Explica cómo será la nueva fase en la Ciudad. Confía en que los datos de contagios son alentadores para avanzar en la flexibilización. El impacto económico.
“¿Qué tal? Me queda bien la barba, ¿no?”. Horacio Rodríguez Larreta está contento con su nuevo look: se dejó la barba. Asegura, con una sonrisa, que no es parte de una estrategia sino un nuevo estilo que acordó con su mujer, Bárbara Diez.
A pesar de que admite que vive meses de “mucha tensión y angustia”, el regreso de los runners lo tiene expectante como uno más: “el lunes (por mañana) es día par, me tocar salir temprano”, suelta. En su vida privada, plantea que la pandemia afecta a todo el mundo: su pequeña hija, Serena, de 4 años, no puede ir a la escuela. Y revela que su madre, María Cristina Díaz Alberdi, cumplió 80 años y no pudo visitarla. Fue un cumpleaños vía Zoom. Hace cuatro meses que no la ve, ni a ella ni a ninguno de sus hermanos.
El gran cambio de rutina lo incomoda: prácticamente no usaba la oficina del tercer piso de la sede gubernamental de Uspallata, donde recibe a PERFIL tras el anuncio de la flexibilización de la cuarentena en Olivos. Su oficina era la calle: bares, una plaza o encuentros en su auto oficial. “Extraño mucho las reuniones con vecinos. Me reúno dos veces por semana por Zoom, contesto preguntas en Instagram, pero no es lo mismo”, confiesa.
—¿Por qué se avanzó ahora en una nueva etapa en la Ciudad y a desandar el aislamiento?
—Primero porque tomamos decisiones en base a los datos. Lo dijimos desde el primer día. Uno de los datos que observamos es la evolución de la tasa de contagios que se mide con el R. Está estabilizada hace 25 días. Y el R, antes de tomar la decisión, estaba en 1.1. Hoy está tocando 1.01 o 1.02 y el objetivo es llegar a menos de 1. Con lo cual, la tasa de contagios está estabilizada. Cuando en la etapa anterior decidimos ir a una cuarentena más estricta, el R mostraba que se habían duplicado los casos en dos semanas, de 420 a 850. Entonces, por eso tomamos la decisión. En segundo lugar, le tengo mucha expectativa a la estrategia de testeos, el plan Detectar. Y en tercer lugar confío en la gente, en los porteños. En términos generales el cuidado de la gente ha sido bueno: no ves gente sin tapaboca prácticamente, la gente en los comercios está distanciada. Hay que aprender a convivir con el virus. Pero siempre basado en los datos y son contundentes. Hay que recuperar las libertades cuidándonos entre todos.
—¿Y la tasa de duplicación de casos?
—El tiempo de duplicación de casos mide lo mismo que el R, es otra forma de media la contagiosidad del virus. Hoy está en 32 días. Los datos nos avalan. Y además tenemos que tener en cuenta el bienestar de la gente de forma integral: no solo el virus, el cuidado emocional, el físico, el trabajo. Teniendo todo en cuenta es que vamos a un plan integral de puesta en funcionamiento de la Ciudad.
—Kicillof habló de una estrategia de “stop and go”, es decir “abrir y cerrar” el aislamiento.
—Primero, tengo confianza en la gente que vamos a poder cuidarnos. Si los datos lo avalan, no tenemos por qué predecir que va a haber un “stop”. Si la situación se complica, tendremos que poner una pausa en el plan de puesta en marcha de la Ciudad. Pero no me adelanto a decir que va a haber un “stop”, ojalá que no, que el virus siga estando contenido. Adelantar hoy un “stop and go”, no lo sé, espero que no, confío en la gente y confío en que todos valoremos recuperar las libertades y que con eso seamos todos responsables, como en su gran mayoría venimos siendo.
—Un estudio del ministerio de Desarrollo Económico sobre los comercios los puso en alerta: facturan solo un 30% en el mejor de los casos.
—Las cámaras de comercio barriales nos indicaron eso. Hasta que todos los comercios no tengan el permiso para reabrir no vamos a saber cuántos reabren y cuántos no. Pero en dos semanas va estar funcionando más del 90% del comercio de la Ciudad de Buenos Aires. El plan con los comercios comienza con, en 15 días, la apertura de todos menos aquellos asociados a las terminales de tren que atraen mucha gente de la provincia. Cuando abrís Once tenés hasta tour de compras. Hay lugares donde hay un comercio muy pegado a otro y viene mucha gente de afuera que resulta imposible mantener distancia. Salvo esos lugares que son cinco o seis nada más, y son muy específicos, se abren los comercios en toda la Ciudad a lo largo de las próximas dos semanas. El lunes (mañana) los comercios no esenciales barriales. Incluso, los servicios personales: peluquerías, manicurias. Tenemos un protocolo establecido con las peluquerías, venimos trabajando con ellas, porque requieren un servicio muy pegado entre personas.
