Los 37 coches de las líneas K y Q dejarán de necesitar la electricidad producida a nivel nacional y distribuida por la EPE. Correrán con la que se hace desde marzo en el parque solar de San Lorenzo.
En un mes los 37 trolebuses de las líneas K y Q dejarán de usar electricidad que produce la mayorista nacional Cammesa y distribuye la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Correrán con la que se genera desde marzo en el Parque Solar de San Lorenzo. Los coches no necesitarán cambios y para la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de Santa Fe serán testimonio de qué ocurre cuando se invierte en fuentes de energía que no se agotan como el petróleo.
“Es la primera experiencia en Latinoamérica. Rosario es la única ciudad del país que tiene un programa para reducir de manera drástica gases de efecto invernadero. Son políticas de salud pública que tienen un gran impacto. Poder afianzarse en el mercado interno nos da la posibilidad de volver a generar fuentes de trabajo”, dijo a El Ciudadano Roberto Bisso, subsecretario de Energías Renovables provincial. Este jueves a las 11.30 en la plaza Sarmiento presentarán la iniciativa que se llama Bio Bus Solar.
De punta
Santa Fe es una de las impulsoras de energías alternativas en el servicio del transporte público. “Es un orgullo para Rosario y Santa Fe. Además otras provincias ya empezaron a tomarnos como ejemplo. En Salta firmamos un convenio y dentro de pocos días comienzan a implementar su propio proyecto de Bio Bus”, expresó Bisso. La idea es reducir las emisiones nocivas para el medio ambiente y utilizar energías limpias. “La empresa Movi (que gestiona la K y la Q) le compra energía eléctrica a Enerfe, la gestora del parque solar de San Lorenzo. Es la primera en el país en comprar energía limpia. La EPE da el servicio de transporte de esa energía a través de las redes”, explicó Bisso. Consultado sobre la inversión que necesitó, Bisso dijo: “Cambia la fuente que es más amigable con el medio ambiente, pero a medida que avanza la tecnología baja el costo”.
En Rosario hay cerca de 800 colectivos. La mitad depende de gasoil. La otra mitad son los trolebuses y los coches a biodiesel, un combustible creado a base de restos de aceite producidos en Santa Fe. El proyecto solar llega después de la experiencia de incorporar el biodiesel a los colectivos de la ciudad. Siempre según informaron desde la provincia, 365 coches fueron adaptados para usar esa energía y dependan un 25 por ciento de ese combustible. Sólo dos funcionan ciento por ciento con biodiesel. Otro de los proyectos en marcha es el colectivo híbrido. En diciembre la Municipalidad de Rosario presentó cómo había restaurado un coche para que funcione combinando diésel y energía hidráulica y permite ahorrar un 30% de combustible.
Para Bisso, lo que se presentará este jueves es una muestra clara del potencial fotovoltaico de Santa Fe. “Creemos que mejorará en la calidad de vida de los ciudadanos y evita el uso de energía eléctrica producida a partir de combustible fósil”, agregó el funcionario.
De arriba
En marzo empezó a funcionar en San Lorenzo el primer parque fotovoltaico de la provincia. Necesitó una inversión de 2 millones de dólares y fue construido en un ciento por ciento con recursos del Gobierno de Santa Fe como parte del plan para fomentar la generación de energía limpia.
El proyecto tuvo dos partes: la obra civil y la eléctrica. La civil implicó un movimiento de suelos de unos siete mil metros cuadrados sobre una superficie de 20 mil metros cuadrados en San Lorenzo en el cruce de la autopista Rosario – Santa Fe y la ruta 10. Después construyeron dos edificios principales –uno para el equipamiento eléctrico y otro para usos múltiples– más una estructura para soportar los paneles. Necesitó de dos mil pilotes que funcionan como bases para soportar 12 toneladas de acero galvanizado. Por último, conectaron los cables para la distribución de la energía producida.
El parque es administrado por la empresa Enerfe Santa Fe Gas y Energías Renovables Sapem. La estimación es que puede generar 1.270 megavatios hora por año. La planta tendrá una vida útil de al menos 25 años y la producción energética inyectada a la red equivale a la consumida por 450 hogares. Por año genera un ahorro equivalente a 270 toneladas de petróleo y representa 720 toneladas menos por año de dióxido de carbono en la atmósfera.
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