Por: Lucas Bo.

Horacio Rodríguez Larreta transita los caminos de la reflexión para comprender los errores por los que no pudo llegar a la Casa Rosada y la puesta en valor de sus ocho años de gestión en la Ciudad de Buenos Aires. Con un PRO en crisis y muy cercano a Javier Milei, hoy siente que tanto Mauricio Macri como Patricia Bullrich no representan los valores fundacionales del partido. Sin formar parte de la estructura partidaria y a poco de cumplirse un año de su derrota en las PASO, prepara su reaparición pública con el lanzamiento de Movimiento al Desarrollo (MAD), un espacio para mostrarse junto a dirigentes de otros sectores, equipos técnicos y políticas públicas.

En su equipo aclararon a este medio que “no se trata de un partido”. Larreta se mantiene dentro del PRO, pero eligió quedarse al margen de la interna pese a que tanto el ex presidente como la ministra libertaria lo llamaron cada uno por su cuenta para unir fuerzas y quedarse con el partido. A sus cercanos, según supo El Destape, les confía que él no se fue sino que “los que se fueron son ellos” y a cada uno los invita a revisar la web partidaria para demostrar que no respetan sus valores fundacionales. “Ahí está la identidad del partido y no tiene nada que ver con esto”, les reprocha a ambos bandos por su cercanía con Milei.

Como contó este medio, aunque no llevaba su nombre, su postura quedó plasmada de manera implícita en la abstención que la senadora larretista Guadalupe Tagliaferri llevó a la Asamblea Nacional y en la que expresó: “Ninguna de las dos opciones representa lo que siempre este espacio defendió”. Pese a las diferencias, en el macrismo manifiestan que están "conformes" con lo que definen como una actitud "honesta" que adoptó Larreta en la interna. "Puede estar en desacuerdo con la renovación del partdio o con Macri pero se mantiene al margen y no quiere que el PRO desaparezca como Bullrich", destacaron desde el entorno del Ex Presidente.

Qué hace Larreta y qué piensa de Milei

Larreta está convencido de que el rumbo del país no es el correcto. “Cree que a Milei le va a ir mal”, sintetizó ante El Destape un dirigente que dialoga a diario con él. Comparte la preocupación por el equilibrio fiscal, pero lo toma como una precondición que nadie discute en el mundo. Lo que le cuestiona a Milei y por lo que cree que es un error que el PRO genere una alianza con La Libertad Avanza es su visión del Estado. Para el Presidente el Estado es el enemigo y no tiene que existir, mientras que Larreta asegura que “para crecer, necesitás una gestión desde el Estado”. 

Por eso, pese a que no logró convencer al electorado, no renuncia a mostrarse como un gestor y un hombre de consensos porque está convencido que el péndulo en el que oscila la política argentina llevará a que la sociedad vuelva a ponderar sus cualidades. Queda abierto el interrogante sobre por qué de un extremo no iría violentamente al otro y se quedaría en el medio.

Rodríguez Larreta comprendió que en las últimas elecciones hubo un clima de época que no interpretó y en las que las emociones de la sociedad fueron un factor clave. Ante un electorado que buscaba un candidato que empatice y exprese cómo se sentía, Larreta entendió que su perfil con foco en el método y la gestión no fue ponderado.

Pero no cree que sean todos factores externos, como la interna en el PRO donde Macri optó por Bullrich, sino que también realiza una autocrítica respecto a lo que considera un valor propio. Durante sus ocho años como jefe de Gobierno se jactó de mostrarse como un gestor y que allí podían convivir desde socialistas hasta liberales y en el tramo final de la campaña se amplió tanto que llegó incorporar voceros políticos para que le aporten un discurso más antikirchnerista. “La gente no quería ver fotos de políticos y él no paraba de sumar dirigentes”, explicaron en su entorno.

Rodríguez Larreta se corrió de la interna entre Macri y Bullrich por el PRO.

Con más tiempo libre, bajó la cantidad de encuentros políticos que mantenía hasta el año pasado. Y en los pocos que tiene se enfoca no solo en la economía sino también en temas estructurales como energía, movilidad provisional y política exterior. 

Desde principios de año es invitado por gobernadores e intendentes de lo que fue Juntos por el Cambio a participar en reuniones de gabinete para que aporte su experiencia de gestión. Gobernadores como Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Nacho Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Claudio Poggi (San Juan) e intendentes como Juan Pablo Poletti (Santa Fe) y Ulpiano Suárez (Mendoza) lo convocaron para que aporte su mirada ante problemas locales.

Larreta aporta ad honorem a un equipo técnico que encabezan distintas figuras políticas referenciadas en él. En lo económico destaca Hernán Lacunza, en lo cultural y social Pablo Avelluto y en lo legislativo participan Tagliaferri y el diputado Álvaro González. Otro que también lo integra es Emmanuel Ferrario, legislador porteño de su extrema confianza al que le encomendó un proyecto sobre liderazgo en todo el país, que pretenderá acercar a la política a personas sin militancia y con distintas experiencias.

Por fuera de esos equipos hay una persona de consulta permanente para Larreta y es su futura esposa, Milagros Maylin. La licenciada en comunicación social de 38 años es muy influyente en sus decisiones y distintas fuentes del entorno del ex alcalde porteño ponderan no solo su inteligencia -se graduó con medalla de oro- sino también su lectura política con una mirada social desde su experiencia en el área tanto en Ciudad como en la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Vidal. Una fuente larretista hizo una osada comparación al hablar sobre su forma de trabajo: “Tiene una mirada ideológica vinculada a la doctrina peronista”.

Qué es MAD, el nuevo espacio de Larreta

Mientras reflexiona, asesora y pone en valor su gestión porteña en redes sociales, Larreta se prepara para reaparecer públicamente. Sin un lanzamiento previsto con foto ni puesta en escena, en las próximas semanas dará a conocer la creación de un espacio de debate y construcción de políticas públicas que puede ser leído como un primer paso para conformar una propuesta heterogénea en la que puedan bregar actores de otros partidos.

Se llamará Movimiento al Desarrollo (MAD), lo presidirá Tagliaferri y en su nombre hay un parentesco con el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) cuyo mayor exponente fue el ex presidente Arturo Frondizi y que su padre integró. “No será un partido”, advirtió un dirigente al tanto de la construcción pero desde allí se emitirán informes con análisis de la situación del país y no será de extrañar que tengan aspectos críticos sobre el rumbo económico. Un dato curioso es que MAD es un adjetivo en inglés cuya traducción al español significa "loco". Muy apropiado para estos tiempos. 

Habrá que ver si uno de los dirigentes que vaya a acercarse sea Martín Lousteau, un aliado político clave que tuvo en la Ciudad, que busca mostrarse como el más duro de la oposición “dialoguista” a Milei. Según supo este medio, la relación es buena aunque no están hablando seguido. Larreta difiere con la forma que eligió el senador para confrontar. Larreta hizo hasta acá una oposición silenciosa y apoyó la idea de brindarle “herramientas” al Gobierno, mientras que el senador radical fue más confrontativo con la idea de posicionarse electoralmente para lo que viene. “Para Horacio está bien ponerse en contra del gobierno, pero cree que es un problema si te perciben como el que ponés palos en la rueda y que lo estás empujando al abismo”, explicaron desde su entorno.

El golpe de las PASO fue muy duro para Larreta y todavía no cierra la etapa introspectiva. Ve muy lejana la próxima elección y con un escenario político que dependerá de cómo evolucione la imagen del Gobierno. Para él la decisión de si sigue o no en el PRO si es que decide competir es lo de menos y por ahora avanza hacia la construcción de un centro amplio y moderado.