en la sala 30 de Diputados, donde la comisión de recepción de los legisladores (habitualmente integrada por las autoridades de las Cámaras y los presidentes de los bloques) esperó al mandatario. Para algunos fue una sorpresa que ingresara con el Gobernador como si formara parte de su comitiva. Es decir, Moreno cruzó con Kicillof como si fuera un miembro de su equipo. Como se sabe, en política estas gestualidades suelen decir mucho más que mil palabras.
El nuevo rol de un exintendente
La confirmación de Alexis Guerrera como vicepresidente del bloque de Diputados del Frente de Todos le permite al oficialismo entornar varias puertas respecto a los roces internos. Por un lado, el exintendente de General Pinto no tiene objeciones entre sus primus interpares (es decir los jefes comunales), que además piden representación para quienes fueron alcaldes o responden a mandamases locales del PJ.
Por otra parte, Guerrera está en el massismo, sector que reclamaba esa representación dentro de la bancada, y a la vez tiene el consenso en los otros espacios internos. El píntense mantiene una estrecha relación con todos los intendentes peronistas de la Cuarta sección y con otros referentes seccionales como el camporista Avelino Zurro.
“Está muy bien que a la representación territorial se le empiece a dar más espacio, pero eso no va a servir si después esos delegados chocan siempre con las mismas puertas y estas no se abren”, graficó en diálogo con La Tecla un peronista con muchos años transitando los pasillos de la Legislatura. Es que todavía quedan varias cuestiones por pulir entre los distintos sectores internos el oficialismo, que a esta altura del camino ya deberían estar ordenados.
La idea de votar en la sesión especial
En principio, la Cámara de Diputados tiene previsto hacer la sesión especial del 24 de marzo el próximo jueves 19. En el Frente de Todos tienen la intención, además de que en esa misma jornada queden votadas las comisiones para que la Cámara comience a funcionar en su plenitud. En ese sentido trabajan los legisladores designados para llevar adelante las negociaciones, tanto hacia dentro del bloque como con los espacios opositores.
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