—¿Está trabajando en una nueva batería de medidas de alivio económico, además del ABL?
—Ya se aprobó la ley que exime de ABL a los comercios cerrados. Estamos viendo de avanzar más fuerte todavía con los apoyos del Banco Ciudad, con créditos con subsidio de tasa de interés. Además, el Gobierno nacional ratificó que daba un mes más el ATP, que pueden aplicar Pymes.
—Dos actividades que suponen movimiento de gente de la Provincia a la Ciudad son construcción y el servicio doméstico, ¿qué planes hay para estos trabajadores?
—No están incluidas en la primera etapa. Empiezan gradualmente en la tercera fase recién. Es cierto que tienen un porcentaje alto de trabajadores que vienen de la Provincia y por eso estamos hablando con las cámaras de las constructoras para que, en una primera etapa, ellos se ocupen de la movilidad de la gente. En cuanto al servicio doméstico, también está en la tercera etapa, pero comenzando con aquellos que residen en la Capital, justamente porque uno de los riesgos de contagio está en el transporte.
—¿Cuál es el plan vinculado a la actividad física?
—Vamos a retomarla desde el lunes (mañana), por DNI, y vamos a ponerle más tiempo para que la misma cantidad de gente se distribuya más a lo largo del día. En lugar de las 20 horas podrán empezar a las 18 horas y terminar a las 10 de la mañana. Gimnasios no estarán aún en las primeras etapas.
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—¿Salidas recreativas con chicos?
—Hay un consenso unánime: el contagio al aire libre es mucho menor. Es muy recomendado por todos los expertos en niñez, incluido Unicef, que salgan los chicos. Por eso lo ampliamos: primeras semanas día por medio y después todos los días. Los chicos siempre dando una vuelta a la manzana y una hora. Además, vamos a abrir los parques para circular, no para quedarse. En definitiva: si sale la misma cantidad de gente y le das más espacio de circulación significa más distanciamiento. Eso sí, sin juegos infantiles.
—¿Qué ocurrirá con las profesiones liberales?
—Estamos coordinando con la Corte: ellos están levantando la feria y nosotros permitiríamos a los abogados que puedan ir a sus estudios una vez por semana, como nos pide el Colegio de Abogados. También se suman los psicólogos, que tiene que ver con la salud de la gente. El resto en una segunda etapa.
—¿Qué ocurrirá con las obras públicas de infraestructura?
—Hoy tenemos todas las obras de la Ciudad paradas. Tampoco tenemos muchas grandes en marcha. Esta pandemia nos hizo replantear todas las obras, grandes, chicas y medianas. Estamos en un plan de austeridad total, con recaudación recortada –está un 30% abajo en términos reales, lo cual es muchísimo–. Hasta que no veamos cómo se recupera la economía no tenemos capacidad de planear obras. La prioridad hoy son los servicios básicos de la Ciudad y, por supuesto, la salud y la ayuda social. Las proyecciones que tenemos a hoy nos permiten llegar bien con los sueldos pero no habrá aumentos en estos meses. Eso sí: hoy no están en riesgo.
—¿Hay un plan pospandemia para la Ciudad?
—Desde hoy estamos trabajando en la puesta en marcha. Tenemos una visión urbana para los próximos 20 años. La pandemia condiciona mucho, acelera procesos de digitalización, va a cambiar costumbres, se va a revalorizar mucho el uso del espacio público. El virus contagia menos al aire libre y esta es una Ciudad que permite, por su clima, estar 12 meses al año al aire libre: tenemos una oportunidad enorme de llevar actividades al espacio público. Eso requiere estudio y planificación. Vamos a generar más espacios peatonales, generar actividades en la calle, darle prioridad a la gastronomía y destinar espacios públicos que hoy por hoy no están destinados para eso. Ni hablar de promover, cada vez más, el uso de la bicicleta. En general: un cambio de costumbres con un mayor uso del espacio público. En Educación, con la incorporación de tecnología, que de ninguna manera reemplaza la participación presencial, también vamos a avanzar. Hay oportunidades. Aunque, por ejemplo, en 2019 tuvimos récord de turismo extranjero y la recuperación va a ser más lenta.
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