El líder del espacio, Luis Juez, apoya expresamente a Horacio Rodríguez Larreta, pero no hay unanimidad en el Frente Cívico. Ernesto Martínez avisó que trabajará con Patricia Bullrich. Por su parte, Schiaretti no aminora su marcha y ratificó que se anotará para las PASO.
Eduardo BoccoAyer 00:54
La campaña electoral no empezó porque ni siquiera hay cronograma, pero la fecha (o fechas) de votación se ha convertido en un hecho susceptible de ser tomado como elemento importante del proceso.
Esos interrogantes que existen en la política doméstica no impiden mirar más allá y ver que agosto está también cerca y que las Primarias serán motivo de negociaciones constantes.
Juntos por el Cambio es una caja de Pandora con sus candidatos y su candidata presidencial. Casi todos estuvieron y estarán en Córdoba este mes y los primeros días de abril. Buscar posicionamiento, voluntades y adhesiones es lo que quieren quienes decidieron caminar por esa senda.
PUBLICIDAD
En el juecismo se da una situación no esperada, que sorprendió al interior del espacio, y que todavía no explotó en la opinión pública: no es unánime el respaldo al precandidato Horario Rodríguez Larreta, actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El alcalde porteño cuenta con el aval de un sector relevante del radicalismo y también el de Luis Juez, pero el candidato no entusiasma a todos los militantes enrolados en la fuerza que controla el senador nacional.
Si bien no puede decirse que haya una división importante en los votos, el titular del partido y una de las manos derecha de Juez, Ernesto Martínez, ya le avisó a su jefe político que él no trabajará para la candidatura de Rodríguez Larreta. Y completó su idea al decir que optó y se enrolará en el proceso electoral rumbo a las PASO con la candidatura de Patricia Bullrich, con quien tiene mucho más puntos de contacto.
En esto hay que hacer un mínimo ejercicio de memoria porque cuando apenas comenzaron las pulseadas por las candidaturas presidenciales, Juez fue uno de los primeros dirigentes de Juntos por el Cambio extra PRO, que se inclinó por Bullrich. Es más, la acompañó en varias giras y propició muchas reuniones.
Sin embargo, con el tiempo fue cambiando de parecer y mudó su respaldo a Rodríguez Larreta, a quien le tributó su aval expreso, sobre todo en los últimos tiempos.
También está Mauricio Macri, con quien el Frente Cívico tiene diferencias marcadas y nunca contará con el respaldo de Juez, quien cree que más que un rival es su enemigo interno.
No hay dirigentes enrolados con el senador que puedan sumarse al macrismo puro. Tal vez Juez haya decidido jugar con Larreta porque piensa que, en el fondo, el expresidente alienta a Bullrich para complicar a Larreta. Quien fuera la ministra de Seguridad de Macri está más allá de las peleas y sigue buscando aliados y socios. Ahora se menciona al mendocino Ernesto Sanz como posible integrante de su fórmula.
En redes sociales y en alguna que otra declaración, el mendocino descartó sin mucha contundencia esa posibilidad, aunque en la coalición toman nota del trascendido y no lo rechazan ni mucho menos.
Hace un tiempo, Sanz anunció su retiro de la actividad política, en la cual fue senador nacional y dos veces presidente del Comité Nacional de la UCR. “De esta actividad nadie se retira totalmente”, suelen decir algunos radicales cordobeses que lo conocen mucho.
Schiaretti no se detiene. Mientras tanto, el peronismo también tiene su camino sinuoso en cuanto a las candidaturas presidenciales y el gobernador Juan Schiaretti no sólo no ha declinado sus aspiraciones, sino más bien que decidió acelerar para tratar de celebrar acuerdos con varios de sus colegas peronistas.
El gobernador sabe perfectamente que su mayor problema es insertarse en la provincia de Buenos Aires, donde cuenta con el apoyo del expresidente Eduardo Duhalde y del dirigente Florencio Randazzo. Parece poco, definitivamente.
El cacique del peronismo cordobés tiene también un tema que no quiere subestimar: desea que en el tramo final de su tercer mandato no lo atraviese el estigma del pato rengo, por lo cual tendrá peso su aspiración presidencial.
Si es candidato, retendrá el poder en Córdoba y contaría con un número suficiente de votantes que le permitirían tener al menos dos diputados nacionales, obviamente de suma utilidad para sumar a su bancada.
Hoy, los principales operadores del mandatario provincial son la senadora Alejandra Vigo y el diputado riocuartense Carlos Gutiérrez.
Y otra curiosidad a recordar: el plazo para presentar listas de candidatos a diputados nacionales vence el 24 de junio, un día antes de la fecha presumible de los comicios provinciales, lo que será utilizado también como un elemento de campaña electoral por los schiarettistas.
“Eso nos pondría en un aprieto porque al trabajo de la elección provincial, con la logística en el medio, habrá que sumarle el de la confección de las listas para la elección nacional. Será una gran traba, esperemos que no haya coincidencia”, se sinceró un vocero de la coalición opositora deseando que el gobernador se elija el primer domingo de julio.
Sin embargo, el vocero tiene una mala noticia: el 2 de julio se votará en Colonia Caroya, ciudad que tiene una Carta Orgánica que dice que la compulsa electoral local tiene que realizarse en fecha diferente a las elecciones nacionales y provinciales. Y el intendente de esa ciudad es Gustavo Brandán, hombre del riñón de Martín Llaryora. Todo tiene que ver con todo.
Comentá la nota