Por Gonzalo Prado

La interna entre las dos figuras presidenciables de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, no da respiro. Dos días después de la elección en Santa Fe, la disputa entre ambos sumó un capítulo que atraviesa un tema troncal para el electorado de la coalición: la institucionalidad. El disparador de la pelea fue el pedido del nido halcón para que el alcalde le exija al jefe del bloque de la Coalición Cívica en Diputados, Juan Manuel López, un pedido de disculpas por haber relacionado a exministra de Seguridad con la crisis del 2001.

Para el bullrichismo, la discusión que abrió López brindó la posibilidad para que, en un mismo movimiento de pinzar, lograr que el conflicto escale, conseguir cobrar una especiad de revancha por la sonora renuncia de Franco Rinaldi a la lista de legisladores porteño y recuperar la iniciativa después de la amarga derrota de Carolina Losada en Santa Fe. Todas jugadas que esconden un mismo fin: sacar de la cancha del debate electoral a las figuras de la Coalición Cívica enroladas detrás del jefe de Gobierno, pegándole donde más les duele, socavar su rol de "fiscales de la República".

En el comando de campaña de Bullrich saben que la fundadora y líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, es una de las cartas del alcalde para interpelar el voto tradicional de JxC, ya que la exdiputada formó parte de la génesis misma de la coalición en 2015. Para una defensora de la institucionalidad, la contragolpean con el fantasma del golpismo.

El jefe del bloque de la CC en Diputados, por su parte, salió rápidamente a hacer control de daños al despegar al jefe de Gobierno, al recordar que no es precandidato y negar que forme parte de su equipo de campaña, a la par que se preparó para cualquier aumento en la belicosidad del lado halcón. Según supo Letra P, no hubo intercambios entre el lilito y el comando larretista para coordinar una estrategia.

Ni lentos, ni perezosos, en "La Fuerza del Cambio" decidieron que la punta de lanza para el embate sea alguien que está acostumbrado a subirse al ring con Carrió, el diputado Cristian Ritondo. El historial entre ambos lleva escritos varios capítulos. Uno de los últimos fue cuando ella lo acusó de tener vínculos con el narcotráfico y hasta lo tildó de "barra brava". El jefe del bloque del PRO en la Cámara baja, adelantan en el nido halcón, es la persona indicada para evitar que el tema se pierda de la agenda de la campaña. “Hay que marcarle los límites de lo institucional también a ellos que se creen los paladines en la materia”, rumió uno de los armadores de Bullrich.

La "institucionalidad" que Bullrich le enrostra a Larreta es, a su vez y según la óptica del nido halcón, una forma de retribución tras la salida de Rinaldi. Para forzar su renuncia a la lista de Jorge Macri, el sector dialoguista de la coalición acusó a una serie de declaraciones homofóbicas, raciales y antisemitas. Hubo un pedido de disculpas del influencer, que no fueron aceptadas.

Del otro lado de la vereda, están convencidos de que detrás del reclamo contra los dichos de López se esconde una muestra de debilidad. “Les molesta que les recuerden el pasado de Bullrich en el 2001”, agregó uno de los articulares del sector dialoguista de JxC, al traer al presente su tiempo como ministra de Trabajo del expresidente Fernando De la Rúa.

En la CC se sorprendieron a ver como escaló la polémica. Los lilitos creen que hay un intento de los halcones de “victimizarse” en una sobreactuación para “atar a Larreta” a la polémica. “Están nerviosos después de Santa Fe”, agregó en el mismo sentido uno de los integrantes de la mesa chica del jefe de Gobierno. Lejos de aplacarse, el tema continuará: al cierre de esta nota, Ritordo se preparaba para iniciar un raid mediático para insistir con la queja halcón. Los dialoguistas, por su parte, prefieren dar la discusión está terminada, luego de que el jefe de Gobierno hablara escuetamente al tema desde Jujuy.