Ante la fuerte desconfianza, el índice subió 132% en lo que va del año.
En una escalada que no se detiene, el riesgo país subió ayer otro 1,5% y alcanzó los 804 puntos en un día de desplome de los mercados globales tras la decisión de la Fed de subir por cuarta vez en el año la tasa de interés de Estados Unidos. Con una fuerte desconfianza del mercado en la capacidad de pago de la deuda externa argentina, el indicador que mide el JP Morgan rompió el techo de 800 puntos por primera vez desde diciembre de 2014, en pleno conflicto con los fondos buitres. La persistente suba expone la fragilidad de la estabilidad cambiaria y también complica la refinanciación de deuda de las empresas.
Ayer, los mercados globales reaccionaron con una toma de ganancia al mensaje del miércoles de la Reserva Federal estadounidense que, además de llevar las tasas a 2,25-2,50%, planteó que serán necesarias "algunas subas graduales de los intereses" si los datos económicos lo justifican, cuando el mercado esperaba que se pausaran los aumentos. Además, confirmó que en 2019 aspirará US$ 600.000 millones de liquidez y despertó temor por su impacto en el crecimiento económico.
Así, en Wall Street cedieron entre 1,5% y 2% los principales índices. El retroceso se trasladó a la Bolsa porteña, donde el Merval cayó 2,2%. Y como era esperable, los inversores siguieron desprendiéndose de bonos argentinos, que tuvieron otra jornada negativa, tanto los que cotizan en pesos como los dolarizados. Así, el riesgo país escaló hasta los 804 puntos y en el año ya acumula un alza del 132%.
El economista Gustavo Ber consideró: "El riesgo país marca la desconfianza de los inversores. La gran pregunta es ¿con los recursos del FMI hasta dónde se tira y después qué? Más allá del riesgo político, el riesgo de financiación es muy importante". Los fondos especulativos temen que Argentina no tenga la capacidad para afrontar sus vencimientos de deuda pos-2019. Hasta las elecciones, el Fondo blindó al Gobierno de un posible default, pero el propio organismo estadístico volvió a reconocer el miércoles que la deuda "es sostenible, pero no con alta probabilidad".
"Claramente tenés cerrado el mercado de deuda y estás cada vez más lejos de poder reabrirlo. El cumplimiento de las metas fiscales y monetarias no dan resultado; pareciera no haber forma de revertirlo porque la desconfianza es muy grande", sumó el analista Christian Buteler.
Esta escalada de la deconfianza enciende algunas luces de alerta en el mediano plazo. Las principales: la posibilidad de que sacuda la "pax cambiaria" y las trabas para la sostenibilidad de la deuda de los privados.
Juan Ignacio Paolicchi, analista de Eco Go, advirtió: "No veo que se pueda desacoplar el tipo de cambio y el riesgo país durante mucho tiempo. En algún momento alguno de los dos corrige". Para Paolicchi, la polarización creciente de cara a las elecciones impacta "negativamente en el riesgo país" y "el impuesto a la renta financiera no te ayuda en nada". "En un contexto de cuenta de capital abierta, te puede jugar negativamente en el tipo de cambio", alertó.
En cuanto a la dificultad para las empresas, Buteler explicó que las firmas que salieron a financiarse no contaban preveían esta situación y esperaban poder renovar. "Quien tenga vencimientos en el primer semestre de 2019, en el cual no se avizora que la situación se revierta, hoy tiene que estar replanteando su estrategia financiera para ver cómo hace para cancelarlos con recursos propios". Esto puede convertirse en otro pelotazo en contra para la recuperación de la actividad económica: "Las empresas de algún lado van a tener que recortar para saldar sus deudas. Igualmente, la mayoría hoy tiene frenadas sus inversiones por la coyuntura".
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