Según una encuesta, para el 77 por ciento de los usuarios consultados el servicio es entre malo y regular. Las peores opiniones son para el servicio en el distrito norte.
Con el transporte público que este verano permanece en el centro de la escena, tanto por buenas como por malas noticias, ayer la Oficina Municipal de Defensa al Consumidor dio a conocer una encuesta realizada en diciembre pasado, en la que el 76,6 por ciento de los rosarinos ubica al sistema de colectivos urbanos en un rango que va de malo a regular. De hecho, las opiniones que lo sindican como negativo representan el 43 por ciento del total y las que lo aprueban apenas llegan al 16,6. Los más críticos son, por lejos, los residentes en el distrito norte, mientras que quienes viven en el centro (y obviamente tienen mayor cantidad de líneas cerca) se muestran algo más optimistas, aunque la mitad de los encuestados en esa zona de la ciudad mantiene la nota de "regular".
Con esos y otros datos (ver aparte), la oficina de los consumidores llegará mañana a una asamblea pública convocada en el Concejo Municipal para debatir acerca del transporte urbano de pasajeros con la participación de ediles, organizaciones barriales, asociaciones de usuarios y vecinos de los distintos distritos de la ciudad.
La encuesta que releva la opinión de los ciudadanos sobre el transporte fue confeccionada en diciembre último por Andrés Mautone y Asociados a partir de 400 casos.
De las respuestas, relevadas en todos los distritos rosarinos, se desprende que la mayoría desaprueba la calidad del transporte: para el 43 por ciento es negativa, para el 33,6 por ciento es regular y sólo el 16,6 la considera positiva (el resto no sabe o no contesta).
Levemente más críticas resultan las mujeres que los varones. Y en materia de edad, los que más cuestionan al sistema de transporte son los mayores de 61 años.
En cuanto al lugar de residencia, es claro que las mejores evaluaciones corresponden a personas que viven en el distrito centro (donde se sabe que confluye la mayor cantidad de líneas de colectivos), seguidas de quienes lo hacen en el noroeste.
El contraste es llamativo al comparar esas opiniones con las de los vecinos del norte y el sur de la ciudad: mientras que la calificación positiva hacia el sistema de colectivos en el centro llega al 33,3 por ciento, directamente no existe (0 por ciento) en el distrito de Villa Hortensia y apenas araña un 2 por ciento en el sur.
Correlativamente, desaprueba el transporte de pasajeros el 86 por ciento de los vecinos de zona norte y el 58 por ciento del sur.
Según explicó ayer el titular de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, Alberto Muñoz, esos números "por demás de elocuentes" aportarán al debate mañana en el Concejo, aunque desde la repartición continuarán elaborando un segundo estudio con la participación de vecinales y otras organizaciones sociales, en las que intentarán "hilar más fino" sobre otros aspectos de la problemática.
Entre esos nuevos ítems, que se seguirán relevando esta semana, se incluirán temas como frecuencias, recorridos, atención de los choferes, calidad de los colectivos y comodidades al interior de las unidades, como por ejemplo altura de los pasamanos.
En agenda. La encuesta seguramente contribuirá al temario de la asamblea pública que, desde las 18 de mañana, abordará la problemática en el Palacio Vasallo (1º de Mayo y Córdoba), justamente en un año en que debería volver a licitarse la prestación del servicio.
Los colectivos urbanos generaron fuertes polémicas este verano. A esos cruces contribuyeron las quejas recibidas desde el Centro de Denuncias por Demoras en el Transporte creado en diciembre último por el titular del Concejo, Miguel Zamarini. De lado del haber, la intendenta Mónica Fein anunció hace seis días que 99 unidades cero kilómetros se terminarán de incorporar al sistema en marzo próximo y se sumarán cuatro recorridos.
La audiencia en el Concejo —organizada después de una reunión convocada bajo el lema "Empalme dice basta" y a la que asistieron Zamarini y los ediles Roberto Sukerman (FpV), Carlos Cardozo (Unión PRO Federal) y Diego Giuliano (Rosario Federal)— no requerirá inscripción previa.
Reprobación y preguntas
“Es impensable pretender que los vecinos que tienen el privilegio de contar con movilidad propia, dejen el automóvil en sus casas para utilizar esta versión del transporte que hoy tenemos, habida cuenta de todo lo relevado, todo lo escuchado y todo lo vivido por los usuarios. ¿Cómo vamos a convencerlos de eso? ¿Qué sentido tiene seguir prohibiendo su acceso al centro si no le brindamos alternativas a este colectivo?”, preguntaron desde Casco Histórico.
Malestar con las frecuencias
La Oficina Municipal de Defensa del Consumidor continúa elaborando un sondeo de opinión más exhaustivo sobre el transporte público en Rosario, del que participan también vecinales y otras organizaciones sociales, entre ellas la Asociación Casco Histórico. Justamente fue esa entidad la que ya adelantó parte de los resultados, tras realizar “cien entrevistas personales cualicuantitativas en paradas del microcentro”. Según la agrupación, el 99% admitió tener líneas de transporte para llegar al centro desde sus barrios, pero el 96% dijo estar disconforme con las frecuencias y negó “que se cumplan los 12 minutos que propone el Ente de la Movilidad (EMR) entre coche y coche”.
Limpieza. En cuanto a si las unidades están limpias, el 38% dijo que sí, mientras que el 62% formuló algún reclamo por pasamanos, asientos y vidrios sucios o faltos de mantenimiento. Respecto a las líneas habilitadas para formular reclamos, la gran mayoría dijo creer que sólo sirven para “descargar quejas” y “no solucionan los problemas”, mientras otros contaron que llaman para consultar cuándo llega la unidad “y no estar en la parada exponiéndose a un hecho de inseguridad”.
El aire acondicionado fue un pedido recurrente. Y acerca del trato de los choferes el 56% de los consultados se mostró conforme. El costo del boleto fue considerado alto por el 83% de los pasajeros.
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