La Justicia revocó el sobreseimiento del ex interventor de la Lotería de la provincia de Buenos Aires, Luis Peluso, que está acusado de integrar una mesa de dinero oculta que funcionaba en la década del 90, en uno de los barcos casino de la ciudad, para prestar plata a los apostadores. A quien fuera un hombre fuerte del sciolismo, le imputan no haber pagado impuestos.
El fallo, que revoca el sobreseimiento de Peluso, fue dictado por los jueces de la Sala III de la Cámara de Casación, Eduardo Riggi, Mariano Borinsky y Liliana Catucci.
Los magistrados dieron marcha atrás con una decisión de la Sala A en lo Penal Económico, que confirmaba un fallo de primera instancia anterior.
La causa prosperó a instancias del fiscal Ricardo Weschler y del querellante Rubén José Curdi, quien denunció supuestas actividades de Peluso en el barco Estrella de la Fortuna, donde prestaba dinero a apostadores.
Cursi, que dijo haber trabajado en esa supuesta mesa de dinero, se mostró activo en la causa como querellante. Según le dijo Curdi al diario Perfil en 2009, Peluso habría prestado 14 millones de dólares en seis meses.
El querellante aportó 157 planillas donde dejó asentado los millones de pesos/dólares que prestaron a jugadores del casino.
En esta causa, Peluso está siendo investigado por la imputación de Curdi de omitir declarar ante la AFIP las ganancias de su participación en una sociedad de hecho que se mantuvo entre 1999 y 2000, que "brindaba asistencia financiera" a los jugadores del barco casino, según el fallo de Casación.
Esas maniobras, de comprobarse, podrían constituir el delito de evasión fiscal, dijo el tribunal.
La Justicia, al comienzo de la investigación, le pidió a la AFIP que averiguara sobre esta sociedad de hecho, pero el organismo concluyó que "no surgen elementos que permitan establecer la existencia de la sociedad de hecho denunciada, ni el acaecimiento de hecho imponible alguno, ni indicios que permitan cuantificar una presunta evasión fiscal".
Pero los jueces de la Casación señalaron que lo que se investiga es si existió "una maniobra para que una sociedad de hecho denominada Casino Flotante ocultara en diversos períodos fiscales sumas millonarias de ganancias producidas como consecuencia de la actividad financiera marginal, llevada adelante en esa sede".
Por eso entendieron los jueces que no se hicieron todas las medidas conducentes a verificar la existencia y el monto del hecho y, en razón de ello, "no es posible descartar la hipótesis delictiva".
Cursi dijo que sus actividades se hacían a la vista de la Lotería y que el negocio de los préstamos no era atractivo por el interés que pagaban los apostadores, que era ínfimo, sino que "la ganancia extraordinaria estaba en el 12,5% de lo que perdía cada jugador, que el barco le pagaba a Peluso y los socios".
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