Confesó que volverá a someter a los fiscales al yugo de los jueces, para lo cual buscará reformar nuevamente la Constitución
SALTA.-De la mano de su periodista estrella, Juan Carlos Romero, confesó que busca limitar el poder de los fiscales y evitar así que las investigaciones penales abiertas en su contra por hechos de corrupción sigan adelante.
En un reportaje a medida, el senador nacional se refirió a varias de sus propuestas, aunque señaló como la más primordial y la razón de su nueva candidatura la reforma jurídica. "Ahora quiero gobernar cuatro años para hacer una profunda reforma jurídica, que ponga fin a las reelecciones y termine con el amiguismo y el nepotismo", aseguró.
Sin ningún tipo de repreguntas ni mención alguna a su pasado, Romero aprovechó su propio diario para darle manija a la alicaída fórmula "Salta nos une”, la cual encabeza junto al diputado nacional, Alfredo Olmedo. Frente a al periodista, Daniel Chocobar, a quien le habría prometido un ascenso como asesor político, el ex gobernador no tuvo ningún reparo en mentir a sus lectores, al punto tal de afirmar que durante su paso como gobernador de Salta, nunca nombró a familiares en cargos públicos.
"No queremos que Salta termine como la Catamarca de la familia Saadi o la Santiago del Estero de la familia Juárez. ¿Está claro? Yo nunca nombré familiares en cargos públicos.”, dijo Romero, sin que el periodista de su diario pudiera recordar algunas de las designaciones de su jefe, como la de su cuñado, Héctor Aleksandrovich, como director del Programa de Familia Propietaria o de su hermana, Silvia Romero, en la Cooperadora Asistencial y luego como diputada, ni mucho menos se animó a preguntarle por Eduardo Romero, sobrino del senador nacional, a quien colocó como diputado provincial.
Chocobar no tuvo la habilidad de hacerle saber a Romero que como presidente del Partido Justicialista, durante su tiempo como gobernador, también nombró a familias y amigos. Tampoco el cronista osó indagar de algunos de los tantos amigos que designó como funcionarios, como Gustavo Ferraris, el hijo del jardinero de la finca de San Alejo, con quien jugaba en su niñez.
Tampoco recordó que este Ferraris es el mismo que Romero nombró en la Corte de Justicia días antes de abandonar el poder, datos que explican por qué Romero, al retomar el manejo del diario, mandó como primera medida mudar el archivo del matutino a las instalaciones de Plumada SA, lo que explica porque sus periodistas parecen haber olvidado lo sucedido entre 1995 y 2007. Obviamente, Chocobar evidenció también que tanta obsecuencia lo dejo sin reflejos, pues en ningún momento de la entrevista difundida molestó a Romero y aceptó como ciertas todas sus respuestas, aún a pesar de que los propios registros públicos prueban lo contrario.
La verdadera razón
En medio de tanto palabrerío, finalmente Romero reconoció la verdadera razón para volver al gobierno: frenar el accionar de los fiscales. "El Ministerio Público debe ser parte del Poder Judicial y no una dependencia al servicio de los caprichos del gobernador.”, confesó.
Con esta aseveración, Romero anticipó que en caso de volver al gobierno impulsará una nueva reforma constitucional, pero no para limitar los mandatos de gobierno, sino para quitarle al Ministerio Público la autonomía de la que goza actualmente, y la cual permite una investigación objetiva de los hechos de corrupción.
Romero sabe que esta es la única manera de frenar las causas penales que la justicia sigue en su contra por numerosos hechos de corrupción cometidos en sus tres períodos como gobernador, intención que dejó al descubierto frente a un periodista diezmado previamente con la promesa de un cargo político.
Por ello, o por su desinformación, Chocobar no tuvo la lucidez como para hacerle recordar a su jefe que fue su propio padre, Roberto Romero, quien antes de abandonar el gobierno que ejerció entre 1983 y 1987, más exactamente en 1986, reformó la constitución provincial para sacar de la órbita del Poder Judicial al Ministerio Público. Romero padre así lo hizo para evitar que los jueces lo investigaran por hechos de corrupción durante su gestión, pues el Ministerio Público fuera del alcance de la Corte, y con un Procurador de la casa, como lo fue René Gómez, le aseguraron a la familia la impunidad que necesitaban.
Ahora su hijo, Juan Carlos, pretende deshacer aquel salvataje improvisado por su padre, pues desde que se fue del gobierno, perdieron poder en el Ministerio Público, y para recuperarlo el senador nacional confesó que someterá a los fiscales nuevamente al yugo de los jueces, quienes, por su cobardía, siempre le fueron más fieles. Si no basta con mencionar al actual presidente de la Corte de Justicia, Guillermo Posadas, un juez que siempre le fue funcional a Romero, incluso ante los ojos del gobernador, Juan Manuel Urtubey, quien inexplicablemente lo mantiene en el poder.
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