Fabián Ríos, el exintendente de Capital, volverá a probarse el traje de candidato a gobernador por el peronismo. Con fuertes críticas hacia la alianza gobernante y un llamado a los correntinos a animarse a mirar hacia otro lado, después de dos décadas de gobierno radical. Aseguró que le sobra confianza en la gente para las elecciones del 29 de agosto. Respondió a todas las preguntas de El Litoral.
—¿Por qué aceptó ser candidato a gobernador?
—Fue una construcción, una conjunción de organizaciones sociales, de sectores populares, de gente que está cansada de un modelo de veinte años que habla de industrialización y desarrollo pero que nada cambió en Corrientes. Fueron dos décadas de promesas electorales de hacer parecer que las cosas cambian, para que nada cambie. Antes era el puerto de Itá Ibaté y para Valdés ahora será el puerto de Ituzaingó. Todavía esperamos la instalación de la Coca-Cola.
—¿La oposición no tiene responsabilidad en la legitimación de ese modelo de veinte años?
—Seguro que hay responsabilidad de la oposición, por no poder concretar, de estar muy cerca por momentos, responsabilidades que nos caben a todos. Pero no creo que sea el problema fundamental. Acá pasa por poder lograr la confianza, el afecto suficiente de la gente de Corrientes para tener una mirada hacia arriba. Esto significa muchas cosas: tiene que ver con la idiosincrasia, con la cultura y el ser correntino, que es lo mejor que tenemos todos. Pero también es cierto que algunos utilizan eso para someter: el pago de sueldos en término, el plus, no significan herramientas de desarrollo, de inclusión.
—Según su opinión, Valdés es un maquillaje para seguir con lo mismo...
—No es mi opinión. Son datos de la realidad. Miremos los empleos, el volumen de la economía informal, de la changa. Desde hace dos décadas siguen igual. Son datos duros de la realidad. La pandemia afectó, pero el problema es estructural y los datos son reales.
—¿Y cuál es la propuesta del Frente Corrientes de Todos?
—La propuesta es tratar de arrancar la incipiente industrialización. Pero que ocupe a las 17.000 familias correntinas que habitan en el campo y que nunca son tenidas en cuenta a la hora de ser recibidos en los pomposos despachos de la Casa de Gobierno de Corrientes. Generar una industria que los incorpore al empleo digno.
Provengo de Añá Cuá y el Gobierno de Corrientes hace todo lo posible para repetir la historia de Yacyretá para que cuando el proceso concluya, quejarse por no haber sido tenidos en cuenta, como hizo siempre. Pero en el proceso de inversión, donde hay oportunidades para que se generen más y mejores servicios, le da la espalda. Después se quejará y apelará a la correntinidad para explicar los resultados.
—¿Hay que mejorar los salarios?
—La distribución del ingreso en términos generales. La coparticipación creció el 60 por ciento, pero los empleados públicos no superaron el 30 por ciento de mejora salarial. La intención es clara: grandes anuncios pero en la realidad es la retracción del salario y la distribución del ingreso en la provincia. Son datos crudos. Podés anunciar un plus electoral de 20.000 pesos, pagarlo una semana antes de las elecciones, pero en términos duros y reales, los ingresos de la Provincia aumentaron un 60 por ciento y la mejora de los salarios no llegó al 30 por ciento.
—¿Cómo encararía el conflicto con el campo?
—Mi pregunta es más básica: ¿qué pueden aportar para que la carne no aumente al nivel que lo hace? ¿Qué pueden aportar para que el precio de la carne que paga un asalariado correntino no tenga el mismo valor que el valor de carne en China? Todos tienen que aportar. Hay que discutir de otra manera.
¿Cómo se soluciona el déficit habitacional?
—En cuatro años construimos muchas más soluciones habitacionales en la municipalidad que la que lleva construidas esta gestión. Teníamos mucho menos plata para la propaganda, seguro. Nadie puede obviar lo que hicimos con Procrear, Techo Digno, con las viviendas de emergencia. Fueron construcciones rápidas, bien hechas y nos tuvimos que bancar acusaciones de corrupción. Podemos mostrar quien es menos inútil.
¿La demora en la oficialización de su candidatura fue estrategia o falta de consenso?
—No, no fue falta de consenso. Pero tampoco forma parte de una estrategia. Fue tratar de lograr el objetivo de que esto sea una tarea colectiva. Acá no hay elementos individualistas. Somos un colectivo. No tenemos un endiosado soberbio de apellido Valdés-Colombi.
—¿Qué opina de las versiones que indican que el PJ está en un rol perdedor y el oficialismo en ganador?
—El oficialismo gana por robo, siempre entre comillas: robo de ilusiones.
—¿Habló con Cristina, con Alberto?
—No. Esto no se trata de un alineamiento. La última vez que se usó la palabra alineación Nación-Provincia-Municipio, nos fue muy mal a todos los correntinos. No quiero que esto sea interpretado como un alineamiento, quiero que sea interpretado como que un gobierno nacional con visión popular puede ayudar a mejorar la vida de los correntinos.
—¿Hay confianza para el 29 de agosto?
—Tengo confianza en la gente. Tengo más confianza en la gente que en mí mismo.
—¿Por qué Martín Barrionuevo como compañero?
—Por su profesionalidad. Ha sido referente nacional de un análisis de una pandemia y muchos gobiernos utilizaron sus informes para un tratamiento equilibrado de los efectos de la pandemia. Tiene muchísimas más cualidades. Pero su profesionalidad lo convirtió en un hito a nivel nacional, tal vez no en su provincia, donde parece que hace falta taparlo.
—Se lo ha criticado por su postura en la construcción del hospital de campaña en el Hogar Escuela. ¿Cambió de opinión?
—Sabés que después de todas las víctimas, de las familias que sufrieron, es una discusión bastante difícil pero eso no me hace cambiar de opinión. No acepto en la conducta de los gobernantes el daño colateral en el pueblo. El Gobierno nacional le dio al gobierno de la provincia suficiente dinero como para que la situación hubiese sido distinta, para que no deje en una situación de desprotección a 200 chicos para tener un hospital de campaña. No me parece que esa sea la forma. No me parece que alguien que viva en Mocoretá tenga que hacer 400 kilómetros para atenderse, solo para que un gobierno tenga un escenario de campaña. Sostengo que las cosas se pudieron y se pueden hacer de otra manera.
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