No fue casual que el único nombre propio que mencionó Guillermo Montenegro durante los treinta minutos que duró su discurso ante los concejales en la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante haya sido el de Sergio Berni.
Por: Mariano Suárez.
Tampoco lo fue que el 19 de febrero haya convocado a los medios para hablar de la inseguridad en Mar del Plata, una de las principales preocupaciones de los vecinos de General Pueyrredon.
El discurso del intendente tuvo dos ejes centrales: la generación de empleo y la inseguridad. El primero, es el problema principal en Mar del Plata y es el que desencadena otros males que golpean a la ciudad. El segundo es un tema recurrente en cualquier encuesta o sondeo. Pero es, además, la cuestión más sensible para Montenegro: buena parte de su campaña para llegar a la Intendencia se sostuvo en su experiencia como ministro de Seguridad porteño.
Desde que asumió como intendente las mejoras la seguridad no tuvo mejoras notorias. Incluso, Montenegro debió reemplazar a Darío Oroquieta, el hombre que había elegido para conducir la secretaría, e impulsó la llegada de un viejo conocido como Horacio García.
El lunes, el intendente nombró al ministro de Seguridad Sergio Berni, con quien se había reunido el jueves anterior en Puente 12, la sede operativa de la Policía Bonaerense en La Matanza. Desde el área de prensa del municipio difundieron la reunión como un encuentro de trabajo en el que la provincia y la comuna pusieron en común las estrategias y recursos que disponen para combatir el delito. La gestión de Montenegro tiene claro que no busca cargar la responsabilidad en Nació o Provincia. Sin embargo, en privado, el intendente le planteó a Berni que había deficiencias.
Desde hacía tiempo, la eficacia de la tarea policial en Mar del Plata estaba en tela de juicio. No estaba claro si el problema era falta de recursos (algo habitual en esta área) o una mala coordinación de los efectivos policiales. Berni pidió una auditoría para saber qué era lo que ocurría en las comisarías de Mar del Plata. Cuando recibió los resultados estalló de bronca.
“Se informaba que había 70 patrulleros y en realidad había 140. Y en ese número no estamos contando los móviles rotos. Hay camionetas 4x4 paradas”, contó una fuente que vivió de cerca los movimientos que se dieron en Mar del Plata. Por eso, una de las cuestiones que dijo Berni este martes cuando anunció la remoción de los jefes policiales, fue que la policía no estaba ingresando ni permaneciendo en los barrios. “La información que le pasaban al ministerio no era real”, insistieron.
El lunes, cerca de las 15, Montenegro recibió un llamado de Berni. “Tengo el resultado de la auditoría. Después del discurso del gobernador, salgo para Mar del Plata”, le dijo el ministro, sin mayores precisiones. Llegó tarde por la noche. Y a las 23 el intendente recibió a Berni, quien le contó las irregularidades que quedaron al descubierto a partir de la auditoría y las medidas que pensaba implementar.
El martes a primera hora, el ministro de Seguridad salió a recorrer dependencias policiales y terminó, poco después de las 9, en la Jefatura Departamental. Para ese entonces, la salida de Lucio Pinto era un hecho. También comenzaba a sonar fuerte el nombre de su reemplazante: el hasta entonces titular de la DDI, José Segovia.
Pinto salió del cargo en medio de un torbellino. Una fuente que siguió atenta los movimientos consideró que el principal problema de su gestión al frente de la Departamental fue la desidia. “Más allá de cuestiones de corrupción que siempre puede haber, lo más grave es que dejó todo en piloto automático hasta que le explotó la granada”, graficó.
No fue el único que salió eyectado de su cargo. También fue reemplazado el titular de Drogas Ilícitas, Diego Díaz Aguirre. En el área de drogas sí se advirtieron maniobras más sospechosas. Fuentes vinculadas a la cartera de seguridad ponen como ejemplo que se pidieron 14 allanamientos a la Justicia de Garantías en investigaciones por venta de drogas. Los 14 allanamientos arrojaron resultado negativo.
Desde la Fiscalía de Estupefacientes coincidieron en la visión. Durante el último semestre de 2020 la estadística muestra que se hicieron casi el doble de allanamientos de los que se habían realizado el año anterior. “Pero fue todo chiquitaje”, admitieron. También reconocieron que en causas grandes, donde se allanaban 8 o 9 casas, a las que se llegaba a través de largas investigaciones y con identificaciones de GPS, los resultados eran negativos.
“¿Por qué pasó? Creemos que más que corrupción puede tener que ver con una interna propia de las fuerzas”, señalaron ante la consulta de este medio.
Segovia llega a la Jefatura Departamental de Mar del Plata con un fuerte respaldo, especialmente del ámbito judicial. Durante los años que estuvo al frente de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) logró un vínculo estrecho con los fiscales, con quienes trabajó en la resolución de los delitos complejos.
“Es un tipo muy eficiente, de otra calidad”, dijo un fiscal sobre el nuevo jefe de la policía de Mar del Plata. La opinión, con diferentes matices, se repite dentro del complejo mundo judicial. Quienes trabajaron con él, además, consideran que tiene la personalidad necesaria para lograr transformaciones profundas.
“Es un tipo que va a modernizar la gestión. Espero que lo dejen y no sea un fusible como fueron unos cuantos en estos años”, analizó otro operador del Poder Judicial.
Una anécdota define al nuevo titular de la Departamental: en una reunión entre fiscales y jefes policiales, todos los comisarios tenían sus armas reglamentarias en la cintura. Menos Segovia.
-José, ¿usted no usa arma?- le preguntó un fiscal
-No, no. Yo solo uso lápiz y papel.
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