“No hay reservas”: por qué el mundo le puso su atención al jugo de naranja argentino

“No hay reservas”: por qué el mundo le puso su atención al jugo de naranja argentino

Brasil y Estados Unidos sufrieron la caída de la producción por la enfermedad del HLB; subieron 21,7% las exportaciones de la Argentina

CÓRDOBA.- La exportación de jugo de naranja desde la Argentina continúa con buenos números este año y esa tendencia podría prolongarse por la caída en el stock mundial. El complejo cítrico, excluido el limón, representa apenas el 0,1% de las ventas externas del país y en el primer semestre (último dato disponible) registró envíos por US$28 millones, con una mejora interanual de 21,7%.

La Argentina producirá este año entre 550.000 y 600.000 toneladas; el consumo interno es de entre 200.000 y 250.000 toneladas y el resto va a molienda. La mayor parte de la que se hace en el país es para jugo, casi toda la del NOA y más de la mitad de la del NEA. Es la variedad “Valencia”, la más usada para molienda.

José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), explica a LA NACION que en el mundo no hay reservas de jugo de naranja, lo que ha cambiado el paradigma de producción: “Antes se privilegiaba la naranja fresca de mesa, ahora lo que el mundo busca es la fruta para producir jugos y derivados, como el aceite y la cáscara deshidratada”.

En los últimos 20 años el mundo ha perdido alrededor de 30 millones de toneladas de naranjas por el Huanglongbing de los cítricos (HLB). Es la plaga que una vez que ataca el árbol no tiene cura; las frutas que dan son amargas y deformes.

Según Federcitrus, en el mundo no hay reservas de jugo de naranjaAfrica Studio

Darío Toller, productor de naranjas y secretario de la Cámara de Exportadores del NEA, repasa que la oportunidad para la Argentina en la exportación de jugos y derivados es porque cayó fuerte la producción de Brasil que representa aproximadamente 75% de las exportaciones mundiales de jugo de naranja. Sus naranjas sufren de HLB y clima seco; el mismo mal alcanza a los cítricos de la Florida, en Estados Unidos.

“La exportación de jugo tiene proyecciones a largo plazo porque costará que se recupere la producción y, por ende, el stock mundial -añade-. De hecho hay limoneros de Tucumán que se están reconvirtiendo porque su negocio cayó fuerte. Este año incluso Sudáfrica tuvo menos cosecha y hubo envíos desde la Argentina a la Unión Europea”.

En lo que hace a las operaciones con fruta fresca, Toller subraya que la Argentina “perdió muchísimos mercados” y apunta que los altos costos generan complicaciones para recuperarlos. “Nos caímos del mundo; estamos demorando 75 días para llegar a Filipinas cuando antes lo hacíamos en 30. No hay rotación de contenedores y eso es un problema”.

A nivel internacional la demanda se concentrará en la naranja para la molienda

Carbonell indica que a nivel internacional la demanda se concentrará en la naranja para la molienda. En el país, advierte, que la capacidad industrial en el NEA está frenada porque “después de muchos años de poca actividad, no se hicieron inversiones”. La capacidad en el NOA es más amplia y moderna, ya que la tecnología de molienda de limones se puede usar para las naranjas.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) el mes pasado indicó que la producción mundial de mandarinas, naranjas y limones aumentará ligeramente en la temporada 2023/24. Sin embargo, debido a la reducción de la producción de naranja en Brasil, la producción mundial de jugo de naranja caerá poco más de 1,5 millones de toneladas, destacando que actualmente las existencias de jugo de naranja brasileño se han reducido a la mitad, lo que está generado importantes desequilibrios en el mercado. En ese marco, el precio del jugo de naranja ronda los US$556, una suba del 50% interanual.

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