Ante el ocaso de la era K, empresarios kirchneristas profundizan el vaciamiento de sus compañías. El caso paradigmático es Sergio Szpolski. Recibe $180 millones por año en publicidad oficial, pero cierra revistas, arrastra quiebras y sus empresas satélites emiten decenas de cheques sin fondos
Hay un viejo y sabio refrán que reza: “cuando un barco se hunde, las primeros que huyen son las ratas”. Y precisamente esto es lo que parece estar ocurriendo con muchos amigos y socios de aquellos que detentaron el poder político en la mal llamada década ganada, y que ahora, en el ocaso, han empezado a instrumentar una política sistemática de vaciamiento de sus empresas. La desesperación tiene su razón de ser ya que la Constitución le pone fecha de vencimiento al kirchnerismo: a partir del 10 de diciembre de 2015, habrá otro presidente o presidenta en la Argentina.
Un ejemplo paradigmático de lo que está ocurriendo son las empresas periodísticas vinculadas al ex banquero y empresario ultra K, Sergio Szpolski, que se encuentra asociado con Matías Garfunkel (esposo de la vedette Victoria Vanucci, ex del Ogro Fabbiani) y que poco a poco busca desvincularse formalmente de varios de sus emprendimientos, realizando sospechosas triangulaciones con socios y empleados que forman parte de sus propias empresas. Detrás de estas movidas se escondería la necesidad de intentar licuar millonarias deudas impositivas y previsionales, y pedidos de quiebra.
Cabe destacar que, durante años, este grupo empresario se alimentó de millonarios aportes de publicidad oficial apartados por el gobierno nacional, de forma absolutamente discrecional y utilizando para ello los impuestos que pagamos todos los ciudadanos. Concretamente, solamente en los primeros cinco meses de este año, los medios de Szpolski-Garfunkel recibieron la friolera suma de $ 69,6 millones de parte del gobierno. Si se anualiza esta cifra, cuando finalice 2014, habrán recibido más de $170 millones.
Pese a los millones recibidos, en los últimos meses, Szpolski cerró las revistas Newsweek y Auto Bild, y le cedió el control del semanario dominical Miradas al Sur al Movimiento Evita, que conduce el ex piquetero Emilio Pérsico y el diputado Fernando “Chino” Navarro, tristemente célebre por haber sido condenado por un millonario affaire con fotocopias en Lomas de Zamora.
Un caso especial es el del diario platense Diagonales, cuya edición gráfica dejó de existir en 2011. La empresa residual llamada Infofin SA, que quedó administrando una página web, arrastra pedidos de quiebra y en los últimos años emitió 59 cheques sin fondos por $2,276.430.
Hace algunos meses, Infofin fue supuestamente vendida a Loro Communication, regenteada por Daniel Olivera (y por su esposa María de los Angeles López), un empleado y socio de Szpolski en otros emprendimientos periodísticos.
Ahora bien, hasta octubre de este año tanto Olivera como López, que en el año 2000 habrían trabajado para el cura pedófilo Julio César Grassi en la Fundación Felices los Niños, integraban el directorio de Infofin. En ese momento renunciaron a sus cargos, pero ya desde el año 2012 formaban parte de Loro Communication. Es decir, hay sospechas de que todo se cocinó entre empresas que tenían a los mismos accionistas. Y como si todo esto fuera poco, días después de haber anunciado la operación entre Infofin y Loro Communication, el portal volvió a cambiar de manos y pasó a ser administrado por la firma Adalid SA.
Olivera y López comparten otra singular característica: ambos son monotributistas categoría “E”. Es decir, según declararon ante la AFIP; facturan por mes no más de $12 mil. Pese a ello, aparecen comprando y vendiendo medios.
Olivera fue director editorial de Diagonales y sigue figurando como empleado de la firma Windwest, que hasta el año 2009 tuvo en el directorio a Roberto Oscar Flores y a Elke Szpolski. El primero es un presunto testaferro del ex banquero, que también pasó por Infofin, mientras que Elke es la hermana.
