Supercopa Argentina
Mientras espera los duelos con Boca, juega a las 21,10 en San Juan frente a Huracán. Si empatan, habrá penales.
La avenida Ignacio de la Roza, aquí en San Juan, está a 1.360 kilómetros del Monumental. Son las 20 y ya hay más de 300 hinchas esperando por la llegada del plantel de River. Minutos antes de las 23, cuando Gallardo, Cavenaghi, Barovero y compañía descienden del micro de Andesmar que los trasladó desde el aeropuerto hasta el hotel Del Bono Park, los fanáticos son más de 600. Hay integrantes de las filiales de San Juan y de Mendoza, hay adolescentes todavía vestidos con los uniformes de sus colegios, hay chicos con sus padres, hay parejas de veinteañeros, hay abuelos con sus nietos. River jugará esta noche la Supercopa Argentina ante Huracán, pero ninguno de los cantos de esa gente apunta a la final que tendrá lugar a las 21.10 en el estadio Del Bicentenario. "Che bostero, che bostero, que amargado se te ve, cada vez nos falta menos, para volvernos a ver", es el hit más escuchado. Hay cantos de aliento a River, sí, pero la mayoría son contra Boca: hay insultos, amenazas, letras discriminatorias, esas bravuconadas de tablón que suelen cantar las barras bravas. La prioridad absoluta de River, lo deja en claro su público, es la trilogía de Superclásicos que comenzará el 3 de mayo y continuará el 7 y el 14 con los duelos coperos. Pero antes de esos desafíos gigantes, River buscará ganar otra Copa ante un Huracán al que se le va la vida por sumarle la decimotercera estrella a su escudo.
En la previa, la sensación es que este duelo que enfrentará al campeón de la Super Final 2014 (River) con el ganador de la última Copa Argentina (Huracán) representa cosas distintas para los dos equipos. River quiere sumar su décima Copa nacional y extender el halo ganador que le imprimió Marcelo Gallardo (obtuvo la Sudamericana y la Recopa), pero por sobre todas las cosas pretende llegar bien parado a los Superclásicos. Para Huracán, un equipo no tan acostumbrado a las finales que ofrecen una estrella, esta Supercopa es un objeto de deseo mucho más concreto, una búsqueda de más gloria deportiva en medio de días difíciles: viene de perder 3 a 0 ante Mineros, en Venezuela, y de quedar eliminado de la Copa Libertadores en la fase de grupos, y marcha en el puesto 25 en el campeonato de 30 equipos.
En caso de que haya empate en los 90 minutos, el campeón se definirá por penales. La tercera edición de la Supercopa Argentina (las dos primeras fueron ganadas por Arsenal, ante Boca, y por Vélez, frente al equipo de Sarandí) tiene también un interés económico: el ganador se llevará un premio de 2.000.000 de pesos y el perdedor se quedará con 500 mil.
El estadio Del Bicentenario, donde el árbitro será Néstor Pitana, presentará un marco imponente. Tiene capacidad para 31 mil personas y las entradas para los sectores destinados al público de River están casi todas vendidas. Hoy, de 10 a 15, se venderá un pequeño remanente de plateas en la sede de la Liga Sanjuanina (queda en las calles Entre Ríos y Santa Fe), dijeron a Clarín desde la organización. Los hinchas de River serán mayoría: habrá unos 27 mil, contra unos 2.500 de Huracán (la popular de los hinchas del Globo no estará llena y tampoco el pequeño sector de plateas que le otorgaron).
Ayer a la mañana, cuando en el Aeroparque porteño se suspendieron los vuelos a Bariloche y a Neuquén por las cenizas del volcán Calbuco, hubo cierto temor de que el plantel de River no pudiera viajar en el vuelo de las 20. La situación generó inquietud y preocupación en el cuerpo técnico y en los dirigentes de River ante la posibilidad de tener que viajar en micro. Pero las cenizas que llegaron a Buenos Aires no impidieron el viaje por aire y los hinchas de River le pudieron hacer sentir anoche mismo a sus jugadores que hoy quieren ganar, pero no tanto como eliminar a Boca de la Libertadores.
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