El bloque del Frente para la Victoria-PJ (FpV-PJ) sufrió la partida de 12 diputados. De la mano de Bossio y Urtubey se fueron con el argumento de ayudar a los gobernadores
La amenaza estuvo latente durante años y ayer, a menos de dos meses de haber perdido las elecciones presidenciales, finalmente la sangre llegó al río. El bloque del Frente para la Victoria-PJ (FpV-PJ) sufrió la partida de 12 diputados que quedaron libres para articular de ahora en más con el oficialismo, comandados por el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; el diputado y dirigente de SMATA, Oscar Romero; y el ex titular de la Anses y hoy legislador, Diego Bossio. A ese grupo se sumarán, además, otros tres legisladores no kirchneristas, convirtiendo al flamante bloque Justicialista en una bancada de 15 votos.
Los diputados en fuga, que ayer concentraron la atención de todo el arco político, son, además de Bossio y Romero, el correntino Carlos Rubin, los salteños Evita Isa, Pablo Kosiner y Javier David, los jujeños Guillermo Snopek y Héctor Tentor, el catamarqueño Néstor Tomassi, el mendocino Rubén Miranda, el chaqueño Gustavo Martínez Campos y la riojana Teresita Madera. Se esperaba anoche que el ex gobernador de La Rioja Luis Beder Herrera se sume al grupo.
A ellos hay que agregarle los extra FpV-PJ, que son el bonaerense Alberto Roberti y los pampeanos Oscar Zilioto y Gustavo Fernández Mendía.
En paralelo con la confirmación de la largamente anunciada noticia, unos 80 diputados del FpV-PJ se reunieron por más de seis horas para analizar el escenario y hacer catarsis. El golpe fue uno de los más duros que debió absorber la bancada, que no sufría deserciones en grupo desde 2008, cuando Felipe Solá lideró la partida de una cantidad similar de diputados en medio del conflicto con el campo. Si bien el número no llega a erosionar por completo al bloque, su capacidad de negociación por cargos, lugares, despachos, comisiones y contratos se verá de ahora en más seriamente resentida.
El FpV-PJ responsabilizó por igual al macrismo y al tándem Urtubey-Bossio por la ruptura, aunque incidieron también en la decisión otros gobernadores y dirigentes gremiales, como la catamarqueña Lucía Corpacci, el chaqueño Domingo Peppo, el riojano Sergio Casas, Ricardo Pignanelli, de Smata, Sergio Sassia, de Unión Ferroviaria, Norberto Di Próspero, de la Asociación de Personal Legislativo, y Omar Viviani y Raúl Olivares, del gremio de taxistas.
El jefe de la bancada, Héctor Recalde, fue el más medido. "Sería bueno que los compañeros vengan y hablemos", dijo apenas sobre la conducta de los renunciantes. Su antecesora, Juliana Di Tullio, no tuvo tanta consideración. "Le van a dar el número necesario al Presidente en esta Cámara para que haga lo que quiera. Bossio le hace el juego al ajuste, a la desocupación, a la hiperinflación", acusó. Mientras que Julio De Vido lamentó: "Ninguno vino a dar la cara".
Después de analizar los despidos, los aumentos de tarifas y la inflación momentos en los que el diputado Máximo Kirchner habló largo y tendido, el malestar con Bossio fue el que más minutos se llevó en la reunión del bloque. Muchos hablaban de él sin nombrarlo y con palabras medidas hasta que una diputada del interior fue categórica al calificarlo y abrió el juego a los repudios. La principal acusación que le hicieron fue que su banca la ganó en la lista del FpV-PJ hace menos de dos meses.
Él no habló. Tampoco sus flamantes compañeros del bloque Justicialista. Apenas emitieron un comunicado justificando su decisión en la necesidad de "acompañar a todos los gobernadores justicialistas". Señalaron además: "Seguiremos defendiendo los logros de la etapa que pasó, ello es parte de nuestro compromiso con todos los argentinos. Pero también es sumamente necesario reconocer errores, corregirlos y avanzar". Algo de eso empezó a hacer ayer el PJ en la reunión de su Consejo Nacional, pero esa es otra historia.
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