En reserva, el Presidente recibió a intendentes propios y no se quejó del corte de boleta que proponen algunos.
En la más estricta reserva, Mauricio Macri dedicó parte de esta semana a recibir, de a uno, a intendentes propios del Conurbano, un grupo que se vio perjudicado por su mala imagen. En todos los encuentros el Presidente no se quejó del corte de boleta que proponen algunos en sus territorios –en una estrategia consensuada con la gobernadora María Eugenia Vidal– y escuchó el escenario en los municipios donde el oficialismo perdió por entre 7 y 18 puntos.
La idea original era que no trascendieran las charlas: muchos de los caciques comunales venían enojados con el Gobierno por el manejo de la economía, la falta de reacción ante la crisis y, sobre todo, por no haber permitido a Vidal desdoblar el comicio provincial, habilitar alternativas como una colectora peronista o incluso el plan V presidencial.
Los encuentros comenzaron el lunes a la mañana con el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, y siguieron el martes con Diego Valenzuela (Tres de Febrero); Nicolás Ducoté (Pilar); y Julio Garro (La Plata). Ayer estuvieron Ramiro Tagliaferro (Morón) y Néstor Grindetti (Lanús).
En su reunión con Valenzuela, Macri le consultó sobre cómo veía el escenario local (pelea contra Juan Debandi, de La Cámpora). El intendente le planteó que había que trabajar sobre la ayuda a las empresas y las pymes. “No podemos negar la situación de crisis”, le dijo.
Como publicó Infobae, ese día también recibió al mediodía a Ducoté, quien quedó detrás del peronista Federico Achával. Ese día, Anita Moschini, histórica secretaria del Presidente, le deseó un feliz cumpleaños, al que se sumó el propio Macri. Ducoté le dijo que faltó política territorial pero con una autocrítica: le contó que tuvo pocos referentes territoriales. El mandatario le preguntó qué creía que se podría haber hecho mejor y le contó que tenía reuniones con “desencantados” para intentar entender qué había pasado. “Quizás tendríamos que haber equilibrado obras y asistencia social”, planteó. Y cerró: “Voy a intentar que subas cinco puntos en Pilar en octubre”.
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El otro intendente que pasó por Balcarce 50 fue el de La Plata. En la charla, el Presidente le habló de sus recorridas por el interior –donde esbozó que está mejor–. Garro le aseguró que estaba trabajando en el refuerzo territorial.
Este viernes fue el turno de Tagliaferro, quien se acercó a Olivos pasado el mediodía. El intendente de Morón le expresó a su equipo que fue “un muy buen mano a mano”. Viene de perder con Lucas Ghi en las PASO y, para remontar, rearmó su esquema de timbreo y bajadas a los barrios. Al igual que en el resto de los casos, no hubo reproches por la promoción del corte de boleta.
Finalmente, también estuvo este viernes al mediodía con Grindetti, quien trabaja con Macri hace más de veinte años y hoy libra una dura batalla contra el piquetero Edgardo Depetri, aliado del ex intendente Darío Díaz Pérez.
Optimista mesurado, el jefe de Estado le expresó una alquimia matemática para llegar al ballottage, donde se ve ganador. Grindetti le mostró su campaña, donde en el centro de Lanús trabaja con el voto duro del oficialismo y en lo territorial con un timbreo sectorizado donde apunta a 70 mil vecinos que no votaron en las PASO. En la periferia, en cambio, dijo, no le queda otra que cortar la boleta. “No hay forma de convencer a esa gente, no te van a votar nunca, es una forma de trabajar el corte sin que sea en tu contra porque es un voto perdido a nivel nacional”, le expresó.
Macri le respondió: “Me parece lógico lo que estás haciendo, eso es distinto a hacer campaña a favor de Alberto con tu boleta”. ¿Un mensaje a otros intendentes?
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