El encuentro de Kicillof con la vicepresidenta que le sirvió para eludir el encuentro de Alberto Fernández con una facción universitaria que se enfrenta con La Cámpora. La visión provincial sobre la negociación con el FMI y la agenda del Presidente modificada sobre la marcha para evitar más ruido puertas adentro
En un espadeo de gestos, Axel Kicillof y Alberto Fernández jugaron una esgrima pública y privada en las últimas 48 horas en la que también estuvieron involucrados La Cámpora, Cristina Fernández, y hasta las autoridades de la Universidad Nacional de La Plata. El Gobernador se ve obligado a mediar, no sin incomodidades, entre el Presidente y la Vicepresidenta, que además lo tiene como el principal asesor sobre el rumbo económico del gobierno nacional y, fundamentalmente, sobre los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sorprendió a los diputados que se reunieron ayer con el mandatario provincial que Kicillof se despachara con un reproche acerca de la visita de Alberto Fernández a un acto político en la Universidad Nacional de La Plata, del que la Casa Rosada no habría informado oportunamente a la Gobernación. Fue como respuesta a un planteo del legislador massista Nicolás Russo acerca de la falta de coordinación que existe cada vez que un funcionario provincial visita un distrito y no siempre son avisados los dirigentes del peronismo local. Una demanda que viene desde hace tiempo y que el Gobernador se comprometió a revisar y corregir. Decir que se había enterado de la visita del Presidente a la capital provincial apenas 24 horas antes del hecho, fue para Kicillof un modo de demostrar que los problemas de comunicación política exceden a su propia gestión, y también el marco oportuno para excusarse de su no presencia en el acto de Alberto, debido a que “ya estaba la agenda completa”, según esgrimieron en su entorno.
La excusa para no concurrir al acto de la Universidad fue que el Gobernador tenía pautada una reunión con la vicepresidenta Cristina Fernández en el Senado de la Nación. Ante la certeza de que el mandatario provincial no acompañaría al Jefe de Estado, la Rosada reaccionó y armó una visita relámpago de Alberto a la Gobernación. De acuerdo a lo informado desde calle 6 la reunión se armó sobre la marcha. Y Fernández pasó por la sede gubernamental bonaerense antes de dirigirse a la Universidad haciendo que el Gobernador dejara un rato antes el encuentro con los diputados, que siguió durante unos minutos más encabezado por el Jefe de Gabinete y algunos ministros y funcionarios.
Hubo foto en el patio interno de la Gobernación y en el despacho del Gobernador y una escueta información acerca de lo que hablaron el Presidente y el Gobernador en el tiempo que se vieron en La Plata (menos de media hora). Se dijo que hablaron de la paritaria docente y el inicio de clases de clases en la Provincia y la expectativa turística por el fin de semana de Carnaval. Nada salió a la luz lo que podrían haber conversado sobre el acuerdo que el país busca cerrar con el FMI y que tiene ocupada la mayor parte de la agenda del primer mandatario y la agenda completa del ministerio de Hacienda. El tema, como se sabe, divide aguas en el oficialismo.
Para Cristina Fernández, Axel Kicillof sigue siendo el faro sobre las cuestiones económicas, y la reunión de ayer en el Senado no solo le sirvió al Gobernador para hacerle una finta elegante al acto universitario del Presidente (ver más adelante), sino también para intercambiar opiniones con “la jefa” sobre el acuerdo con el Fondo. El hermetismo sobre lo tratado en el encuentro es absoluto, pero empezaron a aparecer señales congruentes con la opinión que tiene Kicillof sobre el avance de las negociaciones entre el país y el organismo de crédito, y que no distarían demasiado de lo que esboza el ala dura del cristinismo. El Gobernador se ha mantenido al margen en cuanto a opinar públicamente, pero en privado pone reparos sobre algunos puntos de la negociación que no lo convencen.
No parece casual que la presidenta del bloque de senadores del FdT, Teresa García, haya advertido hoy que “empiezan a aparecer algunos renglones del acuerdo con el Fondo que nos generan preocupación, como la limitación de los fondos para la obra pública en la provincia de Buenos Aires y el aumento de las tarifas”. Si bien aclaró que lo hizo a título personal, es dable destacar que la exministra de Gobierno bonaerense mantiene un vínculo estrecho tanto con la Gobernación como la vicepresidenta.
La realización de un acto político en la Universidad Nacional de La Plata, con la clara intención de promocionar una agrupación juvenil que contrasta intereses con La Cámpora generó mucho ruido en el peronismo de la capital provincial y también hacia dentro de la Casa de Altos Estudios. Las autoridades de la UNLP no estuvieron el acuerdo con el acto de Alberto de ayer, y el Presidente atenuó un poco el malestar al conceder una reunión previa con el Presidente de la Universidad, Fernando Tauber. Fernández debió ajustar la agenda y agregar sobre el pucho los encuentros con Kicillof en la Gobernación y con Tauber en el Rectorado.
Respecto al Gobernador, él dijo que se enero oficialmente de la visita de Alberto el martes, es decir 24 horas antes del acto. Sin embargo, fuentes cercanas a La Cámpora de La Plata le confiaron a La Tecla que esa organización le pidió al mandatario que no se involucrara en la interna universitaria y no asistiera a la bendición del espacio de la Juventud Peronista que arma un entramado universitario enfrentado a la Orga.
La orden de La Cámpora hacia dentro fue vaciar el acto de Alberto. No hibo representantes universitarios de ese espacio político que escucharan en vivo el mensaje del primer mandatario, ni tampoco se hicieron presentes decanos cercanos a La Cámpora. Sí asistieron los decanos de Psicología (Xavier Oñativia), Trabajo Social (Néstor Artiñano) y Bellas Artes (Daniel Belinche), quienes se muestran más cercanos a la JUP.
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