El respaldo al proyecto político del gobernador se jugará en las bancas para el Senado de la Nación. El pedido a su gabinete. Las cartas desconocidas.
Por Exequiel Flesler.
“Es un año para laburar”, clama un hombre cercano a Rogelio Frigerio cuando se lo consulta por las elecciones legislativas de 2025. Intenta despejar cualquier hipótesis electoral. Sin embargo, hay escenarios que se analizan en Entre Ríos a la vez que se trazan líneas de trabajo. Las movidas del exgobernador Gustavo Bordet o del presidente Javier Milei condicionan decisiones.
Cerca de Frigerio saben que para las elecciones de medio término del año próximo, que en la provincia también reparte las tres bancas en el Senado nacional, la mejor campaña que pueden hacer está atada a que puedan constatarse los cambios que la mayoría de los entrerrianos votó el año pasado.
Hay, en virtud de ello, un desafío en materia económica, fiscal y del sector de la producción en un contexto donde la macroeconomía no da buenas noticias y como consecuencia de ello se empiezan a deteriorar indicadores sociales en la provincia.
Mientras los temas a mediano plazo que propuso el gobernador Frigerio apuntan a mejorar la posición relativa de Entre Ríos en la Región Centro, en lo inmediato propone una agenda cercana con ejes en la transparencia y en la lucha contra la corrupción. Que esa agenda se corrobore en los hechos y cuánto cala en la ciudadanía es todavía una incógnita.
Ante la consulta se atajan: “No tenemos hipótesis de elecciones”, dice un colaborador del gobernador que agrega: “Hoy es algo alejado de la realidad”. Mientras tanto, el gobernador dio desde el momento cero la orden de mostrar cercanía y gestión.
Después vendrán las estrategias de los especialistas en campañas. Nacionalizar o provincializar la campaña, un dilema habitual en esta tierra donde hay temas específicos que preocupan pero donde, también, el mapa de medios con predominancia de señales de CABA dificulta imponer agenda local.
“¿Qué hace Gustavo Bordet? ¿Juega su legado?”, se pregunta un frigerista. La hipótesis a despejar es si competirá como candidato para el Senado o si se queda en Diputados hasta 2027 para completar su mandato. En las huestes oficialistas se tienen fe aun si el exgobernador encabezara la boleta.
El otro condicionante externo es la relación que pueda tejer La Libertad Avanza (LLA) con el PRO. Frigerio descartó la idea de una fusión entre ambos partidos, aunque existe la posibilidad de una coalición electoral. En este sentido, nadie descarta de antemano que llegada la ocasión se produzca una ampliación del frente Juntos por Entre Ríos.
La campaña que se piensa en Entre Ríos
Aunque hoy no exista un solo funcionario de alto rango que tenga tiempo para trazar escenarios electorales y pensar en estrategias, los escenarios electorales son un tema que no se dejan de analizar en el entorno oficialista. Se entiende que no hay forma que la campaña no esté asociada a la gestión y a mostrar cambios.
De acuerdo al discurso público de Frigerio y a información que pudo recabar Letra P, son tres los ejes donde se pondrá el acento en adelante: el plano educativo, la salud y la seguridad.
En lo educativo el desafío es primero destrabar el conflicto docente, que puede agudizarse. Tanto en este ámbito y en el de salud la dependencia del presupuesto es inmediata, sin embargo algunos cambios podrán mostrarse como golpes de efecto. En seguridad la figura del ministro Néstor Roncaglia es taquillera y se puede usar. Tiene rodaje nacional, como Frigerio, y maneja una cartera sensible a la que se le dio mucho protagonismo en estos meses.
Rogelio Frigerio en Casa de Gobierno.
Infraestructura en épocas de vacas flacas
A estos ejes se le suma el de la infraestructura, que es todo un desafío en época de vacas flacas. Se piensa en un programa provincial donde no se descarta el financiamiento internacional de organismos multilaterales de crédito para fines específicos.
Las gestiones con la Nación son continuas, aunque no se reactivó ninguna obra comenzada en el gobierno anterior. Las negociaciones se piensan para el segundo semestre, una vez despejada la ley ómnibus y el nuevo acuerdo fiscal.
Si todo se encamina, en Entre Ríos se ilusionan con un Javier Milei más enfocado en la relación con las provincias y pensando, por ejemplo, en obras concretas.
Algunas mediciones en la Entre Ríos de Rogelio Frigerio
El círculo de confianza de Frigerio que sigue de cerca las mediciones de opinión pública promedia y afirma que la imagen positiva del gobernador oscilaba en torno al 40% al comienzo de la gestión. Para después de marzo rondaba el 53% y la imagen negativa era 18%. En tanto, la imagen de la gestión oscila en torno al 50% de aceptación y un 20% de rechazo.
Los números del presidente de la Nación en Entre Ríos marcan un 50% de imagen positiva y alrededor de 38% de negativa. Un análisis de estos números da cuenta de un electorado parecido en la aprobación para ambas administraciones. Lo que determina, o por lo menos condiciona, la toma de decisiones.
Esas mismas usinas oficialistas que difunden esos guarismos, aseguran que en la vereda de enfrente la realidad es completamente distinta. Le adjudican una caída de imagen “importante” al exgobernador Bordet y un peronismo "muy golpeado".
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