El presidente de la autoridad monetaria respondió a las críticas por el nivel y la composición de las reservas. Sostuvo que el Central no es una empresa que deba registrar ganancias. Fue en un seminario sobre la deuda y su crecimiento desde la dictadura.
“Si se restaran a las reservas internacionales los pasivos, la mayoría de los bancos centrales del mundo, incluso de países desarrollados, tendrían un patrimonio neto negativo. El BCRA (aun así) tiene patrimonio neto positivo”, señaló ayer el titular de la autoridad monetaria, Alejandro Vanoli. El funcionario expuso ante la Comisión Bicameral Permanente de Investigación del Origen y Seguimiento de la Deuda Exterior de la Nación, en donde defendió el monto y la composición del stock de reservas, en respuesta a las críticas sobre la contabilización de bonos o yuanes en los activos del Central. Remarcó que ese patrimonio positivo es incluso un “exceso”, ya que el banco no es una empresa privada que deba tener ganancias. Respecto del endeudamiento del país, brindó un detalle del exponencial crecimiento de esa carga desde la última dictadura hasta la crisis de 2001-2002 y de la falta de transparencia al estatizar las obligaciones de privados. “Si en octubre se elige una opción neoliberal, que al menos no sea otra estafa a los argentinos”, chicaneó el funcionario.
El 28 de abril se constituyó formalmente la comisión bicameral para investigar el origen y seguimiento del pago de la deuda externa, su crecimiento desde el derrocamiento del gobierno constitucional en marzo de 1976 y su renegociación desde la restauración democrática hasta la actualidad. La comisión bicameral es presidida por el diputado del Frente para la Victoria Eric Calcagno. En ese contexto, ayer hubo una reunión que tuvo como protagonista el presidente del Central, quien realizó un racconto de lo acontecido en ese período a partir de las actas secretas de la dictadura, reveladas a principio de este año por el Central.
El funcionario hizo hincapié en la falta de cifras concretas sobre el endeudamiento público y privado durante la dictadura, lo que favoreció el traspaso de la deuda de algunas empresas a las espaldas del Estado. “Durante la dictadura se ve un importante endeudamiento de las empresas públicas y problemas de solvencia de las privadas. En las actas secretas que hemos relevado vimos también prácticas privadas para endeudar al país, pero sin estadísticas al respecto”, señaló el funcionario. Según explicó, hasta 1983 el Banco Central no tuvo registro de la deuda privada. Esto permitió que las empresas inflaran sus deudas previamente a que se traspasara la carga al Estado. “Se armó una deuda sobre la base de las declaraciones de las empresas, con lo que es casi imposible seguir el rastro cuando en su totalidad se transforma en deuda pública”, explicó.
En los noventa se desmontaron los controles a los movimientos de capitales que se habían impuesto a fines de los ochenta para facilitar el proceso de privatizaciones. En ese momento había un registro de la deuda pública pero no de la privada, relató el funcionario. “Desde 2002 existe un registro de deuda pública y privada, pero no permite establecer cuánto se beneficiaron las empresas de la ausencia de criterios regulatorios y de la falta de información”, agregó.
El banquero central defendió el proceso de desendeudamiento que se exhibió en los últimos doce años, tanto del sector público como privado, y definió diferencias entre deuda intra-sector público respecto de la que pueda existir con organismos internacionales. “Cuando hablamos de desendeudamiento tenemos que tener en cuenta la moneda, la capacidad de pago y el momento”, agregó el funcionario. “Subordinar la economía al pago de la deuda no sirve, porque incluso se minan las posibilidades de poderla pagar”, dijo.
Ante una consulta del diputado Claudio Lozano sobre el nivel de reservas, sostuvo que “no hay país (como Argentina) donde haya más transparencia en información de las reservas, composición y agregados monetarios”. “Tenemos un patrimonio neto que es positivo y hay una auditoría interna y externa, además de la que realiza la Auditoría General de la Nación, que lo avalan”, explicó el funcionario, quien agregó que esa discusión “no es relevante desde el punto de vista económico, ya que un banco central no es una empresas que deba mostrar un patrimonio neto positivo”. “No importa el nivel de reservas netas sino el crecimiento de éstas”, concluyó.
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