El presidente de Irán, Hassan Rohani, calificó como una "página de oro" en la historia del país al acuerdo nuclear, que entró en vigor hoy, luego de que EEUU y la UE levantaran las sanciones
Tras años de espera y asfixia económica, Irán vivió su primer día sin las sanciones financieras y comerciales que aislaron al país durante casi una década de los circuitos económicos internacionales, con una clima teñido por el optimismo gubernamental y cierta desconfianza en la calle.
El presidente Hasan Rohani, principal impulsor del acuerdo nuclear con las potencias mundiales que permitió poner fin a las sanciones, comenzó el día celebrando esta nueva etapa en un optimista comunicado que saludó "un nuevo y feliz capítulo".
Rohani felicitó al pueblo iraní por haber soportado las "crueles sanciones" impuestas primero por las potencias occidentales y luego legitimadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, y pronosticó que el país crecerá ahora que tiene "el camino abierto para reintegrarse en la economía global", según reprodujo la agencia de noticias EFE.
Desde Washington, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también celebró.
"Ayer se logró un hito para prevenir que Irán obtenga un arma nuclear (...) y lo más importante, logramos este histórico resultado gracias a la diplomacia, sin arriesgarnos a otra guerra en Oriente Medio (...) Estados Unidos, la región y el mundo estarán más seguros", aseguró durante un mensaje a la nación desde la Casa Blanca.
Pese a que la mayoría del mundo celebró con Obama el paso dado junto a Teherán, dentro de Estados Unidos y, especialmente con un año electoral por delante, el acuerdo enfrenta una férrea oposición del Partido Republicano.
El sábado, el mismo día que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó el cumplimiento de las exigencias a la República Islámica, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron el levantamiento de las sanciones que afectan al país persa.
Hoy Suiza se sumó a esta decisión, mientras que Reino Unido, Alemania, Turquía y España celebraron la puesta en marcha del acuerdo y el levantamiento de las sanciones internacionales contra Teherán.
Sin embargo, mientras el gobierno iraní aún celebra el logro histórico de ayer, Estados Unidos anunció hoy que impondrá sanciones contra 11 empresas iraníes vinculadas con pruebas misilísticas, que no entraron dentro del acuerdo nuclear aprobado en Viena el año pasado.
Antes incluso de conocerse esta noticia, la desconfianza y, por momentos, el cinismo ya se sentían en las calles de Teherán.
La agencia EFE habló con varios ciudadanos y muchos de ellos se mostraron poco convencidos de que el levantamiento de las sanciones internacionales se sienta en la economía real de los iraníes.
"Si, habrá más dinero, pero terminará en los bolsillos de los de siempre", aseguró un hombre que no quiso identificarse, mientras una mujer sostuvo que "todo es muy bonito", pero que dudaba que los precios fueran a bajar. Otros, en cambio, se mostraron más esperanzados.
El marino mercante Alireza Kachuí, de 28 años, dijo estar satisfecho por el fin de las sanciones y "orgulloso como iraní" de haberle mostrado al mundo que "con diplomacia y negociación y no con amenazas y presión" se pueden resolver los conflictos.
Por su parte, Rahim Gholami, de 24 años, dijo sentir "una buena sensación" por el hecho de que Irán tenga "una mejor relación" con el exterior tras este acuerdo y pronóstico "mucho potencial" para el país.
A diferencia de lo que sucedió durante la negociación nuclear, cuando la gente salió espontáneamente a la calle a celebrar, esta vez no vieron festejos en las calles ni un gran clima de alegría entre la gente.
Una vez eliminadas estas sanciones, Irán no sólo podrá disponer de unos 100.000 millones de dólares en activos que se encontraban bloqueados en todo el mundo, sino que también podrá volver al mercado internacional de petróleo sin limitaciones.
La mera perspectiva de esa vuelta a los mercados hizo caer los precios del crudo esta semana hasta niveles no vistos desde 2004.
Las cinco potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) y Alemania negociaron con Irán durante 18 meses para alcanzar este acuerdo, que pone fin a 13 años de conflicto por el programa nuclear iraní.
Irán debe limitar sus capacidades nucleares durante períodos de 10 a 25 años, a cambio de un levantamiento de las medidas punitivas.
Bancos y multinacionales de las potencias mundiales se encuentran negociando desde hace meses su regreso a Irán, país poblado por 77 millones de habitante, que dispone de la cuarta reserva de petroleo y la segunda de gas en el mundo y que ahora podrá exportar libremente sus hidrocarburos.
El acuerdo nuclear fue saludado por el mundo al unísono, excepto por Israel, un férreo aliado de Estados Unidos y la UE, que nunca apoyo el diálogo con Teherán, pese a todas las garantías presentadas y ratificadas por sus socios occidentales.
"Si no fuese por nuestros esfuerzos para abanderar las sanciones y hacer fracasar el programa nuclear iraní, Irán habría tenido armas nucleares desde hace tiempo", sentenció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una nueva muestra de oposición al levantamiento de las sanciones.
El premier acusó a la comunidad internacional de permitir que Irán adquiera "más recursos para destinar al terrorismo y sus agresiones en la región y alrededor del mundo", según un comunicado difundido por su oficina.
Pese a la desconfianza de Tel Aviv, su aliado más poderoso, Washington, sigue determinado a negociar con Teherán.
Prueba de ello fue que Obama también celebró, como otro logro diplomático, el intercambio de prisioneros que su gobierno selló con la República Islámica para garantizar la liberación de cinco de sus ciudadanos: el periodista de The Washington Post Jason Rezaian, el ex militar Amir Hekmati, el pastor religioso Saeed Abedini, el empresario Nosratollah Khosravi-Roodsari y el estudiante Matthew Trevithick.
Los primeros tres ya abandonaron Teherán en un avión y aterrizaron a Suiza para hacerse un chequeo médico antes de partir de nuevo hacia una base militar estadounidense en Alemania.
En tanto, no está claro que pasó con los otros dos. Es posible que Khosravi-Roodsari sigue en Irán, mientras que Trevithick habría salido del país persa antes, como parte de otras liberaciones, según informó la cadena de noticias France24 otra fuente oficial estadounidense.
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