El gobernador de Neuquén advirtió que no es tiempo para pensar más allá de la gestión. Su visión de La Liga de gobernadores.
Por Ariel Boffelli.
El año electoral para el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, inició con un repaso público de su gestión. En medio de varias definiciones que dio antes del receso veraniego, se traspapeló una que incide más allá de la región: hoy, es inviable conformar un frente desde la Patagonia que seduzca al electorado nacional y enfrente a Javier Milei.
“El bloque patagónico, cuando se habla institucionalmente, estamos todos juntos, pero algunos tenemos más independencia de las líneas nacionales de pensamiento”. La breve pero concreta definición de cómo funciona la liga de gobernadores, ese espacio heterogéneo que se reflotó en el verano pasado y se encuentra congelado, da muestras de las diferencias que le ponen un freno al crecimiento de una figura empujada desde la región.
“Alberto Weretilneck, Claudio Vidal y nosotros, tenemos independencia. Al resto, de alguna manera u otra, está atado a proyectos nacionales”, dijo antes de brindar por un 2025 que le permita fortalecerse en la gestión y en una instancia electoral favorable, próspera en la cosecha de bancas para el Congreso.
Patagonia diversa
La división que hizo Figueroa sobre el mapa regional, que incluyó en el grupo de independientes a sus colegas provincialistas, da muestras de un progresivo apagado del funcionamiento de un bloque que supo estar muy activo a principios del mandato presidencial de Javier Milei.
El macrista Nacho Torres (Chubut), y los panperonistas Sergio Ziliotto (La Pampa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), según Figueroa, dependen de estructuras enraizadas en todo el país. Aquellos compromisos no impiden unirse para blindar los intereses en común, como obras, fondos o recursos naturales, pero de cierta forma son una traba a que el espacio se mantenga activo como hasta entonces.
La muestra perfecta fue el último año. La liga de gobernadores de la Patagonia resurgió en Villa La Angostura de manera incompleta, sin Vidal. El santacruceño completó el grupo al viajar a Puerto Madryn, donde se escucharon encendidos discursos contra el manejo de la Casa Rosada para con los fondos coparticipables.
El factor Javier Milei
El tiempo fue un gran ordenador. Como la frase, la relación de la mayoría de la liga con el gobierno nacional mutó y, lo que antes era pura crispación, los intereses en común transformaron el escenario.
La votación de la ley bases o la pelea por la instalación de una planta de GNL en las costas de Río Negro reagrupó fuerzas por un instante, aunque las diferencias para el modelo libertario profundizaron el alejamiento.
Transcurrido un nuevo año de mandato, la mayoría de los patagónicos se aprestan a conformar listas competitivas para frenar el embate electoral de La Libertad Avanza. En las seis provincias, Milei se impuso y el respaldo a su figura todavía muestra buenos números.
Año eléctrico para los gobernadores
Conocedores de su electorado, Figueroa y Weretilneck afinaron el contacto. Juntos a la par transitaron los meses turbulentos, afianzando la relación de ambas provincias para fortalecerse. Hicieron bandera del apotegma: "Neuquén produce hidrocarburos, Río Negro los exporta".
Lograron diferenciarse del resto del grupo, que tiene sus particularidades. Santa Cruz, vive una instancia espacial pos kirchnerismo. Lo mismo sucede en Tierra del Fuego, en un tiempo de incertidumbre para el gobernador Melella, hoy distanciado de viejos socios.
El pampeano Ziliotto transita un año repleto de internas, con el regreso del caudillo Carlos Verna a la discusión de candidaturas.
El caso Torres es el diferente, por ser el único del grupo que pertenece al PRO y una notable proyección por tiempo en la política.
Cada uno a su estilo e interés, desde el sur se preparan para competir contra LLA. La vorágine electoral definirá la suerte de cada uno, pero algo ya se percibe: no es unánime la decisión de pensar más allá de este tiempo para la mayoría de los gobernadores.
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