Polémico vaciamiento de una radio
Mientras se vacían empresas, aparecen noticias de que el ex banquero, a través de distintos socios (como Mario Pergolini), adquirió radios en Capital Federal, para liquidarlas y ponerlas al servicio del relato K, sin siquiera tener la autorización del Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).
Una de estas radios es FM Identidad 92.1, cuya frecuencia pretende ser utilizada por Vorterix, vinculada a Szpolski, Garfunkel y Pergolini. Ante esta situación, y dado el vaciamiento de la empresa, los trabajadores de FM Identidad hoy movilizarán a la sede del AFSCA y ayer emitieron un comunicado denunciando que “la venta se realizó violando el artículo 41 de la ley de servicios de comunicación audiovisual. Ningún colega de Vorterix, funcionarios, políticos de los que impulsaron esa ley, dijeron nada”.
“Jorge Alberto Cassino (el ex dueño de Identidad) jamás comunicó a los periodistas de la emisora que cerraba sus puertas. Pergolini, cabeza de Vorterix, ironiza sobre la desaparición de FM Identidad pues transmitirá en esa frecuencia su radio. Ergo, FM Identidad deja de existir", concluyeron.
Un socio ligado al poder K
Juan José Levy, dueño de los laboratorios Esme S.A, es la persona que se menciona como el socio que Sergio Szpolski tendría escondido en la sombras para la posible compra de Radio El Mundo.
Levy es un empresario de la industria cosmética que tiene comprobados vínculos con el poder, principalmente a través del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con quien viajó en varias ocasiones a Venezuela para la realización de negocios no del todo claros.
La relación de Levy con De Vido se daría a través del hombre de confianza del otrora hombre poderoso del gabinete K, José María Olazagasti, quien sería el encargado de promocionarlo dentro del ambiente político como un empresario que ha sabido granjearse la confianza oficial.
Fue justamente en territorio caribeño, que Levy quedó en el medio de la polémica por el supuesto pago de coimas o comisiones excesivas para comerciar sus productos con el país bolivariano.
La misma situación se vivió cuando efectuó viajes a Colombia con delegaciones argentinas para promocionar sus productos en aquel país, donde ante la comisión de distinta clase de negocios, fue involucrado también por el supuesto pago de coimas para poder comercializar en territorio colombiano.
Además, Levy ha quedado metido en el medio de la ruta del dinero K, y según el diario La Nación, está involucrado en una serie de negocios con el empresario kirchnerista Lázaro Báez y con la familia Kirchner, que lo tendrían en la mira de la Justicia en el caso más emblemático de corrupción cometido durante la mal llamada década ganada.
Nadie tiene dudas en Radio El Mundo que en caso de que el empresario compre la emisora el cambio de línea editorial será instantáneo, tal como sucedió por ejemplo con los medios que adquirió Cristóbal López y que revisten de lleno ahora en el paradigma mediático oficial.
Szpolski, escándalos por doquier
Sergio Bartolomé Szpolski fue directivo del liquidado Banco Patricios en los ´90, y terminó siendo procesado a raíz de una demanda presentada por ahorristas estafados.
La Policía Federal le impidió salir del país por diversas causas a Szpolski, entre ellas: “PROVIDER S.A. Juzgado Nacional de Primera Instancia Comercial N°18”, y una quiebra del año 2004.
También estuvo involucrado en un escándalo por el gerenciamiento del Club All Boys de Buenos Aires. Szpolski era dueño y presidente de la empresa privada que manejaba el club. Posteriormente cuando dejó de ser negocio, el club pasó a ser una administración deportiva independiente y sobrevino la debacle: All Boys descendió a la B la temporada pasada y terminó en los últimos lugares en el campeonato del ascenso.
Szpolski también fue tesorero de la AMIA y fue expulsado tras estallar un escándalo cuando se descubrió que habría transferido casi tres millones de dólares de la mutual judía al Banco Patricios, en momentos en que ya se sabía que la entidad financiera se encontraba en una situación terminal.
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