Desde Greenpeace aseguraron que “es insuficiente”. También advirtieron que desde que comenzaron a reclamar que se alambrara el espacio natural, se cortó el diálogo con el municipio.
Tras varios reclamos de parte de vecinos y ambientalistas, el municipio designó a un guardaparques para que controle todo lo que suceda en la Reserva Natural del Puerto, lugar que se vio fuertemente dañado producto de las obras que realiza el club Aldosivi en el predio lindero a ese espacio. Sin embargo, no tuvo los resultados que se esperaban: la persona asignada para esa tarea debe monitorear el espacio costero que se extiende hasta Waikiki, lo que le impide estar de forma constante controlando que no avancen las maquinarias pesadas.
“No es suficiente, no es lo que nos habían prometido”, dijo al respecto Cecilia Mauna, activista de Greenpeace, en referencia al compromiso del presidente del Enosur, Marcelo Artime, a designar a un guarparques que se dedicara exclusivamente a esa actividad. “Las máquinas trabajan de forma aleatoria y, en general, cuando el cuidador está lejos y no observa lo que ocurre”, advirtió al ser consultada por 0223.
En ese sentido, Mauna subrayó que es necesario que “se coloque un alambrado perimetral en la Reserva, sobre todo en la parte que linda con el club”. Si bien reconoció que actualmente hay una división entre ambos sectores, remarcó que “tampoco son lo suficientemente grandes como para evitar que se siga destruyendo la Reserva”.
En tanto, en relación qué respuestas obtuvieron de parte de las autoridades municipales, la referente de Greenpeace admitió que “por el momento el diálogo está cortado” y vinculó el hecho a las constantes demandas que realizan. “No nos quieren recibir porque les exigimos respuestas efectivas”, aseveró.
Desde hace dos semanas, Greenpeace Mar del Plata impulsa la campaña #SalválaReserva para exigir la instalación de un alambre perimetral en el lugar.
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