“Las bandas de ‘roleros’ jamás usan vehículos de apoyo”, dice uno de los abogados de los dueños de la moto usada en el asalto al periodista.
Un ladrón de relojes con más de una decena de antecedentes habría tenido el descaro suficiente para asaltar a uno de los periodistas más reconocidos del país a cara descubierta en Barrio Parque, una de las zonas más vigiladas de la ciudad de Buenos Aires. La investigación por el asalto a Marcelo Longobardiocurrido el 8 de octubre pasado apunta a Fabián Duarte como presunto autor del hecho. “Es conocido como un ‘rolero’ dentro del ambiente delictivo y cuenta con un extenso prontuario relacionado con ese tipo de robo”, indicaron fuentes de la investigación a PERFIL. “No hay muchas bandas en la ciudad con esta modalidad porque es un delito algo sofisticado”, agregaron los informantes.
Los responsables de la pesquisa aseguran que los miembros de la presunta organización que habría atacado al periodista de radio Mitre “están individualizados”. Según esta línea, se trata de una banda de “roleros”, ladrones dedicados al arrebato de relojes Rolex, que residirían en la zona oeste del Conurbano.
Sin embargo, esta hipótesis de investigación tiene algunos cuestionamientos. De hecho, el propio Sergio Berni, admitió en una entrevista televisiva que “el robo no fue al voleo” y que “parece una secuencia planificada”, características que no se condicen con el “trabajo” de las bandas que roban relojes de alta gama.
Pese a que fue identificado gracias al registro de las cámaras de seguridad y al trabajo de agentes de Inteligencia Criminal de la Policía Federal, Duarte logró que la jueza Alicia Iermini le otorgara la eximición de prisión antes de ser detenido.
Sin embargo, el dominio de la moto usada en el robo, una Kawasaki 650, guió a los investigadores hacia otros dos sospechosos. Se trata de Walter D.V. y otro hombre, Orlando L.V., de 39 y 37 años, respectivamente. Ambos, vinculados en la causa por tener a su nombre el vehículo que fue utilizado en el asalto a Longobardi, cuentan con la defensa de Matías Morla y su socio, Marcelo Trimarchi.
Al igual que Duarte, Orlando L.V. tiene antecedentes vinculados al robo de relojes. Tenía pedido de captura, pero el lunes le fue concedida la eximición de prisión que solicitó Trimarchi. El sospechoso tiene una buena coartada: cuando le robaron a Longobardi estaba preso. Hace una semana dejó el penal en el que estaba alojado. Sin embargo, para los investigadores sería cómplice de los hombres que le robaron al periodista.
Walter D.V., también representado por Trimarchi y Morla, no tiene prontuario pero quedó detenido el miércoles por su vinculación a la moto. Al día siguiente salió en libertad gracias a un recurso de excarcelación. Estos dos hombres cuentan con una prueba a su favor: aunque no tramitaron la transferencia, un boleto de compra y venta demuestra quela motocicleta fue vendida en Moreno a un cuarto hombre, de iniciales D.M., el 11 de enero de este año.
Según el boleto, Orlando L.V. le compró a D.M. una camioneta Amarok a 21.500 pesos y, en parte de pago, le entregó la Kawasaki, un modelo que se suele utilizar en delitos que necesitan una salida rápida. El documento, que figura en el expediente, provocó otros allanamientos esta semana.
Pese a que la investigación avanza sobre la banda de roleros, aún quedan muchas dudas sobre el móvil del robo. “No sabemos si el objetivo fue el robo mismo o tuvieron otro propósito”, confiaron fuentes de la causa a PERFIL.
“El tipo de moto utilizada en el caso de Longobardi es común en esta clase de delitos”, indicó Trimarchi a este diario. Pero lo que le llama la atención es la aparición de una camioneta en la escena: estas bandas “jamás utilizan vehículo de apoyo. No tiene sentido, ellos necesitan una salida rápida. Lo de la camioneta es alocado, tiene otra connotación”, explica el abogado. “No es normal, tampoco el lugar donde se cometió el robo, está repleto de vigilancia. Ninguno se acercaría a una zona así, ellos saben perfectamente las rutas de salidas rápidas y dónde están las cámaras. No se expondrían de esa manera, son delincuentes pero no son tontos”, señaló.
El abogado de las estrellas
Matías Morla se hizo conocido públicamente con el caso Candela Rodríguez al defender a uno de los acusados: el carpintero Néstor Altamirano. Más tarde, le tocó defender a Moria Casán en la causa por el robo de joyas en Paraguay. Desde entonces representó a varias personalidades, entre ellos Hernán Piquín, Ricardo Fort y Mónica Farro. En la actualidad, su cliente más importante es Diego Armando Maradona. Al cierre de esta edición, el abogado se encontraba en Dubai atendiendo el caso de Rocío Oliva.
Morla y su socio, Marcelo Trimarchi, se ven involucrados en el caso Longobardi porque asesoran a dos de los implicados en el robo, uno de ellos con cuatro entradas al servicio penitenciario por asaltos similares. Y no son los únicos. El estudio de Morla recibe más de diez casos por mes de este tipo. “Los llamados ‘roleros’ no son delincuentes comunes.
En primer lugar, tienen códigos. No salen armados y saben que no tienen que lastimar. Este tipo de delito está de moda porque la posibilidad de salir en libertad, si los atrapan, es alta”, explica Trimarchi. El tipo de relojes que buscan estos ladrones son muy costosos –de 5 mil dólares en adeltante–, y pueden llegar a cometer 15 robos por mes.
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