Los restos de Juan Alberto Benítez, joven formoseño que a los 26 años fuera secuestrado y posteriormente asesinado en 1977 por la dictadura cívica militar en la ciudad de La Plata, descansan desde la tarde de ayer en el cementerio “Virgen del Carmen”.
Allí en el marco de un sentido responso religioso, sus restos fueron inhumados ante el dolor de familiares, amigos, militantes políticos y funcionarios que compartieron la ceremonia donde hubo reflexiones emotivas recordando a Juan Alberto y el dolor de tantos años sin saber la verdad que ahora quedo develada.
El intendente Fernando De Vido, el ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo, Jorge Abel González, la subsecretaria de Derechos Humanos, María Sylvina Arauz, el director de Derechos Humanos, José Saavedra, el diputado nacional del PJ, Carlos Donkin, acompañaron a Teresa de Jesús, la hermana de Juan Alberto, además de tía y primos, como también amigos.
Teresa de Jesús (60), quien consideró “horrendo” tener que esperar 37 años para conocer el destino de los restos de su familiar, se mostro muy dolida y al mismo tiempo con “mas paz” por tener cerca al hermano que desapareció durante tanto tiempo.
Reconoció el trabajo de de Derechos Humanos de Formosa y del Equipo de Antropología Forense y recordó que en 2008 donó su muestra de sangre para el banco genético y así cotejar los restos hallados con cada familiar, lo que ocurrió hace algunos meses atrás.
“Juan Alberto estudiaba ingeniería electromecánica, estaba trabajando, no sabemos si militaba en algún partido político, porque estaba lejos de nosotros. Trabajaba en una empresa de colectivos, en el taller, hasta que se decidió a hacer el Servicio Militar, en la provincia de Corrientes, Paso de los Libres, a los seis meses fue condecorado como segundo dragoneante en la compañía, los otros seis meses estuvo en casa” recordó la mujer, emocionada.
Dijo que “Después, volvió a La Plata, la idea era empezar de nuevo la facultad, porque mientras estaba en el taller con horario rotativo, no podía seguir. El 19 de enero el patrón le dijo que vaya a sacarse el carnet de conductor, fue a la mañana temprano, estaba juntando con una chica, fue a la policía, y de allí no apareció más”.
“Lo que sabemos por la chica, es que ese día, a las 21 horas, una persona salió de la policía y fue a su departamento y robó su ropa. Lo conoció por la valija que tenía mi hermano. Ella se quedó esperando en una plaza, que quedaba entre la policía y el departamento. Vio que la persona volvió al departamento, secuestró todas las cosas, menos los libros, dio una vuelta a la manzana, y entró a la policía” precisó.
Comentó que “Nos enteramos por la familia Mancebo de su desaparición, el hijo de ellos vivía con mi hermano. Le avisaron a mi papá que mi hermano sufrió un accidente, él fue a la policía, a los hospitales, y al volver a la policía, el comisario Ricardo Moretti le dijo de mala forma que si seguía yendo, lo iban a detener”.
“Le llamó la atención a mi papá que alguien que haya servido a la patria, lo hayan detenido, enterado de muchas causas. Me parece horrendo esperar 37 años, cada vehículo que pasaba por mi casa, lo esperaba, nada era lindo para mí. No salía, me quedaba en el negocio con mi mamá, acompañándola, todos los años”, se lamentó.
Sobre este hallazgo, señaló que “Yo su vida no voy a recuperar, pero agradezco a Dios, a la organización nacional y provincial que intervinieron en la búsqueda de los restos de mi hermano, sugiero a los familiares o a los que estuvieron detenidos, que den sus datos en Derechos Humanos para poder identificar a quienes estuvieron presos. Se encuentran restos, pero si no hay datos, es difícil de identificar”.
Un hijo formoseño
Juan Alberto nació en esta ciudad el 25 de noviembre de 1950, primer hijo de Emedenciana Echeverria y de Osvaldo Benítez, y curso sus estudios primarios en la Escuela 19 “Benjamín Zorrilla” hoy Instituto de Formación Docente “Atilio Cabrera”, y el Secundario en la ENET 1, de donde egresara en el año de 1968 con el título de Técnico Electromecánico.
Posteriormente inicia sus estudios universitarios en la Facultad de Ingeniería Electromecánica de la Universidad Nacional de La Plata, donde el 19 de enero de 1977 –en una comisaría de aquella ciudad- desaparece, según consta en el legajo 6239 de la CONADEP.
La búsqueda y el hallazgo
Desde aquel año 1977su familia inicia una incansable búsqueda por dar con Juan Alberto.
Ya mucho después, en el marco del Convenio de Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas (ILID), firmado entre organismos nacionales, provinciales y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en el año 2008 sus hermana Teresa se contacto con la subsecretaria de Derechos Humanos de Formosa para que se tomen muestras de su ADN en el Banco de Sangre del ministerio de Desarrollo Humano, la que fueron luego remitidas al EAAF.
Ya en el 2013 el EAAF realiza la exhumación de los restos de los padres de Juan Alberto a fin de llevar a cabo la toma de muestras de ADN y cotejarlas con las que ya contaban, a fin de completar el perfil genético, para lo cual colaboraron activamente desde la misma Jefatura de Gabinete, el departamento Cementerio de Formosa y el Cuerpo de Bomberos de la provincia.
Finalmente este año el EAAF confirma a los familiares que se pudo comprobar la correspondencia genética con restos óseos hallados en una fosa común del cementerio municipal de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, confirmándose la identidad de Juan Alberto, quien fue víctima de una ejecución forzosa.
Posteriormente los familiares solicitan a través de la EAAF la correspondiente autorización ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal para qué sus restos fueran trasladados en la tarde de ayer a esta ciudad capital, donde por fin descasa en paz, quedando siempre presente en la memoria de sus familiares y de todo el pueblo formoseño”.
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