Los datos del último censo de basura costera marina realizado en 19 localidades bonaerenses muestran que los residuos plásticos se mantienen como los principales contaminantes.
Durante los meses de septiembre y octubre de 2024 tuvo lugar la séptima edición del censo provincial de basura costera marina, organizado por la Red Costera Bonaerense (RECOBO), compuesta por diferentes organizaciones de las principales ciudades costeras y puntos turísticos de la provincia de Buenos Aires, en coordinación con 426 voluntarios.
La séptima edición del censo cubrió un área total de 297.636 m2 (casi 30 hectáreas) y contó con la colaboración de 45 organizaciones del tercer sector y gubernamentales.
Plásticos en las playas bonaerenses
Los resultados recopilados registraron un total de 49.913 residuos censados, de los cuales el 74,05% estuvo constituido por plásticos, una cifra casi idéntica a la que arrojaron los datos del censo anterior. En 2023 no pudo llevarse adelante la iniciativa por el brote de gripe aviar que había afectado a distintas especies de fauna marina.
Dentro del ítem “plásticos”, el contaminante más encontrado durante esta última edición del censo fue el constituido por envoltorios que representaron el 14,17% del total. Estos materiales de un sólo uso como el celofán o el nylon, diseñados para proteger o contener productos durante un breve período, son desechados rápidamente y suelen terminar en ecosistemas terrestres y marinos.
Luego de los envoltorios plásticos los contaminantes más encontrados fueron colillas de cigarrillo (13,34%), fragmentos plásticos (11,87%), bolsas plásticas (8,38%) y fragmentos de vidrio (7,55%).
El mapa del censo realizado en 19 destinos de playa de la provincia de Buenos Aires.
La contaminación de las colillas de cigarrillo
Sobre el segundo ítem más encontrado, las colillas de cigarrillo, la ONG Eco House Global, alertó a través del informe general sobre colillas de cigarrillo: impacto, normativa y gestión, difundido en 2022, que uno sólo de esos residuos puede contaminar hasta 1000 litros de agua.
Solamente en este censo que se realizó en 2024, se registraron un total de 6660 colillas abandonadas en las playas bonaerenses.
Las colillas pueden liberar en el ambiente sustancias nocivas para la salud que se encuentran en el filtro conformado principalmente por acetato de celulosa, un elemento no biodegradable que puede tener un proceso de degradación de hasta 14 años. Es en ese proceso que puede liberar al ambiente metales pesados como el arsénico y el cadmio, entre otros elementos tóxicos.
Un lobo marino con un zuncho plástico en su cuello.
Especies afectadas por los plásticos
Es en este contexto que los censos de basura costera marina registran la situación en las playas bonaerenses, mediante la identificación del tipo y cantidad de residuos que afectan las costas, para buscar soluciones colectivas de alcance local y nacional. Conocer cuál es la composición de la basura marina nos permite identificar cómo mejorar nuestros hábitos de consumo, evaluar las realidades particulares y establecer qué tipo de regulaciones son necesarias, con la finalidad de frenar y revertir la contaminación por plástico.
“El 96% de las tortugas verdes marinas vivas que ingresan a nuestro centro de rescate presentan distintos tipos de residuos plásticos en su sistema digestivo. Lamentablemente ellas confunden su alimento con contaminantes mal gestionados de origen antrópico. Si bien los plásticos que llegan al mar pueden tener distintas fuentes, es importante sobre todo en esta temporada de verano, que seamos muy responsables con los residuos que generamos en las playas”, sostuvo Karina Álvarez, responsable de conservación de la fundación Mundo Marino.
Una tortuga rescatada años atrás largó varios centímetros de plástico.
En ese sentido, Álvarez, fue coautora de un estudio publicado en septiembre del 2021 en la revista internacional Frontiers, que analizó cómo distintas especies del estuario del Río de la Plata funcionan como indicadores biológicos de la interacción negativa con plásticos. El estudio se denomina Charismatic Species as indicators of Plastic Pollution in the Río de la Plata Estuarine Area, SW Atlantic.
Según el trabajo publicado en la revista Frontiers, de 62 estudios analizados se concluyó que 47 especies carismáticas marinas interactuaron con plástico en el estuario del Río de La Plata.
Además, las aves marinas son las que más reportes de interacción mostraron (67,5%), seguidas por las tortugas marinas (20%) y por mamíferos marinos (12,5%). La mayoría de los reportes de interacción con plástico se concentraron en el sur de Brasil. En los 3 casos de especies, el tipo de plástico ingerido es de origen urbano (tortugas 65,4%, mamíferos 53,3% y aves marinas 58,8%, respectivamente).
Una de las voluntarias de la limpieza de playas.
Los delfines, foco de una investigación especial
La especie que lidera el ranking como indicador biológico más adecuado para medir la interacción negativa con el plástico es el delfín franciscana (Pontoporia blainvillei).
Ese ranking, según el estudio, se confeccionó al identificar 14 atributos de tipo biológico y ecológico, metodológico y de conservación que toda especie debería tener para ser considerada como indicadora. Además del delfín franciscana que obtuvo el mayor puntaje (10), otras siete especies también mostraron ser buenos indicadores de esa interacción: tortuga verde, tortuga cabezona, tortuga laúd, lobo marino de dos pelos sudamericano, lobo marino de un pelo sudamericano, pingüino magallánico y la gaviota cocinera.
En ese sentido, Pablo Denuncio, también coautor de la investigación, doctor en biología, docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata e investigador del Conicet sostuvo: “Habiendo identificado a la franciscana como la mejor especie indicadora de contaminación por plásticos, en la actualidad el porcentaje de Franciscanas afectadas por macroplásticos en su sistema digestivo, como lo evidencian 30 años de estudios ininterrumpidos, se sigue sosteniendo: entre un 20 y 25 % aproximadamente, lo cual sigue siendo alarmante. Este dato se utilizó para ese trabajo que publicamos en 2021 en la revista Frontiers. De hecho en otra publicación reciente que hicimos con otros colegas y que publicamos en noviembre de 2024, ese porcentaje llegó al 100 % si se lo analiza desde la perspectiva de los microplásticos, cuya metodología de análisis es mucho más compleja. El problema no solamente se sostiene sino que se agravó”.
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