Desde el Partido Federal, el maipucino buscará que a los discapacitados se les asegure accesibilidad e información. Considera que para ejecutar los cambios necesarios, sólo basta tener ingenio antes que un buen presupuesto
De no llevar su bastón, cualquier mendocino que pudiera encontrarse en la calle con Ricardo Alvea (50) no notaría que él es ciego. Es que este hombre que trabaja en el área Comunicaciones del Banco Nación, es ex músico y logró un título nacional con su equipo de fútbol de no videntes, se mueve con una soltura y una seguridad tal que parece saber concretamente a lo que se enfrenta. Con la misma naturalidad tomó la propuesta de ser precandidato a senador provincial por el Partido Federal. De lograrlo, se convertiría en el primer legislador con esa discapacidad en la historia democrática de la provincia.
Luciendo esa impecable camisa que parece tener todo empleado bancario, Ricardo Alvea nos recibe en casa de su pareja, donde se desplaza como si supiera qué cantidad de centímetros tiene cada mueble. Como si lo hubiera visto y guardado todo en la memoria. “Dejé de ver a los 11 años, tengo una enfermedad congénita y después por un accidente sufrí un desprendimiento de retina. Pero eso no me limitó: fui a la Helen Keller, al Universitario Central y cursé hasta 3er. año de la carrera de Derecho. En el banco me capacité para desgrabar y transcribir los cursos para el personal, como instructor de Marketing y en Comunicaciones. Ahora colaboro con el área Cobranzas y trabajo en un sistema de información personalizada para los usuarios de tarjetas de crédito del banco”, repasó.
La militancia en el Partido Demócrata lo sedujo hace unos cuatro años, pero nunca fue candidato hasta que a fines de febrero lo tentó el abogado Alberto Aguinaga para ser precandidato a senador por el Segundo Distrito, porque Alvea vive en Maipú. “Acepté porque que era la oportunidad de ejercer mi compromiso social y defender el espacio del que provengo”.
Se imagina ocupando una banca en la Legislatura y prioriza esos temas en los que le valdría incursionar. “Me gustaría hacer aportes para mejorar el nivel de accesibilidad e información para personas con discapacidad”, resaltó y para que se entienda su iniciativa, puso su propio ejemplo. “Hoy, ningún diario de papel tiene suplementos o secciones en braile, como supo tener Diario UNO, y de hecho los diarios on line tampoco incluyen áreas en las que las noticias se reproduzcan con sonido para personas con discapacidad visual. Para informarme, necesito un programa que es un lector de pantalla y que es pago. El gratuito no tiene las mismas funciones. Eso es lo que hay que democratizar”, recalcó.
En este sentido, Alvea entiende que hay varias deudas para con las personas con discapacidad visual, que para ser saldadas necesitan más ingenio que presupuesto. “Yo ando en colectivo y en algunos lugares se me complica encontrar paradas, sobre todo porque aquellos sitios adonde se puso información en braile terminaron rotos. Eso se podría marcar construyendo distintos tipos de veredas frente a las paradas. De ese modo, cuando uno llegue caminando, detectará el piso con diferente forma y sabrá que allí para un colectivo. También hay que capacitar a los choferes para que al parar anuncien de qué línea se trata. Todos los ciegos sabemos qué recorridos hacen y dónde necesitamos bajar”, resumió.
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