En medio de la pelea con la Casa Rosada, el jefe de gobierno porteño continúa tejiendo su armado político en un distrito clave para su proyecto presidencial. La disputa con Patricia Bullrich, la postura del Grupo Dorrego y el rol clave de Diego Santilli
La pelea con el gobierno nacional por la educación presencial y las restricciones sanitarias le dejó poco tiempo en los últimos días a Horacio Rodríguez Larreta y a Diego Santilli para la paciente tarea del armado político. Sin embargo, el jefe de Gobierno porteño y su vice se hicieron algunos huecos para continuar tejiendo relaciones con los intendentes bonaerenses.
Las elecciones en la provincia de Buenos Aires serán clave tanto para el futuro de Juntos por el Cambio como para el proyecto político nacional del larretismo. En las próximas semanas se esperan definiciones que terminarán de clarificar el panorama, especialmente en lo que se refiere a la relación de fuerzas entre “halcones” y “palomas” dentro de la coalición opositora.
En la sede del gobierno porteño se entusiasman con la posibilidad de que María Eugenia Vidal compita en la ciudad de Buenos Aires y Diego Santilli haga lo propio en la provincia. Sin embargo, son conscientes de que esa combinación le daría a Rodríguez Larreta una centralidad que otros referentes del PRO no están dispuestos a entregar sin batallar.
A pesar de su silencio, María Eugenia Vidal se afianza como la mejor opción para neutralizar el ascenso y las pretensiones de Patricia Bullrich en la capital. La ex ministra de Seguridad ya dejó en claro que busca encabezar la lista de diputados nacionales y que su línea interna tenga buena representación en las listas. Al mismo tiempo, competir en la ciudad le evitaría a Vidal el riesgo de una segunda derrota consecutiva contra el Frente de Todos en territorio bonaerense, algo que podría lastimar mucho su imagen de cara al futuro.
Tanto los intendentes como los funcionarios de la mesa chica de Rodríguez Larreta analizan encuestas y saben que el peronismo unido sigue siendo electoralmente competitivo, especialmente en el conurbano. Por esta razón, que Diego Santilli encabece la lista es una opción menos riesgosa.
El vicejefe de Gobierno tiene buena imagen positiva y un alto porcentaje de desconocimiento, lo que deja lugar para mucho crecimiento. Al mismo tiempo, una buena performance lo deja muy bien plantado de cara a la pelea por la gobernación en 2023, incluso si no gana. “Aunque nos ganen 45% a 40%, sería una buena foto pensando a futuro”, reconoce uno de los armadores del larretismo.
Santilli también cuenta con otro punto a su favor: la gestión de la seguridad en la ciudad le permite mostrar buenos resultados en un área muy sensible y que tiene la potencialidad de traccionar muchos votos en el conurbano. También le da la posibilidad de hacer acciones de campaña, como cuando entregó patrulleros en Mar del Plata y La Plata.
Sin embargo, su postulación todavía debe superar algunos escollos. Principalmente la oposición de los líderes territoriales bonaerenses que se resisten a que otra vez les “impongan” un candidato desde la capital. El que se mostró más refractario fue el intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien incluso dejó saber que si Santilli intenta encabezar la lista le competirá en una PASO.
El resto de los integrantes del Grupo Dorrego, que nuclea a los principales líderes municipales de la oposición, tiene una visión más pragmática. Ante la consulta de Infobae, un intendente del PRO aseguró que sigue considerando que la mejor candidata para la provincia es Vidal. No obstante, reconoció que lo más importante es “armar un buen equipo, con personas que sean representativas del espacio y con los que estén en mejor condición electoral”.
Según su visión, más importante que el nombre que encabece será que los intendentes “participen de la toma de decisiones”, tengan “un rol relevante en la definición de las listas seccionales” e incluso integren la lista de diputados nacionales. Si Vidal no compite, no rechazó de plano el desembarco de Santilli. Será cuestión de hacer política y negociar.
“Nosotros queremos ganar, si tiene que ser el Oso Arturo, que lo sea, pero que nos permita consolidar un proyecto. Lo que pedimos es que se sienten en una mesa política de la provincia y construyan desde ahí”, contestó con ironía y franqueza otro intendente de un populoso municipio bonaerense ante la consulta de Infobae.
En ese sentido, remarcó dos cuestiones. Por un lado, señaló que la competencia interna es lo más sana porque “ir con varios candidatos moviliza más y potencia el trabajo territorial”. En sus ojos, una PASO sería la mejor opción para seleccionar al candidato más potente y al mismo tiempo cuidar la unidad. Por el otro, advirtió que los comicios legislativos no necesariamente definen el panorama para la siguiente elección. “Hay muchos ejemplos, mirá lo que le pasó en su momento a Francisco de Narváez”, le recordó a quienes ya piensan en la elección a gobernador.
En las oficinas de Uspallata también consideran que una PASO sería la mejor opción. “Para Santilli el escenario ideal sería ir a una interna con Macri y alguien de radicalismo, como Facundo Manes, pero es poco probable que se expongan”, reflexionaba un funcionario de la mesa chica.
Al mismo tiempo, el sector encabezado por Patricia Bullrich también opondrá resistencia con su propio armado. De hecho, en abril presentaron en sociedad la agrupación Somos Equipo PRO, que nuclea unos 300 dirigentes bonaerenses entre los que se destacan el senador nacional Esteban Bullrich, la ex funcionaria de Seguridad Florencia Arietto, los intendentes Martín Yeza (Pinamar), Javier Iguacel (Capitán Sarmiento) y Francisco Ratto (San Antonio de Areco), los diputados Waldo Wolf y Pablo Torello, dirigentes como Francisco Pinedo y Eduardo Amadeo.
Dentro del larretismo, algunos creen que simplemente se trata de una estrategia para ganar volumen político interno y negociar en mejores términos la candidatura de Bullrich en la Ciudad, su verdadero objetivo. “Son 300 dirigentes y cero votos”, ironizaba un funcionario que no descarta la posibilidad de que todo se resuelva con un gran acuerdo.
Mientras todo se acomoda, Rodríguez Larreta y Santilli continúan tendiendo puentes por arriba de la General Paz. El miércoles pasado, el jefe de Gobierno recibió al intendente de La Plata, Julio Garro, para discutir cuestiones sanitarias y de la coyuntura política. Al día siguiente, participó de una visita por Tres de Febrero junto a Diego Valenzuela. Ambos del Grupo Dorrego.
Por la tarde, Santilli recibió a cinco líderes municipales del radicalismo en el Centro de Monitoreo de la Policía de la Ciudad. Participaron Esteban Reino, de Balcarce; Esteban Santoro, de General Madariaga; Lalo Harispe, de Lezama; Emilio Cordonnier, de Ayacucho; y Juan José Fioramonti, de Lobería. Luego pasaron también por las oficinas del jefe de Gobierno.
Se acercan momentos de definiciones y el armado político es un trabajo lento y paciente que no puede resolverse pocas semanas antes de las elecciones.
Por Federico Millenaar
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